TAMLA
MOTOWN
La
Tamla Motow cumplíó 55 años.
Todo empezó en enero de 1959, en en Detroit,
cuando Berry Gordy Jr., que entonces contaba con 29 años, pidió a su familia un
préstamo de 1.000 dólares. Recibió sólo 800 pero estos le bastarían a Gordy
para fundar la que pronto se convertiría en una de las fábricas de éxitos más
rentables de la historia del pop, aunque por aquél entonces sólo constaba de
una cabaña y la voluntad de unas pocas personas, entre ellos su propia familia. Así de la nada,
nació Motown. Incialmente, Gordy la llamó Tamla Records pero pronto le cambió el nombre por Motown,
abreviatura de 'Motor-Town', en claro homenaje a la potente industria
automovilística de Detroit.
Y esa fue la clave
del éxito de Motown: Gordy se empeñó desde sus inicios en que el sello funcionara como una perfecta cadena
de montaje. En
serie, se forjaron los grandes hits del sello desde el inicial "Come to Me"
de Mary Johnson, a tantos y
tantos que entrarían en el Top Ten las listas en los siguientes diez años.
"Hazlo fácil, estúpidol"
Hablar de
fabricación en serie no es ninguna exageración en el caso de Motown. Los
compositores escribían canciones de forma seriada y sin parar, y acto seguido
los músicos de estudio grababan los temas para que finalmente grabaran los
artistas, los que ponían voz y imagen a la canción. Este estricto sistema, en
el que el control de calidad de la canción y la evaluación de su capacidad de
ser un éxito era fundamental, aseguraba que los temas llegaran a un público
amplio y multiracial.
La receta pasaba
por la sencillez ("Keep It Simple, Stupid!", afirmaba Gordy). Motown
tomó prestado el gran legado de la música negra y lo transformó en sonidos
accesibles a todos los públicos. En su papel de romper barreras raciales sólo
su competidora Stax (fundada en Memphis), tuvo una importancia similar. Durante
esos años claves, Motown fue el sonido de toda una generación que decía basta a
un sistema aún basado en los prejuicios raciales. Todos, blancos y negros, bailaron al ritmo de
esas canciones.
Queda claro que la cosa
funcionó y en pocos años Gordy se convirtió en el empresario negro más rico de su generación. Aunque en los setenta, bajó la influencia del
sello (en 1972, Gordy trasladó la compañía Los Angeles), aún daría célebres
éxitos.
Su legado ha
quedado en nombres como Stevie Wonder, Smokey Robinson, Marvin Gaye,Temptations, The
Supremes, Diana Ross, Lionel Richie o
Micheal Jackson (con sus Jackson Five), etc. , que ya han pasado a ser historia de la música y no
hubieran sido posibles sin Motown.
EL SONIDO DE LA TAMLA MOTOWN “RUGIÓ” EN A CORUÑA POR PRIMERA
VEZ EN ESPAÑA
Hoy,
algunos de los asistentes a la "premier" celebrada en el Playa Club,
de "los buenos tiempos" conserva los dos discos de la presentación
como "oro en paño".
Por Nonito Pereira
Hoy, el sonido de la Tamla Motown, también conocido a
nivel mundial como el Sonido Detroit, recobra actualidad asomándose de nuevo a
la actualidad a través de discos y
fascículos que cuentan su historia. Una historia, ya leyenda, plagada de éxitos y de artistas
que liderados por Berry Gordy Jr -- un ex mecánico de automóviles conocido como el “Sr. Presidente” --
escribieron buena parte de la historia de la música joven mundial en las
décadas de los años 60 y 70. La música de la Tamla estaba hecha por negros pero
confeccionada para todos los gustos, incluido el del aficionado blanco. Era el
sonido de un desafío : el desafío de un sonido, el de la “Joven América”
cincelado en las voces de artistas y grupos como Smokey Robinson – el
vicepresidente -- Four Tops, The Supremes, Martha Reeves & the Vandellas,
The Marvelettes, Marvin Gaye, Jackson Five, Diana Ross, Temptations, Stevie
Wonder, etcétera, así como compositores y productores como el propio Berry
Gordy Jr, y el trío Holland-Dozier-Holland, que coparon las listas de éxitos
norteamericanas durante la década prodigiosa de los años 60. En nuestro relato
de hoy, no vamos a contar, ni cantar, ni tan siquiera bailar, la historia de la
Tamla Motown , aunque si narraremos el hecho “insólito, de que este sonido de éxito mundial
“rugíera”, por primera vez en España, en A Coruña.
ERASE UNA VEZ
De eso ya han pasado 46 años. En 1972 los éxitos de la
Tamla Motown ya eran conocidos en España, aunque quedaban restringidos a una
minoría de aficionados que disfrutaban con la música de color. Un buen día, en
una de mis habituales visitas a las compañías discográficas en Madrid, me
acerco a saludar a Ernesto Duarte, jefe de producto internacional de la RCA
Española , en uno de esos días en que este recordado músico cubano, atrapado
detrás de una mesa de oficina, aligeraba su armario metálico repleto de
auténticos tesoros discográficos, pero, que no reunían la suficiente
comercialidad para ser editados en el mercado español.
Allí estaba yo de
“contenedor” para “reciclar” alguna de aquellos vinilos que hoy día figuran en
mi discoteca como auténticas joyas. Mientras realizaba ese trabajo “frustrante”
– el tener que “comerse” una serie de discos de calidad contrastada, pero, con
escasas garantías de una comercialización rentable – Ernesto me involucraba en
la escucha del producto y solicitaba mi opinión para pasar después a
intercambiar opiniones. En estas estábamos cuando me hace escuchar el último
producto de la Tamla Motown que distribuía en España la RCA. Se trataba del
“Papa was a Rolling Stone” de Temptations y
“Rockin´Robin” y “Ben “ de Michael Jackson. Me deshago en elogios,
mientras él asiente y se lamenta: ¡ Que pena que este producto no tenga mercado
en España!. No estoy conforme y defiendo la posible comercialidad de la
“mercancía” con el ardor de mis preferencias por esa música. Me pone los pies
en el suelo, haciéndome caminar por el frío enlosado de las cifras de otros
artistas de la Tamla. Las “verdades” que escucho ofenden mi entusiasmo y sigo
dando cabezazos contra la pared de la evidencia, rebuscando todo tipo de
argumentos para contradecirla.
En plena lamentación , Duarte, comenta la posibilidad de
que estos discos sean lo último de la
Tamla que edite en España la RCA porque el contrato de distribución estaba a punto
de finalizar y las posibilidades de renovación eran escasas. ¿ Motivos?.
Básicamente uno: la Motown exigía que fuera editado absolutamente todo su
catálogo y la RCA no estaba por la labor ya que no había mercado para él.
En
estas estábamos cuando apareció en el
despacho Alfonso Eduardo, comentarista musical de Radio Nacional de España que
también venía a enterarse de las novedades. Nos liamos a hablar, y lo seguimos
haciendo durante la comida para llegar, en la sobremesa, a formatear un
proyecto que plantea Ernesto Duarte: “¿Qué os parece, ya que os gusta tanto
esta música, si dedicaís en vuestros respectivos medios de radio unos programas
especiales dedicados a esta música?. Yo os pasaría material inédito en España y
sería toda una primicia”. En pleno desarrollo del proyecto, se suscita lo
idóneo del sonido Tamla para bailar en discotecas. Empezamos a tirar del hilo y
acabamos haciendo un ovillo: “ ¿Porqué no hacer unas audiciones de la Motown en
las discotecas más importantes de España?.
LOS DISCOS
Muchos jóvenes coruñeses de por aquél entonces, aún
guardan como oro en paño un dossier con la historia y dos discos grabados ex
profeso para este acontecimiento. Retomando la narración, Ernesto Duarte,
Alfonso Eduardo y yo empezamos a trabajar en el proyecto de las audiciones para
discoteca y en dos semanas nos volvimos a reunir en Madrid con nuestros respectivos guiones. La sorpresa
saltó cuando Duarte, para apoyar dichas audiciones, nos dá la noticia de la
grabación de un disco especial para el evento . “ Vamos a grabar un disco que
mezcle texto y música, para regalar con un dossier de la Tamla Motown a todos
los asistentes a las audiciones. Acabo de pedir a Detroit material promocional
y nos van a enviar películas de los artistas de la Tamla para proyectar en las
discotecas”. Todo se hizo con la máxima rapidez y el producto final fue
impactante. Yo haría los textos de la presentación, y el guión, mientras
qué Alfonso Eduardo pondría la voz y se
encargaría de presentarlo por toda España, por ser más conocido. Y así entramos
en los estudios de grabación de la RCA . Con el producto terminado, se reunió
la plana mayor del departamento de promoción y se le puso nombre al proyecto y
al disco : “El sonido de la Joven América”. Un sonido que hoy, es adulto.
EL
ESTRENO, EN A CORUÑA
En
la misma reunión se pone fecha para el estreno en una popular discoteca de
Madrid, pero, a cambio de “ceder” el protagonismo de la presentación a Alfonso
Eduardo, solicito que fuera A Coruña, la ciudad donde se estrenara a nivel
nacional dicha audición. Mi propuesta rompe inicialmente el organigrama de
promoción ya que se pretendía presentar a todo “bombo y platillo” con
asistencia de famosos, radio, prensa y la TVE. Insisto y aporto razones de
estrategia con el símil de los “estrenos en provincias” que realizaban las
compañías de teatro, a manera de rodaje, antes del “estreno en la capital”.
¿Porqué no hacer lo mismo con el sonido de la Joven América?. ¡ Hecho!. Se
aprueba la moción y se prepara la “premier estelar” en el Playa Club de A
Coruña que, por entonces, figuraba en el circuito de los clubs más importantes
de España en los “mentideros” musicales. La audición, en una época desierta de conciertos en directo en la
ciudad, fue todo un éxito. Ernesto Duarte no daba crédito a lo que estaba
viendo. El Playa estaba abarrotado y así se mantuvo durante toda la audición
.
Alfonso Eduardo presentaba y “pinchaba” los éxitos de la Tamla, la mayoría
inéditos en el mercado español, mientras que se proyectaba diferentes películas
de 16 milímetros a color. Nunca se había visto algo parecido en la ciudad y el
impacto fue enorme como en ocasiones siguen recordándome muchos de aquellos
jóvenes que a ella asistieron. Alguno, hoy en la cuarentena, incluso, lo
recuerda como “algo histórico” y los discos, como unas piezas de coleccionista
por las que se han llegado a pagar 25.000 pesetas.
El éxito de las audiciones
del “sonido de la Joven América” por toda España aupó por primera vez a las
listas de popularidad a los artistas de la escudería Motown que empezaron a
sonar con fuerza en las emisoras de radio y discotecas. El esfuerzo realizado
por la RCA promocionando a la Tamla Motown fue aprovechado por otra compañía,
Movieplay, que pujó más fuerte y se llevó la distribución. Pero el éxito
alcanzado con “El sonido de la Joven América”, primero en A Coruña, y en toda
España después, fue tal que la RCA ofreció a los aficionados musicales de la
ciudad otro estreno a nivel nacional , bajo el título de “Soul Explosión”, esta
vez presentado por Joaquín Luqui.
Tras el llegaría el del “Gay Power” con David Bowie, The Sweet
y Lou Reed como protagonistas. Por cierto, y para los coleccionistas de
anécdotas, decir que la primera vez que sonó en España el “Walk on the wild
side” de Lou Reed, a nivel público, fue en el Playa Club de A Coruña. Pero,
eso, ya es otra historia...