UN "TROPEZÓN"
CUALQUIERA DA EN LA VIDA…
JULIO IGLESIAS "TROPEZÓ"CON EL ÉXITO EN A CORUÑA EN 1971
Pero, como el de Julio Iglesias
en A Coruña el jueves 12 de agosto de 1971 en el Pabellón de Deportes de A
Coruña, muy pocos. ¡ Fue grandioso!. Treinta años y nueve días después, el
martes 21 de agosto del 2001, Julio se encara conmigo al inicio de la rueda de
prensa previa a su concierto en el Coliseo: ¿Aún estás vivo Nonito?. Asiento
con la cabeza al tiempo que levanto la barbilla y le respondo con un gesto que
lo señala en afirmación de que él también lo está. Cinco días antes, los dos
habíamos estado "coleando" telefónicamente -- él desde Cartago,
Túnez, donde actuaba y yo en A Coruña -- en amena conversación trasladada
posteriormente a entrevista para los lectores de El Ideal Gallego.
"¿Cuantos años tienes ahora Nonito?..."Dos meses más que tú",
respondí... ,"Yo voy a cumplir 48 " , ..."Yo ya hace meses que los
cumplí Julio".... Fue una charla, previa al "estás vivo",
interrumpida por constantes alusiones al pasado. "¿Te acuerdas
Nonito?"... Y me acordaba, claro que me acordaba... Él también. Y eso que
habían pasado treinta años desde que nos conocimos en otra rueda de prensa
menos multitudinaria, en el hotel Atlántico, que acabó en un "téte a téte
" entre los dos, con Alfredo
Fraile, su manager de entonces, como testigo.
UN "CHICO BIEN" QUE
CANTA
Aunque Julio Iglesias se había metido en el bolsillo -- es un decir
ya que se había hecho un traje sin ellos para evitar la tentación de meter las
manos dentro -- a media Europa, después
de quedar en cuarta posición del Festival de Eurovisión de 1970 con Gwendoline,
no quería ser "un chico bien que canta" y venia dispuesto a desmontar
la imagen de frivolidad que le rodeaba y que lo llevaba a las portadas de las
revistas del corazón de la época desvirtuando su trayectoria como cantante
(eran otros tiempos y los conductos musicales estaban al margen de los
cotilleos). Aún estaba reciente su boda en Illescas, Toledo, con una chica de buena sociedad -- la señorita
filipina Isabel Presley, "amiga de las nietas del Generalísimo", como
reseñaban las notas de sociedad de por entonces. En el transcurso de aquella
entrevista me había quedado muy claro que Julio estaba decidido a hacer carrera
en el mundo de la canción y que, para lograrlo, había que sufrir.
UN CANTO A GALICIA
Entre sus proyectos más
inmediatos había resaltado la preparación de canciones para grabar un nuevo
disco entre las que destaco una: "Se llama Un Canto a Galicia y la
voy a presentar en el concierto de hoy.
¿Porqué ese título?...Bueno mi padre es gallego, tengo familia en
Ourense, me encanta el mar, me encantan las gentes de esta tierra, me gusta
Galicia y, por eso les canto, como un homenaje pequeño, pero, sentido. Ayer por
la noche en el restaurante Fornos le pusimos la letra en gallego entre mi padre
y un periodista de La Coruña que se llama Ezequiel Pérez Montes. Espero que
guste"... Terminada la entrevista Julio cogió camino del Edificio La
Terraza para realizar una entrevista en Radio Juventud y yo me uní al grupo de
Víctor Manuel que salía del hotel para probar sonido en el Pabellón de Deportes
donde actuarían, en sesiones de tarde y noche, los dos artistas. Durante las
pruebas de sonido, el manager de Víctor Manuel me pide que sea yo quién
presente el espectáculo. Se había cubierto el aforo para las dos sesiones y
había buen ambiente en los camerinos donde Julio estaba acompañado del coruñés
Juan Cebrián al que conocía de Madrid.
LA GENEROSIDAD DE VICTOR MANUEL
Llega la hora de subir al
escenario y Julio, que lucia un impecable traje blanco, difícilmente puede
disimular los nervios. Lo presento y durante su actuación de la tarde se mete
al público en el bolsillo de un traje que no los tenia. Juan Cebrian y yo lo
felicitamos por su actuación y tras un pequeño descanso subo de nuevo al
escenario para presentar a Víctor Manuel que aparece con camisa y pantalón
vaquero. En el backstage, y durante la actuación del asturiano, Julio se acerca
a mí, me coge por un brazo y me lleva hacía la zona de camerinos: "Quería
pedirte un favor... como parece que conoces a Víctor Manuel bastante bien, ¿le
puedes preguntar si no le importaría cambiar el orden de actuación para la
sesión de la noche...". La petición se las "traía", por atípica
y difícilmente realizable toda vez que los artistas miran y mucho, el orden de
actuación que va de menos a mas renombre artístico. Julio, que era el telonero,
quería cerrar como "estrella" el concierto de la noche. El encargo
que me hacía era insólito y él lo noto en mi cara..." Es que quisiera
presentar la canción Un canto a Galicia de la que te hable por la tarde".
No le prometí nada e incluso no tenía muy claro si se lo iba a decir a Víctor
Manuel que sobre el escenario arrasaba con sus canciones. Al bajar del
escenario Victor Manuel se dirige con sus
músicos al camerino y yo voy con ellos. Todo el mundo estaba contento y
yo, como quién no quiere la cosa, aprovecho para hacerle llegar la petición de
Julio sobre el cambio en el orden de salida..."¡Por mi encantado!, exclama
jovial Víctor Manuel. Ningún problema. Así acabamos antes y me voy a buscar a
Ana Belén, por qué quede con ella está noche cuando estuvimos hablando en el
hotel. ¡Vamos a cenar rápidamente por
que por la noche salmos de primeros...!, avisa a sus músicos Víctor Manuel.
ESTRENO MUNDIAL
Salgo rápidamente del camerino y
voy en busca de Julio Iglesias para darle la buena nueva, pero, ya se había
marchado a cenar con Juan Cebrían. Yo hago otro tanto con Víctor Manuel y
durante la cena hacemos planes para después del concierto con los componentes
de la compañía de teatro que representaba la obra "Sabor a Miel" en
el teatro Colón, entre los que se encontraba Ana Belén. Tras una cena rápida
llegamos al Palacio de los Deportes donde ya estaba preparado para salir en
primer lugar. Se cruzan y Víctor le dice que no hay ningún problema y que
abriría él, el concierto. Subo al escenario y doy paso a la primera actuación
del asturiano, que revienta de éxito. Tras el descanso le toca el turno a Julio
que esta preparado e inquieto. Le doy una palmada en la espalda y subo las
escaleras del escenario con las luces apagadas y me coloco ante el micrófono.
Se enciende el cañón de luz y comienzo a presentar a Julio Iglesias mientras
los músicos ocupan los respectivos lugares. Hago hincapié, durante la
presentación, en que vamos a asistir al estreno mundial de una canción dedicada
a Galicia. Estallan los aplausos y en ese momento, me giro con el brazo
extendido en dirección a las escaleras
por donde tenía que aparecer Julio Iglesias, al tiempo que las luces del
escenario se encienden. Tal vez cegado por las luces y por los problemas de
movilidad producto de su accidente de tráfico, Julio Iglesias se
"come" el último escalón y entra desequilibrado, y casi a cuatro
patas en el escenario. Una entrada llamativa que levanta "¡ oooohs
!" de sorpresa en el público que se
transforman en calurosos aplausos cuando recobra la verticalidad y se dirige
hacia el micrófono. Por mi parte, al ver el tropezón, me dirijo a él para
ayudarlo, pero, no hace falta, recobra de inmediato la compostura y al
cruzarnos en medio del escenario, lo recibo con un apretón de manos para
desearle buena suerte, al tiempo que por lo "bajines" le digo
bromeando: ¡ Esto se llama entrar con buen pié ...!. Julio ni se inmuta y
acompañado de los aplausos, empieza su actuación. Al final éxito doble y a lo
grande, de Víctor Manuel y Julio Iglesias que lograron reunir en las dos
sesiones a más de 12.000 personas. ¿ Quién podía imaginarse que aquel
"tropezón" de Julio Iglesias ina a ser toda una premonición del éxito
que después obtendría su "Canto a Galicia" ?. Ni él mismo podía
imaginar que aquella canción que había estrenado como primicia mundial, y que
como tal dedicó al público, al público de A Coruña en particular y al de Galicia
en general, sería la que lo llevaría en volandas hacia él éxito mundial. Pero,
eso, ya es otra historia...
EL
ROMANCE DE JULIO IGLESIAS Y UNA "CHICA" LLAMADA GALICIA.
El titular suena a montaje que
no lo fue, y si una anécdota simpática que tuvo con posterioridad diferentes
versiones, incluida la dada por el mismísimo Julio Iglesias, adornadas para
enfatizar más el equívoco. Esta es la original, y tengo la certidumbre de ello,
porqué me toco vivirla personalmente en las oficinas que la compañía
discográfica Decca- Columbia tenía en la madrileña plaza Vázquez de
Mella, a pocos metros del disco pub Long Play dónde por entonces se daban cita numerosos
artistas y gente relacionada con el mundo del disco y la música. Nos remontamos
al año 1972, cuando aquel disco del que Julio nos había hablado el año anterior
en A Coruña, y en el que se incluía la canción Un canto a Galicia, salió
al mercado.
En uno de los por entonces
frecuentes viajes a Madrid, llamó por teléfono a Gabriel González, jefe de
promoción de la compañía, para anunciarle mi visita. Quedamos citados a media
mañana y allí me presento. Tengo que esperar un rato para ser recibido porque
Gabi ,como se le conoce entre los amigos, estaba despachando con el Halterman,
un alemán que ocupaba el puesto de director ejecutivo de la compañía en España.
Durante la espera me dedico a "hacer pasillos" y en ellos me
encuentro con el "dinámico "
Manuel de la Calva, que por aquella época era el productor de Julio Iglesias --
más tarde lo sería la otra mitad del dúo, Ramón Arcusa --. Conversamos sobre la
marcha del nuevo disco de Julio y se muestra optimista por la acogida que había
tenido. A la charla se une el cantante asturiano Danny Daniel, que por allí
andaba solucionando un tema de royalties, puesto que junto a la cantante Donna
Hightower también formaban parte de la
escudería musical de Columbia, y su nombre figuraba en el disco de Julio como
compositor de la canción "Por el amor de una mujer".
UNA HISTORIA DE AMOR CON
"MORRIÑA"
En lo más animado de la
conversación aparece Gabriel González que se dirigía a la sala de teletipos
junto a Halterman para enviar una documentación. Me dice que en unos minutos
está conmigo, y mato la espera "pegando la hebra" con Manolo y Danny.
En un momento dado Gabriel asoma la cabeza por la puerta de la sala de telex y
con la guasa de castizo madrileño que le caracteriza, va y me dice:
"¡Gallego, ven para aquí que te voy a enseñar algo... Tienes que echarnos
una mano porqué no sabemos que hacer". Entro en la sala y pregunto que
pasa. Lo que pasa, me lo dice Halterman: "Acabo de traducir un teletipo llegado de Alemania en el que nos
piden más noticias sobre la canción Un canto a Galicia ya que parece que está teniendo bastante
éxito allí...". A bote pronto me sorprende la noticia, ya que en España
era "Por el amor de una mujer" la canción estrella del disco.
Reacciono con el argumento de que son muchos los emigrantes gallegos que hay en
aquel país y que, al escuchar la
canción, pienso, les ha invadido la "morriña". Halterman y Gabriel
dan por buena esta posibilidad y el primero, traduce íntegramente el texto del
teletipo enviado por la central de Decca en Alemania: "Urgente.
Necesitamos a la mayor rapidez posible fotos e información de Galicia, la chica
a la que canta Julio Iglesias. La canción Un canto a Galicia está a punto de
entrar en listas y conviene una campaña promocional para darle el empujón
definitivo...Interesa información de cómo nació esa historia de amor..."
Las carcajadas traspasaron el Muro de Berlín y el cachondeo fue de órdago a la
grande, como diría Gabriel, un experto jugador de mus: "¡ Mira que si se
entera Isabel Presley de las andanzas extra matrimoniales de Julio...(risas)
"
CABEZAS CUADRADAS
En realidad, Julio Iglesias,
tras su participación en el Festival de Eurovisión, ya tenía un nombre hecho en
el mercado europeo. Por tanto no era sorprendente que sus canciones pudieran
funcionar bien, sobre todo en la Europa de habla no anglosajona , algo menos
chauvinista que el mercado británico, donde por cierto, y con posterioridad,
Julio Iglesias también la montó cantando en castellano el clásico Beguine
the Beguine que bajo el titulo de Volver a empezar llego a ser
número uno en las listas británicas. Algo inaudito. Aquello fue, tanto o más
difícil, como llegar a plantar una "pica en Flandes".
Volviendo al noviazgo de Julio
Iglesias con la "chica" llamada Galicia, lo que realmente nos
sorprendía a todos estaba en el hecho de
que fuera una canción cantada, no ya en castellano, sino en gallego, la que se
"saliera" del álbum y comenzara a escalar puestos en las listas de
éxitos alemanas. El departamento de promoción germánico no se lo creía y el
español, tampoco, aunque a este último se le hizo más creíble tras la alusión a
la importante colonia de emigrantes gallegos en Alemania. " Es que estos
alemanes son unos cabezas cuadradas -- decía con guasa y abundante pitorreo
Gabriel González dirigiéndose a Halterman --... No se enteran de nada... Ya
verás cuando le diga a Julio que le ha salido una novia y que se llama
Galicia...". Tras reírnos un buen rato con el equívoco, Gabriel me
pregunta: ¿Qué hacemos Nonito, les seguimos el juego y les mandamos a los
alemanes una foto de una buena moza gallega para seguirles el juego...?. ¡ De eso nada! ... ¡
La que se puede montar!, exclamo alarmado ante la posibilidad de que, ni aún en
broma, nos prestáramos a un montaje nacido del desconocimiento, por parte de
los alemanes -- al menos por parte de los "promocioneros" teutones
--, de la existencia de un país llamado Galicia.
LA RUBIA Y LA MARELA
Había que deshacer entuertos y
con ánimo jocoso se me ocurrió como hacerlo: " Para que se enteren, les
puedes mandar a tus colegas alemanes una tarjeta postal con un paisaje de
Galicia, con una "vaca rubia" pastando en un prado...Y para mayor
aclaración un titular que ponga ..."¡ Esta es Galicia! ". Cuando
llegue A Coruña te mando la tarjeta postal para que la envíes... (risas)".
Ni que decir tiene que lo dicho fue en plan de broma, pero, como Gabriel es muy
guasón, se quedó con la copla. Tres días después del episodio, me llama Gabriel
González ...:" ¡ Gallego, que pasa con la foto de Galicia que me ibas a
mandar!...¡ Pero si lo dije de "coña"...!, respondí sorprendido. ¿Se
la quieres mandar de verdad a los alemanes...¡ Y tanto...para que se
enteren!...Así que mándala urgentemente". Con la misma me voy a Foto
Blanco y busco varias vistas panorámicas de la campiña hasta que doy con una
perfecta para el propósito. Se trataba de una imagen bucólica en la que se podían ver dos vacas pastando en
unos hermosos prados verdes gallegos. Se la envió a Gaby y ál a su vez la manda
para Alemania con la aclaración pertinente -- por si las moscas -- de que
ninguna de las vacas se llamaba Galicia: "Una se llama Marela y la
otra Rubia. Galicia no es ninguna mujer, sino una hermosa región de
España como podéis ver en la foto" -- enviando un lote de tarjetas postales para que se enteraran---
No se como acabo la historia de
la foto, aunque no me extrañaría nada que la tarjeta postal se reprodujera en
algún periódico alemán para mostrar la belleza del paisaje de esa Galicia a la
que cantaba Julio Iglesias. Al final "Un canto a Galicia llegó al número
uno de las listas alemanas y Julio Iglesias comenzó una carrera internacional
que lo llevó hasta la cima. Y todo por culpa de una "chica" llamada
Galicia que paseó por primera vez en el Pabellón de Deportes de A Coruña.