UN "VIAJE AL PASADO" Y A LOS CONCIERTOS DOMINICALES DEL CIRCO PRICE DE MADRID.
La nueva serie de A3, "45
RevoLuciones, me ha devuelto a principios de los años 60, cuando estudiaba en
Madrid. ¡Menudo "revival"!.Hasta por momentos viéndola, me "vi "...
.
Ambientada en los años 60, y en la revolución musical que supuso la aparición
del rock & roll en la España
franquista, la trama gira alrededor
del nacimiento de una nueva discográfica. que según Elmundano.wordpress.com es fácil deducir que la
historia esta inspirada en el sello "Novola", la marca joven de Zafiro, recién creada en esos
años para los nuevos valores del pop-rock, donde debutaron Los Brincos y Serrat cantando
en español . El protagonista masculino tendría el perfil de Luis Sartorius,
pionero del primer rock ‘n’ roll madrileño de finales de los 50 como integrante
de Los Estudiantes (con quienes actuó en las matinales del Circo
Price), y que dejó los escenarios por los despachos (primero Philips y
luego Novola) mientras que la protagonista femenina respondería al perfil de
Maryní Callejo, considerada como quinto miembro de "Los Brincos".
Por aquel entonces servidor aún no
andaba por las "tripas" de las discográfica
, pero si me iba, y cantidad, el
"rollo", y aunque ya hace unos años,--"mogollón" -- ,está serie
de " 45 revoluciones", piso el acelerador de la nostalgía y
"tiró" de los recuerdos , que siempre ocupan un lugar en "mis
desmemorias revisadas". De hecho, cuando me hacen entrevistas y me
preguntan cómo me metí en este maravilloso mundo de la música, siempre contesto
que fue "yendo al Circo". Y se sonríen, pero, es cierto...era un
asiduo de las sesiones matinales del Circo Price de Madrid
REBOBINANDO...
Sucedió en los primeros años 60 cuando el gusanillo -- más bien
"garrapata" -- de la música se adentró en mi persona y ahí se quedó
hasta hoy. Esta es una crónica de aquellos tiempos en los que pasé de los
guateques a los conciertos en directo. De ahí que me considere un "extra
de la serie."
Reviviendo
mis andanzas musicales madrileñas de principios de los años 60, pulso la tecla
de Stop y paro la cinta de mis desmemorias en el recuerdo del Circo
Price cuyo solar está ocupado hoy por dependencias del Ministerio de
Cultura. ¿Premonición? o ¿ Casualidad?. ¡ Vaya Ud. a saber!. El caso es que las
sesiones matinales del Price madrileño fueron para mí toda una escuela donde
aprendí las primeras lecciones como espectador musical de conciertos.
El rock
existía en España antes del Price, pero fue en los locales de este Circo donde
empieza escribirse la historia del mismo. La etapa anterior queda como
pre-historia.
Cuando
los estudios me dejaban libre, o yo los dejaba a ellos – que de todo había –
frecuentaba en mi itinerario de fin de semana locales de baile, como el
Parnaso, donde los grupos madrileños de la época amenizaban las sesiones con
música en directo. Debido a las timideces, servidor se limitaba a
tomar posiciones en la barra, pasar de las rápidas, y esperar el turno de las
canciones lentas donde, lo de bailar, era solo una disculpa.
Además
de la inspección ocular del ambiente, de gastar coderas y tomar algún que
otro Horse Neck – combinación de moda que consistía en Ginger
Ale con Brandy – en las barras se hacía amistad con
otros muchachos hablando de chicas y de música.
De esta manera me entero de unas sesiones matinales que se estaban celebrando
en el Circo Price, y en las que según referencias de mis compañeros
de barra , se lo pasaba uno de lo lindo. La curiosidad hace que un domingo
abandone el circuito del aperitivo y me dirija hacia la plaza del Rey y me
plante ante las taquillas del Price donde se anunciaba la celebración
de los Festivales de Música Moderna en los siguientes términos:
¡ La actualidad musical y los ritmos de hoy
con los más audaces y aplaudidos intérpretes de la música moderna sobre la
pista luminosa del Price Hall !.
Más
abajo y sobre el ventanuco de la taquilla el precio de las entradas: 10, 15 y
20 pts. Compro la más barata y entro por primera vez en mi vida en el
gran circo
del rock and roll donde aún permanezco, y espero
permanecer por muchos años más mientras el cuerpo aguante – que dice Miguel
Rios – y la mente me responda.
Aquella
experiencia sirvió para que mis ojos y mis oídos se adaptaran a las nuevas
músicas proporcionándome la valentía suficiente para desterrar mis timideces
bailables . A mis 19 años fue todo un descubrimiento que asimile de forma
rápida.
Allí empecé a escuchar a Dick y Los Relámpagos, anunciados como los electrónicos
del ritmo o
a Los Tonys que tenían un cantante llamado Micky que
se anunciaba como el hombre goma por su forma de contonearse y
revolverse en el escenario al estilo de las grandes figuras del rock and
roll.
También andaban por allí Los Pekenikes, anunciados como los aristócratas
del twist o ídolos de hoy, y Los Cinco Estudiantes,
considerados como el primer conjunto de España.
Otros asiduos eran Los
Jets, Mike Rios y un cantante italiano llamado Torrebruno que
junto a Miguel Angel Nieto hacía las veces de ocasional
presentador de los festivales y que, tres años más tarde, tuvo el gran honor de
presentar en la plaza de toros de las Ventas a los mismísimos Beatles...
Particularmente
me impacto la actuación de un grupo que cantaba en inglés y que decía venir de
Inglaterra, aunque de donde provenían realmente era de Gibraltar, eran
"llanitos". Se llamaba Diamonds Boys y me dejaron impresionados
con los instrumentos y el equipo de sonido que traían más que por las canciones
que interpretaban.
Esto, a los jóvenes de hoy, les puede parecer una chorrada, y
tal vez así fuera, pero no se veían todos los días buenas guitarras,
amplificadores y baterías. Realmente, solo con ver en escena a los Diamonds
Boys se le ponía a uno cara de lelo que acentuaba sus
rasgos al escucharlos cantar en inglés...”la repera”...
Aquel grupo se disolvió
pronto, dos de sus miembros, Albert y Richard, forman un dúo
también de efímera vida artística al marcharse uno de ellos, Albert, se
fue a Inglaterra para empezar como Albert Hammond su
carrera como cantante y compositor entre la élite mundial.
UN FESTIVAL "MILLONARIO DE ILUSIONES"
De
ahí que se airean cifras de costes para determinar la magnitud de los mismos.
He aquí la liquidación historica del
primer festival del Price celebrado el dia 18 de noviembre de 1962:
RECAUDACION ..................................................................
25. 510 pts.
Impuesto
de Autores ( 10 %) .................... 2.551 pts.
Impuesto
de Menores ( 5% ) .................... 1.275 pts.
Presupuesto
Programa ............................. 3.575 pts.
PERSONAL
TECNICO
Maquinistas
Electricistas
Auxiliares
y Calefactor
Gratificación
electricistas
Horas
extraordinarias
Acomodadores
Porteros
Jefe
de Personal
Administrador
Taquilleras
................................................ 4.215 pts.
LOCAL
Renta
( 3ª parte) ....................................... 1.850 pts.
Luz
..........................................................
750 pts.
Calefacción
.............................................. 700 pts.
PROPAGANDA
400
Carteles a 3 pts.................................. 1.200 pts.
Anuncio
en ABC .................................... 2.700 pts.
Anuncio
en PUEBLO ........................... 1.600 pts.
Anuncio
en MARCA .............................. 675 pts.
Total
Gastos
.......................................................................................
22.591 pts.
Liquído ............ 2.918 pts
REPARTO
DE BENEFICIOS
50
% Empresa Feijoo - Castilla = 1. 459 pts.
50
%
Organización
= 1. 459 pts.
Los chicos malos del rock y la prensa de la época
La nueva música atraía
todos los domingos al Price alrededor de 2.000 jóvenes. Una afluencia que
empezó a molestar y escandalizar a la gente "mayor".
Publicaciones de
la época daban la voz de alarma con artículos que no solo reflejaban total
desconocimiento del tema sino que también destilaban mala leche. Había
que poner freno a tanto desorden que amenazaba, en opinión de los
articulistas, con la pérdida de respeto a toda autoridad establecida.
La
verdad era que yo no entendía nada de aquella cruzada contra el rock and roll y
el twist emprendida por emisoras de radio y periódicos . Lo pasaba fenómeno, no
me metía con nadie , me divertía y nunca se me paso por la imaginación que
estaba en medio de un enfrentamiento generacional en donde la música ramplona,
ruidosa y excitante, junto a los gritos y las palabras obscenas (?) que
iban en las canciones pudieran minar la moral de la sociedad .
¿
Rebelde?... No, al menos con causa y consciencia de serlo. Asistiendo a los
festivales de música me sentía diferente. Era una moda y yo, como todo
hijo de vecino que pudiera hacerlo, iba a la moda y no hacía daño a nadie ni a
nada. Era un joven de mi época – esa que después hasta la llamaron prodigiosa
-- al que le había tocado bailar y escuchar música de su época.
Volviendo
a los comentarios aparecidos en la prensa española en los primeros años 60
sobre la música joven , insistir en que reflejaban una falta
total de asimilación de lo que estaba pasando no solo a nivel musical,
sino también sociológico. Ni olfato había.
Desde
que el el 18 de noviembre de 1962 se iniciaron estos Festivales de Música del
Price Hall – que coincidieron en el tiempo con las primeras grabaciones
de los Beatles en Inglaterra – fueron sometidos a un seguimiento de acoso y
derribo con comentarios implacables que presionaban para que la autoridad
competente los clausurara por orden gubernativa. Cuanta más
gente acudía a los festivales matinales del Circo Price, más caña daban
las publicaciones próximas.
La
revista Triunfo publicaba en diciembre de 1962, recién
inaugurados los conciertos, un reportaje sobre los festivales del Price donde
se podian leer párrafos como estos...:
¿
A donde vamos a parar ?. Los chicos se suben por las paredes mientras les dejan,
claro. Quieren más, siempre más, pero no, nada que hacer. El espectáculo va a
terminar... Se acabó lo que se daba... Esos muchachos que salen tarareando “
Speedy Gonzalez” a tomar el aperitivo y que por la tarde van al guateque
o al bar, ese “americano” al que no se va precisamente a bailar... Por hoy ya
está bien, ya has tenido tu ración de twist, chico. No pierdas la oportunidad.
Ya sabes, los domingos por la mañana puedes gritar, chillar, silbar, patear
bailar y moverte... “.
La
consigna era cargarse esas nocivas actividades juveniles.
El diario Pueblo insistía
en los argumentos por los cuales la autoridad competente debía de tomar cartas
en el asunto y dar cerrojazo a este tipo de manifestaciones musicales que
podían desembocar en protestas masivas, social y políticamente peligrosas:
“Algunos
grupos de jóvenes, envenenados por el ritmo a la salida del concierto,
cometieron desmanes y fechorías...”.
Se
veían intenciones políticas donde no las había y se cargaban las tintas tratando
de emborronar ante la sociedad adulta los nuevos formatos de diversión de la
gente joven que iba a su rollo y pasaba de las reiteradas provocaciones.
Los
jóvenes españoles de los primeros años 60 nos estábamos incorporando, a través
de la música y por la vía lenta, a la juventud del mundo.
Domingo
tras domingo ( “si,si,si,si, siempre es domingo... ni me asusta ni
preocupa el porvenir “) en las ciudades españolas, preferentemente
Madrid y Barcelona, se celebraban festivales de música moderna que, con
posterioridad, se incluían en las crónicas de sucesos con las coletillas
tópicas de rotura de mobiliario y alteración del orden público para
poner en estado de alerta a la sociedad adulta.
BAILANDO
TWIST
El
fenómeno del rock en España, a pesar de la mala prensa, abrió los ojos de la
industria discográfica que vió en los nuevos ritmos la disculpa perfecta para
hacerse con el mercado juvenil. El madison, hully-gully, limbo, jerk,
bossa nova, loop y sobre todo el twist, junto a algunas
canciones melódicas, sirvieron como sedante de la ficticia crispación generada
por el rock en España.
Eran ritmos menos conflictivos que
incluso hacían gracia en la masa adulta que, en ocasiones festivas, hacían sus
pinitos en las reuniones familiares y en las pistas de las Salas de Fiestas y
Boites.
En
el resumen 1962 de la revista Tele-Radio, por entonces revista
oficial de Televisión Española, incorporaba varios párrafos
dedicados a la música joven y lo hacia en los siguientes términos:
“
Hoy nadie baila rock, pero todo el mundo baila twist... Sigue en alza el twist,
el ritmo de moda, al que ni el madison ni la bossa- nova o nueva ola ha logrado
arrinconar como se esperaba, haciéndolo desaparecer como el twist barrió los últimos
estertores del rock...”
TVE más que subirse
en el carro de la modernidad, tiraba de él convirtiéndose en defensora a
ultranza del twist.
“
Hubo países en los que el twist fue declarado fuera de la ley, mientras otros
trataron de explicar al mundo en que consistía, luchando furiosa,
desesperadamente, contra su general influencia, para defenderlo ardorosa y
juvenilmente... Miles de twist se escucharon la noche de fin de año en la
televisión en las emisoras de radio, en las salas de fiestas o en los
cotillones de alta alcurnia...
Solamente
en 1962, la venta de guitarras eléctricas alcanzó los límites de lo
inimaginable. La juventud española se ha incorporado a la juventud del mundo,
pero se ha incorporado a la española... Ustedes habrán visto a menudo
fotografías de fans admiradores de diversos cantantes o ritmos que han de ser
desalojados por la fuerza pública de los locales que han semi-destrozado antes
de una de esas exhibiciones... En los festivales de música moderna española, de
twist sobre todo, no se rompen sillas, ni nadie se altera, ni el orden se
rompe... “.
Con
todos los beneplácitos de TVE el twist se convierte en el
baile de moda en España y la mosca de Chuby Checker cría
larvas que sacarán a bailar a las pistas a jóvenes y menos jóvenes que
mostrarán su destreza moviendo caderas en posturas acrobáticas que, alarman a
los traumatólogos que avisan del riesgo físico que este baile entraña.
BAILANDO
EL TWIST
Espejito, espejito mágico... ¿Quién
baila el twist mejor que yo?”
¿
Que hacía un chico como yo en un época como aquélla donde los bailones se
lo comían todo? . Pués estar a dieta. El baile no era mi
fuerte y mientras los demás competían para molar con las
chicas, el menda se lo montaba trabajando los catering caseros
de los guateques.
Comer, lo que se dice comer, comía, ... patatas fritas,
canapés, sandwichs – cuando los había -- pero roscos, ni
uno. Ni trabajando el cup de frutas reforzado, ni las poses de James
Dean , ensayadas previamente ante el espejo, se remediaba mi
aislamiento guatequero.
Menos mal que me quedaba el recurso de acercarme
al tocadisco de maletín y ejercer como pincha-discos, habilidad
reservada por entónces para los feos, tímidos y patosos de las
reuniones.
Animado
por el ambiente del Circo Price, decido incorporarme al mundo de los
vivos - - en sentido rítmico -- y me planto en la Academía de Baile “Miky” ,
en la madrileña calle del Carmen, para tomar clases. El presupuesto solo
me permitió estirar un poco las piernas agarrado a unas profesoras que marcaban
el ritmo a base de movimientos de cadera y culo...Total. se me acababan los
tickets y en vez de soltarse, mi cuerpo se ponía más tieso...
Con
la teoría aprendida voy a por la práctica y decido tomar lecciones por mi
cuenta usando el sistema casero de la toalla.
Era más barato .
Y ahí me tienen delante del espejo resfregándo el culo con una toalla en
ademán de secarlo. ¡ No pase horas dando caderázos y moviendo los brazos para
secarme un culo que no tenia mojado...!.
Chupé
espejo por un tubo hasta que empecé a soltarme con sube y baja corporal y paseo
por toda la habitación al ritmo del twist. Me puse al día y me planté en los
bailes sacando pecho. Me olvidé de hacer coderas, y de muscular el antebrazo a
base del levantamiento de vidrio las barras y empecé a sacar brillo a las
pistas de baile exhibiendo mis progresos como twister.
PD 1 .- Ahora "meneo" las caderas por recomendación "médica"
para "lubrificar" los huesos . Estoy pensando en apuntarme a clases
de "Danza del vientre" para bajar el "bandullo" cervecero.
PD 2 .- Pasados los años, en 1977, mi primera producción ejecutiva, el disco "Fonte do Araño" de Emilio Cao, casualidades de la vida, se editó en Novola el sello subsidiario de Zafiro. Para lo cual, también tuve que trabajar intensamente los despachos y convencer a la jefa de producción de la compañía de que se trataba de un paso adelante en la música folk gallega con
la "implantación" de lo que posteriormente se dió en llamar "música celta gallega" que por entonces abría nuevos horizontes .