Aunque ya hace unos años,--"mogollón" -- , hay una "tira de recuerdos ", que siempre ocupan un lugar en "mis desmemorias". Cuando me hacen entrevistas y me preguntan como me metí en este maravilloso mundo de la música, siempre contesto que fue yendo al Circo. Y se sonríen, pero, es cierto...
Sucedió en los primeros años 60 cuando el gusanillo -- más bien "garrapata" -- de la música se adentró en mi persona y ahí se quedó hasta hoy. Esta es una crónica de aquellos tiempos en los que pasé de los guateques a los conciertos en directo.
Historias del Price: “Un espectáculo de juventud para los jóvenes amantes de la música de nuestro tiempo”.
Rebobinando y reviviendo mis andanzas musicales madrileñas de principios de los años 60, pulso la tecla de Stop y paro la cinta de mis desmemorias en el recuerdo del Circo Price cuyo solar está ocupado hoy por dependencias del Ministerio de Cultura. ¿Premonición? o ¿ Casualidad?. ¡ Vaya Ud. a saber!. El caso es que las sesiones matinales del Price madrileño fueron para mí toda una escuela donde aprendí las primeras lecciones como espectador musical de conciertos. El rock existía en España antes del Price, pero fué en los locales de este Circo donde empieza escribirse la historia del mismo. La etapa anterior queda como pre-historia.
¡ Marchando otra de ambiente de época! ...
Cuando los estudios me dejaban libre, o yo los dejaba a ellos – que de todo había – frecuentaba en mi itinerario de fin de semana locales de baile, como el Parnaso, donde los grupos madrileños de la época amenizaban las sesiones con música en directo. Debido a las timideces, derivadas de mi poco desarrollado sentido del ritmo, servidor se limitaba a tomar posiciones en la barra, pasar de las rápidas, y esperar el turno de las canciones lentas donde, lo de bailar, era solo una disculpa.
Además de la inspección ocular del ambiente, de gastar coderas y tomar algún que otro Horse Neck – combinación de moda que consistía en Ginger Ale con Brandy – en las barras se hacia amistad con otros muchachos hablando de chicas y de música.
De esta manera me entero de unas sesiones matinales que se estaban celebrando en el Circo Price, y en las que según referencias de mis compañeros de barra , se lo pasaba uno de lo lindo. La curiosidad hace que un domingo abandone el circuito del aperitivo y me dirija hacia la plaza del Rey y me plante ante las taquillas del Price donde se anunciaba la celebración de los Festivales de Música Moderna en los siguientes términos:
¡ La actualidad musical y los ritmos de hoy con los más audaces y aplaudidos intérpretes de la música moderna sobre la pista luminosa del Price Hall !.
Más abajo y sobre el ventanuco de la taquilla el precio de las entradas: 10, 15 y 20 pts. Compro la más barata y entro por primera vez en mi vida en el gran circo del rock and roll donde aún permanezco, y espero permanecer por muchos años más mientras el cuerpo aguante – que dice Miguel Rios – y la mente me responda.
Aquella experiencia sirvió para que mis ojos y mis oídos se adaptaran a las nuevas músicas proporcionándome la valentía suficiente para desterrar mis timideces bailables . A mis 19 años fue todo un descubrimiento que asimile de forma rápida.
Allí empecé a escuchar a Dick y Los Relámpagos, anunciados como los electrónicos del ritmo o a Los Tonys que tenian un cantante llamado Micky que se anunciaba como el hombre goma por su forma de contonearse y revolverse en el escenario al estilo de las grandes figuras del rock and roll.
También andaban por allí Los Pekenikes, anunciados como los aristócratas del twist o ídolos de hoy, y Los Cinco Estudiantes, considerados como el primer conjunto de España. Otros asiduos eran Los Jets, Mike Rios y un cantante italiano llamado Torrebruno que junto a Miguel Angel Nieto hacía las veces de ocasional presentador de los festivales y que, tres años más tarde, tuvo el gran honor de presentar en la plaza de toros de las Ventas a los mismísimos Beatles...
Particularmente me impacto la actuación de un grupo que cantaba en inglés y que decía venir de Inglaterra, aunque de donde provenían realmente era de Gibraltar, eran "llanitos". Se llamaba Diamonds Boys y me dejaron impresionados con los instrumentos y el equipo de sonido que traian más que por las canciones que interpretaban.
Esto, a los jóvenes de hoy, les puede parecer una chorrada, y tal vez así fuera, pero no se veían todos los días buenas guitarras, amplificadores y baterías. Realmente, solo con ver en escena a los Diamonds Boys se le ponía a uno cara de lelo que acentuaba sus rasgos al escucharlos cantar en inglés...”la repera”...Aquel grupo se disolvió pronto, dos de sus mienbros, Albert y Richard, forman un dúo también de efímera vida artística al marcharse uno de ellos, Albert, se fue a Inglaterra para empezar como Albert Hammond su carrera como cantante y compositor entre la élite mundial.
Un festival !millonario" de ilusiones
Hoy, por lo general, para dar mayor lustre y prosapia a un concierto de rock, se sacan a relucir los costes del mismo. Cuantos más millones se barajen en el montaje de un concierto, o de un festival, más expectativas se crean. Los altos costes auguran( aunque no necesariamente) más recursos técnicos y mayor calidad artística. De ahí que se airean cifras de costes para determinar la magnitud de los mismos.
Pues bien, aquellos primeros conciertos del Price eran millonarios, multimillonarios... solo que en ilusiones. He aquí la liquidación historica del primer festival del Price celebrado el dia 18 de noviembre de 1962:
RECAUDACION .................................................................. 25. 510 pts.
Impuesto de Autores ( 10 %) .................... 2.551 pts.
Impuesto de Menores ( 5% ) .................... 1.275 pts.
Presupuesto Programa ............................. 3.575 pts.
PERSONAL TECNICO
Maquinistas
Electricistas
Auxiliares y Calefactor
Gratificación electricistas
Horas extraordinarias
Acomodadores
Porteros
Jefe de Personal
Administrador
Taquilleras ................................................ 4.215 pts.
LOCAL
Renta ( 3ª parte) ....................................... 1.850 pts.
Luz .......................................................... 750 pts.
Calefacción .............................................. 700 pts.
PROPAGANDA
400 Carteles a 3 pts.................................. 1.200 pts.
Anuncio en ABC .................................... 2.700 pts.
Anuncio en PUEBLO ........................... 1.600 pts.
Anuncio en MARCA .............................. 675 pts.
Total Gastos ....................................................................................... 22.591 pts.
Liquído ............ 2.918 pts
REPARTO DE BENEFICIOS
50 % Empresa Feijoo - Castilla = 1. 459 pts.
50 % Organización = 1. 459 pts.
Los chicos malos del rock y la prensa de la época
La nueva música atraía todos los domingos al Price alrededor de 2.000 jóvenes. Una afluencia que empezó a molestar y escandalizar a la gente "mayor". Publicaciones de la época daban la voz de alarma con artículos que no solo reflejaban total desconocimiento del tema sino que también destilaban mala leche. Había que poner freno a tanto desorden que amenazaba, en opinión de los articulistas, con la pérdida de respeto a toda autoridad establecida.
La verdad era que yo no entendía nada de aquella cruzada contra el rock and roll y el twist emprendida por emisoras de radio y periódicos . Lo pasaba fenómeno, no me metía con nadie , me divertía y nunca se me paso por la imaginación que estaba en medio de un enfrentamiento generacional en donde la música ramplona, ruidosa y excitante, junto a los gritos y las palabras obscenas (?) que iban en las canciones pudieran minar la moral de la sociedad .
¿ Rebelde?... No, al menos con causa y consciencia de serlo. Asistiendo a los festivales de música me sentía diferente. Era una moda y yo, como todo hijo de vecino que pudiera hacerlo, iba a la moda y no hacia daño a nadie ni a nada. Era un joven de mi época – esa que después hasta la llamaron prodigiosa -- al que le habia tocado bailar y escuchar música de su época.
Volviendo a los comentarios aparecidos en la prensa española en los primeros años 60 sobre la música joven , insistir en que reflejaban una falta total de asimilación de lo que estaba pasando no solo a nivel musical, sino también sociológico. Ni olfato había.
Desde que el el 18 de noviembre de 1962 se iniciaron estos Festivales de Música del Price Hall – que coincidieron en el tiempo con las primeras grabaciones de los Beatles en Inglaterra – fueron sometidos a un seguimiento de acoso y derribo con comentarios implacables que presionaban para que la autoridad competente los clausurara por orden gubernativa. Cuanta más gente acudía a los festivales matinales del Price, más caña daban las publicaciones próximas.
¿ A donde vamos a parar ?
La revista Triunfo publicaba en diciembre de 1962, recién inaugurados los conciertos, un reportaje sobre los festivales del Price donde se podian leer párrafos como estos...:
“ ¿ A donde vamos a parar ?. Los chicos se suben por las paredes mientras les dejan, claro. Quieren más, siempre más, pero no, nada que hacer. El espectáculo va a terminar... Se acabó lo que se daba... Esos muchachos que salen tarareando “ Speedy Gonzalez” a tomar el aperitivo y que por la tarde van al guateque o al bar, ese “americano” al que no se va precisamente a bailar... Por hoy ya está bien, ya has tenido tu ración de twist, chico. No pierdas la oportunidad. Ya sabes, los domingos por la mañana puedes gritar, chillar, silbar, patear bailar y moverte... “.
La consigna era cargarse esas nocivas actividades juveniles. El diario Pueblo insistía en los argumentos por los cuales la autoridad competente debia de tomar cartas en el asunto y dar cerrojazo a este tipo de manifestaciones musicales que podian desembocar en protestas masivas, social y politicamente peligrosas:
“Algunos grupos de jóvenes, envenenados por el ritmo a la salida del concierto, cometieron desmanes y fechorias...”.
Se veia intenciones políticas donde no las habia y se cargaban las tintas tratando de emborronar ante la sociedad adulta los nuevos formatos de diversión de la gente joven que iba a su rollo y pasaba de las reiteradas provocaciones. Los jóvenes españoles de los primeros años 60 nos estábamos incorporando, a través de la música y por la vía lenta, a la juventud del mundo.
Domingo tras domingo ( “si,si,si,si, siempre es domingo... ni me asusta ni preocupa el porvenir “) en las ciudades españolas, preferentemente Madrid y Barcelona, se celebraban festivales de música moderna que, con posterioridad, se incluian en las crónicas de sucesos con las coletillas tópicas de rotura de mobiliario y alteración del orden público para poner en estado de alerta a la sociedad adulta.
Bailando Twist
El fenómeno del rock en España, a pesar de la mala prensa, abrió los ojos de la industria discográfica que vió en los nuevos ritmos la disculpa perfecta para hacerse con el mercado juvenil. El madison, hully-gully, limbo, jerk, bossa nova, loop y sobre todo el twist, junto a algunas canciones melódicas, sirvieron como sedante de la ficticia crispación generada por el rock en España. Eran ritmos menos conflictivos que incluso hacian gracia en la masa adulta que, en ocasiones festivas, hacian sus pinitos en las reuniones familiares y en las pistas de las Salas de Fiestas y Boites.
En el resumen 1962 de la revista Tele-Radio, por entonces revista oficial de Televisión Española, incorporaba varios párrafos dedicados a la música joven y lo hacia en los siguientes términos:
“ Hoy nadie baila rock, pero todo el mundo baila twist... Sigue en alza el twist, el ritmo de moda, al que ni el madison ni la bossa- nova o nueva ola ha logrado arrinconar como se esperaba, haciéndolo desaparecer como el twist barrió los últimos estertores del rock...”
TVE más que subirse en el carro de la modernidad, tiraba de él convirtiéndose en defensora a ultranza del twist.
“ Hubo paises en los que el twist fue declarado fuera de la ley, mientras otros trataron de explicar al mundo en que consistía, luchando furiosa, desesperadamente, contra su general influencia, para defenderlo ardorosa y juvenilmente... Miles de twist se escucharon la noche de find de año en la televisión en las emisoras de radio, en las salas de fiestas o en los cotillones de alta alcurnia...
Solamente en 1962, la venta de guitarras eléctricas alcanzó los límites de lo inimaginable. La juventud española se ha incorporado a la juventud del mundo, pero se ha incorcoporado a la española... Ustedes habrán visto a menudo fotografías de fans admiradores de diversos cantantes o ritmos que han de ser desalojados por la fuerza pública de los locales que han semi-destrozado antes de una de esas exhibiciones... En los festivales de música moderna española, de twist sobre todo, no se rompen sillas, ni nadie se altera, ni el orden se rompe... “.
Con todos los beneplácitos de TVE el twist se convierte en el baile de moda en España y la mosca de Chuby Checker cria larvas que sacarán a bailar a las pistas a jóvenes y menos jóvenes que mostrarán su destreza moviendo caderas en posturas acrobáticas que, alarman a los traumatólogos que avisan del riesgo físico que este baile entraña.
“ Espejito, espejito mágico... ¿Quién baila el twist mejor que yo?”
¿ Que hacía un chico como yo en un época como aquélla donde los bailones se lo comían todo? . Pués estar a dieta. El baile no era mi fuerte y mientras los demás competian para molar con las chicas, el menda se lo montaba trabajando los catering caseros de los guateques. Comer, lo que se dice comer, comia, ... patatas fritas, canapés, sandwichs – cuando los había -- pero roscos, ni uno. Ni trabajando el cup de frutas reforzado, ni las poses de James Dean , ensayadas previamente ante el espejo, se remediaba mi aislamiento guatequero. Menos mal que me quedaba el recurso de acercarme al tocadisco de maletín y ejercer como pincha-discos, habilidad reservada por entónces para los feos, tímidos y patosos de las reuniones.
Animado por el ambiente del Circo Price, decido incorporarme al mundo de los vivos - - en sentido rítmico -- y me planto en la Academía de Baile “Miky” , en la madrileña calle del Carmen, para tomar clases. El presupuesto solo me permitió estirar un poco las piernas agarrado a unas profesoras que marcaban el ritmo a base de movimientos de cadera y culo...Total. se me acababan los tickets y en vez de soltarse, mi cuerpo se ponia más tieso...
Con la teoría aprendida voy a por la práctica y decido tomar lecciones por mi cuenta usando el sistema casero de la toalla. Era más barato . Y ahí me tienen delante del espejo resfregando el culo con una toalla en ademán de secarlo. ¡ No pase horas dando caderazos y moviendo los brazos para secarme un culo que no tenia mojado...!. Chupé espejo por un tubo hasta que empecé a soltarme con sube y baja corporal y paseo por toda la habitación al ritmo del twist. Me puse al día y me planté en los bailes sacando pecho. Me olvidé de hacer coderas, y de muscular el antebrazo a base del levantamiento de vidrio las barras y empecé a sacar brillo a las pistas de baile exhibiendo mis progresos como twister.
PD. Ahora "meneo" las caderas por recomendación "médica" para "lubrificar" los huesos . Estoy pensando en apuntarme a clases de "Danza del vientre" para bajar el "bandullo" cervecero.