viernes, 23 de agosto de 2013

¡TENGO UN GRAMMY LATINO!


Y YO SIN ENTERARME...




En los años 70, las mesas de las salas de espera de las compañías multinacionales RCA, EMI, CBS, Phillips y Polydor estaban llenas de las más prestigiosas revistas musicales norteamericanas, o sea, Record World y Billboard. Bien en inglés o en la edición de lengua española para el mercado latino, uno se enteraba de la actualidad musical estadounidenses, a la que costaba acceder ya que dichas publicaciones solo se podían encontrar en algunas librerías especializadas de las grandes capitales, que no en La Coruña. Junto a las listas de éxitos y los premios Record World y Billboard con los que anualmente se prestigiaba a los artistas y productores –la importancia concedida a los productores en Norteamérica siempre fue pareja a la que se le da a los directores de cine– uno se topaba con críticas y comentarios de grupos y artistas inalcanzables para el aficionado español, ya que sus discos no eran editados en nuestro país por considerar los A&R internacionales de las multinacionales, encargados de dar luz verde a su edición, que no había mercado para ello.

Las revistas en cuestión llegaban a las salas de espera tras ser leídas por la cúpula directiva de las discográficas para enterarse de cómo iban sus artistas y los de la competencia en los hit parade internacionales. Su lectura era obligatoria para los ejecutivos. Para mí, era una fuente de documentación de primer orden. Tanto es así que muchas veces lamentaba que la espera para entrar en los despachos se hiciera corta y sólo me diera tiempo a hojearlas. En vista de ello, acabé por distraer sistemáticamente en mis visitas algunas de esas publicaciones, con las que me ponía al loro de lo que pasaba en el mundo de la música.

Lejos estaba de pensar, ni remotamente, que algún día mi nombre saliera a relucir en alguna de estas prestigiosas revistas, y mucho menos como galardonado en el apartado de Mejor Productor Regional 1977. Lo fui por la producción ejecutiva realizada con los discos Fonte do Araño y Milladoiro, de Antón Seoane y Rodrigo Romaní para el sello discográfico gallego Abrente distribuido por Zafiro.
Cuando desde la delegación en Madrid de Record World me comunican que había sido premiado me quedé anonadado. Me costó encajar que mi nombre saliera en la lista de los mejores, en la edición para el mercado de habla hispana, de esta prestigiosa revista especializada a nivel mundial. Y allí estaba yo en un apartado que denominado por entonces regional equivaldría hoy al de world music. 

Me fui a recogerlo a Madrid, a la sala Florida Park , donde se hizo la entrega de los Record World que habían recaído en artistas y productores españoles. Allí, entre felicitaciones, recogí el premio y  tras vivir “momentos de gloria”, volví a La Coruña, donde bajé de la nube, y no sólo por aterrizar en el aeropuerto de Alvedro. Eran otros tiempos, en los que los medios de comunicación, con excepciones, dedicaban un discreto tratamiento periodístico a la actualidad musical. El premio obtenido, que sí fue aireado en el ambiente musical español, pasó por aquí desapercibido, y fue directamente a una estantería, ocupando un lugar de honor – por supuesto– en mi currículo.


¡A POR EL SIDOL!

Pasa el tiempo y el  brillo del trofeo Record World se va oscureciendo, hasta que un día, el 6 de julio de 1993, entro en Internet para obtener información sobre el fallecimiento de Fernando Arbex. Y leo:

Fallece tras una larga enfermedad Fernando Arbex, compositor y fundador de Los Brincos. El músico y compositor Fernando Arbex ha fallecido el sábado en Madrid tras una larga enfermedad. Los restos mortales del músico madrileño, uno de los fundadores del grupo Los Brincos y tres años seguidos ganador del Premio Internacional de Música Record World (los actuales premios Grammy), han sido trasladados al tanatorio de la M-30 de Madrid. Su entierro será este domingo en el cementerio de Torrelodones”.

Doy un brinco al enterarme que el Premio Internacional de Música del Record World equivale a “los actuales premios Grammy Latinos”. Busco más información y confirmo que, a partir del 13 de septiembre del 2000, el Record World pasa a ser el Grammy en su versión latina (la primera entrega como tal se realiza en el Staples Center de Los Angeles en portugués y español). Lo hacen así para subsanar los  olvidos de las ediciones de los Grammy en versión anglosajona que no concedían la importancia que en realidad tiene a la música latina en el mundo.

Tras la confirmación de que soy poseedor de un premio Record World que hoy equivale a un Grammy Latino voy a la estantería con una bayeta y un frasco de Sidol para dar brillo a mi trofeo al tiempo que para mis adentros grito “¡tengo un Grammy Latino!





jueves, 22 de agosto de 2013

PUCHO BOEDO: UN “CROONER” EN EL FIN DEL MUNDO”

Así lo denominó acertadamente Xurxo Souto, uno de los muchos incondicionales de Pucho Boedo, director y guionista de  un documental  del mismo nombre que repasa la ajetreada vida de este cantante, uno de los grandes mitos de la canción gallega, que supo tocar, con su voz “agarimosa”, profunda, teñida de sentimiento, la fibra emocional de muchos miles de personas que lo recuerdan más allá del tiempo y la distancia.

Estas que a continuación se pueden leer, son algunas secuencias en las que él y  yo, caminamos por los senderos de la amistad

¡CÁNTALA OTRA VEZ PUCHO…!
NOCHES DE “CASABLANCA”


Conocí a Pucho una noche de “cabaret” madrileña de 1961.Aunque  plenamente integrado en el ambiente de la gran ciudad, uno andaba con la morriña a cuestas, y a poco que la oportunidad lo permitiera, ejercía de gallego con visitas al Centro Gallego de la calle Carretas y a bares donde el producto (vino turbio do Ribeiro incluido) llevará la denominación de origen de la tierra. Nunca canté más gallegadas que durante mi época de estudiante en Madrid.

Recuerdo que me había comprado en Discos Algueró un E.P. del quinteto gallego Los Españoles que llevaba por título Baile el twist con Los Españoles  y  que incluía las canciones Bailando twist, Chiquitina, Que tengas suerte y Todo el amor del mundo. Cada vez que iba de guateque lo llevaba conmigo y, cuando veía anunciada su actuación en alguna sala de fiestas madrileña,  sufría un bajón anímico por no poder ir a verlos. Mi economía estudiantil me tenía prohibido alternar en esos circuitos sólo para adultos. 
Un día, leo en el tablero de anuncios de la Sala de Fiestas Casablanca la actuación de otro grupo gallego, Los Tamara. Eran,  junto a Los Españoles, uno de los combos de más prestigio de las noches madrileñas. ¡Pena de no poder verlos!  El precio de la entrada era lo suficientemente elocuente para alejar de mi cualquier tentación. No obstante, me quedé con la copla por sí  surgía alguna oportunidad para ver y oír a mis paisanos que, sin conocerlos personalmente, me traían recuerdos de mi tierra trasladándome mentalmente a la Sala de Fiestas del Seijal o alguna verbena donde habían tocado.
La oportunidad llegó cuando recibí en la residencia la llamada de un familiar que estaba de paso en Madrid y  me invitaba a cenar con él. Mientras ponía al día el hambre atrasada en el Schotis – restaurante de la Cava Baja donde trabajaba de camarero el hoy famoso Lucio --, dejo caer el anuncio de la actuación de  Los Tamara en la Sala de Fiestas Casablanca para introducirla en el recorrido de la noche madrileña, como así fue. Iríamos a Casablanca pero antes pararíamos en la Gran Vía para que nos hicieran un agasajo postinero en  Chicote, parada y fonda de la intelectualidad y de las chicas guapas. Allí nos tomamos un café y unas copas para seguir camino al Casablanca.

Era la primera vez que entraba en una sala de fiestas en Madrid y el ambiente era nuevo para mí. El local estaba abarrotado y sólo con propina logramos una mesa en las proximidades de la pista, que estaba repleta de parejas bailando al son de una orquesta. Había unas mujeres despampanantes que iban de un lado para otro saludando a los clientes masculinos y esperaba que se acercaran a nuestra mesa para poder invitarlas a bailar.

 Al cabo de poco tiempo de estar instalados en la mesa, el grupo que está sobre el escenario toca el tema  Té para dos (con el tiempo y nuevas visitas a salas de fiestas llegaría a la conclusión de que este  tema  era la consigna para el cambio de orquestas) mientras la plataforma empieza a girar hasta que en su lugar aparecen, también interpretando la misma canción, Los Tamara con Pucho Boedo y otro cantante, creo que recordar que filipino, que se encargaba del repertorio moderno. 




La pista, vacía durante  el cambio de orquestas, vuelve a llenarse con las canciones de Los Tamara y yo, en vista de que ninguna chica se acercaba a nuestra mesa, me dirijo hacía la barra e invito a una a bailar. Me mira de arriba a abajo y después de la inspección me despide con un “eres muy joven para estar aquí…”

Regreso a la mesa y sigo de cerca, pero sentado, las evoluciones de un Pucho Boedo que, mientras canta, no deja de saludar a la gente y de dedicar canciones a sus paisanos de La Coruña, Orense, Vigo, Ferrol, Lugo... Una de ellas cae en nuestra mesa y me hace sentir importante. Parecía que media Galicia estaba dentro del Casablanca.

Nuevo cambio de orquesta y con él Pucho Boedo abandona el escenario y se da una vuelta por la sala saludando a sus amistades. Cuando llega a nuestra mesa me lo presentan y me quedo henchido de satisfacción. Sigue su recorrido mientras mi familiar toca retirada. Visto y oído el primer pase de Los Tamara era hora de marchar, pero, yo lo estaba pasando francamente bien, aunque fuera de mirón, y hago saber mi intención de prolongar mi estancia un poco más. Y allí me quedó, después de que mi familiar me arrimara, por encargo paterno, un poco de dinero para llegar hasta fin de mes.

 El sorbito de champán...

Al quedarme solo en la mesa, recibo de inmediato la visita del camarero que, muy profesional, recoge los vasos vacíos y me pregunta  que voy a tomar. Me lo pienso y, con dinero fresco en el bolsillo, me lanzo a pedir un whisky... El camarero, a la vista de mi juventud, se siente obligado a decirme el precio de la consumición, que me pone colorado pero, con aires externos de suficiencia, aguanto el impacto e insisto... ¡whisky por favor!

Mientras espero ser servido inspecciono el local recorriendo con mi mirada el plantel de chicas cañón que allí hay y observo cómo una de ellas, que está sentada en una mesa vecina, me aguanta la mirada. Llega el camarero, me sirve la consumición y me da la nota para que pague de inmediato.

Así lo hago y cuando se retira me encuentro con la chica de la mirada a mi lado pidiéndome fuego. Se lo doy y le ofrezco una silla, al tiempo que recurro a los tópicos de presentación preguntando por su nombre. Me lo dice, le digo el mío, y en la creencia de que es un diminutivo, me da el suyo para darme confianza en el trato.

Pues eso… Empezamos a hablar y, en plena conversación, levanta un brazo llamando la atención del camarero que se acerca a la mesa solícito. “¿Qué va a ser?”, pregunta y sin darme tiempo a nada, la chica responde “¡ champán!”.  El camarero busca con la mirada mi aprobación, se la doy y, a los pocos minutos, tengo sobre la mesa una botella de champán,  y otra chica más sentada a mi lado, que se incorpora a la mesa para acabar cuanto antes con la botella.

Los Tamara regresan al escenario y me lanzo con una de ellas a demostrar mis habilidades como bailarín –adquiridas a golpe de espejo en la residencia– durante la interpretación de unos twist. Llega la tanda de las lentas, Pucho Boedo coge el micrófono y yo me arrimo a mi pareja. En esas estoy cuando Pucho dedica una canción a un amigo de La Coruña, al tiempo que mira para mí. Me sale el orgullo y redoblo mi ansia exhibicionista sobre la pista.

Sudorosos, hacemos un alto y nos dirigimos hacia la mesa para reponer fuerzas y tomar una copa de champán. Me encuentro que con que la botella estaba vacía porque la otra chica ha dado buena cuenta de ella. Ahora soy yo el que levanta la mano para llamar al camarero y, en vista de que la noche se presenta propicia para el ligue, pido otra botella más. El camarero la sirve sin darme precio e invito a bailar a la otra chica.

De regreso a la mesa  me encuentro con la segunda botella vacía y, ante las insinuaciones recibidas por mis acompañantes de una noche loca, entro al trapo y pido una tercera botella. Baile viene, agarrón va, la tercera botella que vuela y Los Tamara que dan por acabado otro pase ante los aplausos del público. Regreso a la mesa con mi pareja y después de negarme a pedir otra botella de champán, mis acompañantes se van al servicio para, según ellas, retocarse el maquillaje... Tan pronto se levantan de la mesa llega el camarero a las proximidades con la intención de cobrar la factura de las tres botellas de champán...

Pasan quince minutos y las chicas no vuelven. Las busco con la mirada y a quién encuentro es al camarero que, con los brazos cruzados está a mi espalda a la espera de que haga efectivo el importe de las consumiciones. Lo llamo y le pregunto por el paradero de mis acompañantes... Lo que oigo me deja  tocado de ala... “¿Se refiere usted a las señoritas que estaban en la mesa?”, responde con respetuoso cachondeo el camarero... “¡Ya hace un buen rato que se marcharon!”.

Pone la nota de las consumiciones encima de la mesa y hace la estatua sometiéndome a un control riguroso mientras trato de digerir,  a golpe de auto reproches, el plantón.Mi amor propio queda hecho trizas ante la evidencia y, asumiendo el papel de pardillo que me corresponde,  hago un repaso mental de mis finanzas al tiempo que ojeo la nota, cuya cuantía es tres veces superior al dinero que tengo. El camarero, avezado en estas lides, debe de percatarse de mis ruinas y  mantiene una actitud vigilante. ¡No se separa de mí! Me levanto, voy al servicio y él viene conmigo hasta la puerta... La verdad es que lo tengo muy negro. Vuelvo a la mesa escoltado, me siento y espero... No sé el qué, pero espero.  El espectáculo acaba, la gente empieza a marcharse, se encienden las luces de la sala y se acerca la hora de la verdad. El camarero recoge las mesas de mi entorno y se encara conmigo para que le pague.

Que sea lo que Dios quiera…-Mire usted -le digo con cara compungida- la verdad es que no tengo dinero. Si le parece le dejo el carné de identidad en prenda y mañana vengo a pagar...El camarero llama al maitre y lo pone en antecedentes. Mientras, yo espero acontecimientos con el cuerpo bañado en sudor y las piernas temblando  En éstas estoy cuando aparecen por el lateral del escenario Prudencio Romo, Enrique Paisal y Pucho Boedo. Pucho se para a mi altura y me pregunta  “Neno,  ti que fas aínda eiquí?”. Con aspecto desolado  le cuento mi problema. Al terminar, Pucho se apiada de mí y llamando al maitre, le dice que apunte mis consumiciones a su cuenta. Dicho esto, me obsequia con un cariñoso “rapapolvos” --¿Pero a ti neno, como se te ocurre facer iso? --  por mi inocente conducta que me llevó a meterme en tal berenjenal con mis años.y me invita a que los acompañe a tomar pollo frito a un mesón de la carretera de Alcobendas de donde regresamos cuando amanecía.

Aquella muestra de amistad, por el mero hecho de ser paisano, me quedó grabada para siempre e hizo que interiormente le jurara eterno agradecimiento.  Pasó el tiempo y, por esas cosas de la vida, nuestros caminos volvieron a cruzarse. Ya como profesional de la radio y prensa musical  tuve la oportunidad de corresponder aquel gran favor que me había hecho...

MIÑA GALICIA VERDE


Pasaron los años y cada vez que coincidía con Los Tamara en alguna sala de fiestas o verbena, no dejaba de saludarlos, hasta que nuestros caminos  se encontraron en el plano musical, lo que sucedió cuando su compañía de discos contacta conmigo para presentar en directo en el Playa Club, el disco de Los Tamara “Miña Galicia Verde” –con poemas musicados de  Rosalía de Castro, Curros Enríquez y Celso Emilio Ferreiro.,en 1974..Me vuelco en esta presentación, a la que acude desde Madrid Pepe Domingo Castaño, arrimando a mi respeto y admiración por Los Tamara, el recuerdo de aquella deuda que tenía pendiente con Pucho. La presentación fue todo un éxito .
Año y medio más tarde, aproximadamente, Pepe Domingo Castaño rinde homenaje a Los Tamara durante las fiestas de Santiaguiño do Monte en Padró y dada la amistad que me unía con ellos, me toco hacerle entrega del obsequio recordatorio correspondiente  a Pucho. Fue esa noche cuando empezó a sentirse mal…En 1976 Paco Montero lo sustituye y meses más tarde el grupo se disuelve aunque “revive” un tiempo después con el mismo nombre, pero sin sus componentes originales.


EMPIEZAN LOS HOMENAJES:  A CORUÑA

A partir de ahí, pierdo de vista a Pucho, aunque amigos mutuos me hablan de que está en Mallorca actuando, entre las sesión y sesión de diálisis, en un local de Palma propiedad de su gran amigo, el “betanceiro” Amador exjugador del Atlético de Madrid y embajador de Galicia en Mallorca.

La enfermedad de Pucho lo  mermaba ostensiblemente sus capacidades físicas. La posibilidad de transplante se abría como la solución más beneficiosa para su salud. En 1979, recibo en los estudios de la Radio Felíz, la visista de Amador, que me pone en antecedentes de un proyecto de homenaje a Pucho..Me cuenta su delicada situación, y no solo física, derivada de una su enfermedad, que mermaba ostensiblemente sus capacidades..La posibilidad de un transplante se abría como la solución más beneficiosa para su salud.


Así pues, el homenaje que Amador estaba preparando en A Coruña, además de pretender un reconocimiento popular a la larga e intensa carrera de Pucho, iba también encaminado a recaudar fondos para facilitar dicha operación quirúrgica. Sin dudarlo, pongo a disposición de Amador los medios a mi alcance –prensa y radio –para promocionar el homenaje y acepto presentarlo con Carlos Tena de Radio Nacional. Teníamos dudas sobre la afluencia de público, ya que cabía la posibilidad de que hubiera “ caído” en el olvido y alguna que otra “malintencionada” opinión que sobre él, todo hay que decirlo, tenían algunos colegas de profesión, que aún siendo escasos, “enmerdaban” el proyecto. Curiosamente, alguno de ellos, tras el éxito del homenaje , se proclamaba amigo de Pucho de “toda la vida”. Cosas…

Poco a poco vamos conociendo los artistas que confirman su participación desinteresada en el homenaje, gracias a una eficaz labor en Madrid de Fernando Moreno el marido de Betty Missiego, amigo de Pucho y Amador.Los nombres de Juan Pardo, Rocio Durcal, Betty Missiego, Los Tamara y Los Satélites, entre otros, disipan las dudas sobre la afluencia de público, que al final llenó el Palacio de Deportes. Desde toda Galicia y proximidades llegaron miles de personas y los admiradores de Pucho Boedo hicieron cola para conseguir entradas para el homenaje al cantante.

 Tanto es así que horas antes del concierto, rebasaban las más optimistas expectativas y hubo que habilitar la grada posterior al escenario para que cientos  de personas que se habian quedado sin entrada pudieran participar en el homenaje. En las afueras del Palacio de Deportes pude comprobar como un matrimonio de Villafranca pagaba en el “reventa” 10.000 pts, por dos entradas que en taquilla costaban 4.000.

El festival, celebrado el 5 de febrero, fue apoteósico, histórico diría yo, y todo un reconstituyente moral para Pucho:”Nunca penséis que tivera tantos amigos”, exclamaba Pucho emocionado ante las muestras de cariño de la gente al salir al escenario con Los Tamara.  

RUMBO A LONDRES: LA APOTEÓSIS

Meses después, recibo la visita de un coruñés que era presidente de una Sociedad Gallega en Londres y me explica su idea de repetir el homenaje a Pucho Boedo en esta ciudad a la vez que solicitaba mi colaboración como presentador. Me ofrecí para tal menester y con la misma se formó una embajada artística de que se uniría al homenaje de la colectividad gallega en Londres. Allí nos fuimos, Pedro Abelenda – que hizo de guía por la city londinense--Carlos O’Xestal y Suso Vaamonde, entre otros, mientras Amador y Pucho volarían desde Mallorca.

Al llegar a Londres y bajar del avión nos encontramos con la noticia de que se habían agotado las entradas y que se estaban recibiendo peticiones de toda Gran Bretaña .Miles de gallegos pagaban lo que “fuera necesario”—alguno hasta 20.000 pts.— para estar en el Odeón Hamermiths de Londres junto a Pucho. Cuando me reúno con la organización para conocer el orden de actuación previsto, me encuentro con una auténtica “batalla campal”. Sin contar los artistas desplazados desde Galicia , músicos y cantantes gallegos que actuaban en diferentes salas de Londres se habían apuntado en masa para participar en el homenaje. Haciendo un cálculo estimado, de actuar todos, se superarían con creces , las cinco horas previstas para el homenaje.

Ante el cariz que iban tomando los acontecimientos hice la de la “avestruz” y me abrí por el foro. LLegó el día y “embarque”, por lo que pudiera pasar,  al recordado Pedro Abelenda para que, entre canción y canción, metiera un chiste de “Amilito” y me arropara con su habilidad de “showman”.

Nos fuimos para el teatro y nos encontramos con miles de personas ante el mismo ¿Aún no habrán abierto las puertas?--nos preguntamos—Si que estaban abiertas y el teatro, una hora antes de dar comienzo el acto, ya estaba prácticamente lleno. Comparto camerino con Pucho, que estaba acompañado de Amador, y comentamos el cariño que le tenia la gente mientras afuera se estaba empezando a montar la “marimorena” por parte de quiénes ,aún   ofreciéndose, no podían actuar por falta material de tiempo. La presión ambiental incrementaba el nerviosismo previo al levantamiento del telón.


Abriéndonos paso, como podíamos, entre los “ desairados “ artistas que nos culpaban de su eliminación—el organizador estaba en paradero desconocido—subimos Pedro y yo al escenario y lo que vimos nos puso la carne de gallina de la emoción. No cabia un alfiler en la sala .Saludamos y la gente ni caso...”!Que salga Pucho,que salga Pucho...¡.No tuvimos más remedio que avisar a Pucho para que saliera a saludar y de paso, calmar el ambiente. No se que sería mejor .Cuando apareció Pucho el teatro se vino abajo y gritos de, ¡Te queremos!, ¡Pucho non morras!, ¡Eres o mellor¡ etc. se prolongaron durante varios minutos. Pucho, emocionado, logró articular unas frases de agradecimiento y se despidió hasta el momento de su actuación.

Empezó la fiesta y todos los cantantes, músicos y bailarines que actuaban eran recibidos con estruendosas ovaciones .Aparentemente todo iba sobre ruedas, pero, solo aparentemente. El “back stage” y los camerinos seguían alborotados. Las escaleras de acceso al escenario abarrotadas de participantes empujándose para salir. Anunciaba un grupo de baile y salía un dúo de boleros…, presentaba un solista y salía una orquesta. Ni Pedro, ni yo, dábamos una en el clavo. Tanto es así que después de intentar contar un chiste de “Amilito”—contar lo contó pero nadie se enteró—Pedro me dice que se va a dar una vuelta para ver desde abajo el ambiente. Volvió a las tres horas.

Totalmente desbordado intento localizar a O’Xestal para que me echara una mano. Aquello iba saliendo a empujones y, de un momento a otro parecía reventar. El orden de actuaciones establecido no existia y cuando iba al camerino de Pucho para contarle “ a desfeita “ me decía socarronamente:…”!Neno,tí tira pra diante¡”... Y así lo hice solo que cambie de estrategia. Nada de presentar dando nombres:”A continuación...” y me callaba para ver lo “que salia”. Si la atracción estaba controlada añadia el nombre y tres frases, defendiendo el micrófono a codazos porque todos querían largar  parrafadas y no había tiempo para ello. Si no estaban “apuntados” ,les pedía que se presentaran ellos mismos.


"DESFEITA" TRIUNFAL...

Cuando llevábamos siete horas ,los encargados del teatro mandaron un aviso de que había que ir terminando el acto puesto que la hora establecida para finalizar erán las 10  de la noche. Y Pucho sin salir…Voy a comunicárselo y lo encuentro con las manos en la cabeza y a su lado Amador intentando poner orden en un grupo de seis personas.¿Que pasa Pucho ?...¡ Que vai pasar...agora todos queren acompañarme e se estan pelexando por as partituras!... Afuera, los gritos solicitando la presencia de Pucho, atronaban en el teatro.Solución “salomónica”…:dos canciones unos y otras dos otros .

Sale Pucho , la gente se arremolina a pie de escenario para estarmás cerca…,canción viene,discurso va,obsequios múltiples,…otra canción...¡ Increíble el cariño que la gente siente por Pucho ! .Son casi las doce de la noche y quedaban  aproximadamente cuatro actuaciones pendientes pero, cuando se coreaba el nombre de “Puchiño” para que regresara ...llegó el “acomodador y mandó parar”. Con puntualidad británica ,a las 12 de la noche, cortan la luz sin más. De nada valieron los ruegos de que, al menos, dejaran despedirnos del público. Con las luces de emergencia Pucho sale al escenario para decir adiós . La gente se desborda y todo el mundo quiere llegar hasta él. A duras penas, nos abrimos paso hasta los camerinos y dejamos que la gente fuera desalojando el teatro. Horas después Pucho, Amador y yo compartíamos en un semi-sótano de una casa en las afueras de  Londres el  desayuno con varios trabajadores gallegos que, empezaban su jornada laboral, mientras hacíamos balance de las 9 horas que había durado el homenaje,

                   


martes, 20 de agosto de 2013

LA REVOLUCIÓN DEL ROCK´N´ ROLL A 45 R.P.M


         PEQUEÑOS PERO MATONES

Glosa a los discos “redondos, pequeños y con agujero grande en el medio”





























Hoy, cuando los “sencillos” de vinilo solo giran en tocadiscos de coleccionistas y aficionados de tronío quiero rendirles un homenaje por lo muchas satisfacciones que han dado, a mi—supongo que también a millones de aficionados --   y a la música moderna en general. Ellos, los “singles” han sido el vehículo perfecto para la propagación del rock´n´roll, articulando esperanzas y temores de los adolescentes de los primeros años 60.

La música nacida en los 50 tuvo durante los 60 una transformación vital en la que los sencillos asumieron el papel de ideólogos y activistas  de la revolución a 45 r.p.m. Hoy , los tiempos han cambiado pero uno, aupado en la atalaya de la nostalgia sobre los pick-ups de maleta y juke-box—aparatos reproductores y auténticos forjadores de de éxitos a través de sus listas específicas—se siente obligado  a rememorar en grandes trazos la historia de estos personajes tan entrañables que, han llenado muchas horas de nuestra vida, provocando un variado espectro de sensaciones y emociones.



“Enlatando  distorsión libre”

“Yo no no concibo la historia del rock´n´roll sin la mediación de los “singles”. Ellos fueron los que, a nivel local, mostraron nuevas corrientes, las cosas más relevantes y felices”.John Fogerthy

Los sencillos nacieron al mismo tiempo que el rock´n´roll. Fué la RCA Victor la primera compañia discográfica en lanzar al mercado estos soportes fonográficos de 45 r.p.m como respuesta a la comercialización del lp de 12 pulgadas realizada por la compañia Columbia. Era el año 1949 cuando un ejecutivo de la RCA declaraba a la revista norteamericana “Saturday Review”: Los ingenieros han enlatado con garantia de uno a tres minutos de distorsión libre”.

Los pioneros del rock´n´roll no tardaron mucho tiempo en explotar las posibilidades de este nuevo medio y, seis años más tarde, el escaparate de la industria estaba en la lista de los 100 Singles más vendidos o más escuchados a través de emisoras de radio y “juke-box” . Con esta pasta se formatearon los grandes mitos y leyendas.

Ellos , los “singles”, fueron el mejor muestrario de los nuevos sonidos para la música, como en  el caso de la  Motown en la ciudad de Detroit, que se localizaban inicialmente a nivel local. También ejercieron el papel de embajadores puesto que, la invasión musical británica de los años 60 tuvo en ellos su mejor medio de propagación. En 1963, los “sin- gles”  se encontraban en su mejor momento, revitalizando y reinventando el rock´n´roll el rock´n´roll de los años 50 con incursiones en el territorio de los “teen idols”—ídolos de adolescentes --.

Los “speakers” dejan paso a los “disc jockeys” que cabalgan a lomos de los “singles” cantando, gri- tando, hablando o aullando. Las formas y maneras de presentar la música sufren un cambio en los programas espicializados en música rompiendo la monotonía, la rutina programática de las grandes cadena radiofonicas, más conservadoras y orientadas hacia los oyentes adultos. Los “sencillos” complicaron, afortunadamente, la radio americana mostrando un inconformismo que, poco a poco, fue arrinconando los programas de los cantantes “standars” ya consagrados, incluyendo las grabaciones a 45 r.p.m  de los suburbios, los sonidos de garaje, y en general de todos los nuevos sonidos y conceptos.
Los sencillos al poder...

Fue durante el mandato del sencillo cuando empezamos a escuchar en España las versiones en castellano de los grandes éxitos del rock´n´roll y las canciones sexymentales, con susurrudo de oido incorporado, que llegaban en la recta final de los guateques para ambientar la tanda de las lentas en los tocadiscos de  maleta, con altavoz incorporado. También gracias a ellos los americanos comenzaron a escuchar con las primeras calenturas de los 60, “My Generation” de Los Who y “You really Got Me” de los Kinks como adelanto de los que llegaria después con los Beatles y con los Rolling Stones y como contrapartida al desembarco yanki en las emisoras piratas británicas.

Con el paso del tiempo, y la llegada de las emisoras de FM , los “singles” cedieron cuotas de su poder en las programaciones especializadas de radio y el LP recuperó su estabilidad programática . Los DJ´s rebajaron su speed prestando una mayor antención al contenido de los álbumes para  profundizar más en los contenidos genéricos que en la historia unitaria de una canción.

Los temas volvieron a aumentar su duración y el LP avasalló, aunque solo momentaneamente, a los peques. Los “Top 100 Charts” volvieron a captar seguidores y el entusiasmo por los singles resucitó de entre los “roscos" grandes y negros con un agujero pequeño en el centro”.
La “Thirty something generatión” volvió a buscar en el sencillo para conocer las nuevas expe- riencias musicales de finales de los 70... la nueva música de la revolución, el “punk”, la “new wawe”, el electro pop y otros géneros musicales encontraron en las rosquillas de vinilo un estupendo caldo de cultivo para su crecimiento y expansión.
Los “minis” se hacen “maxi” y acaban en CD´s

La “dance music” hizo crecer el tamaño de los “singles” en los años 70, aunque mantuvo su espíritu revolucionario respetando las 45 r.p.m. Los nuevos avances tecnológicos aumentaron el grosor de los surcos y apri- sionaron en ellos ritmos que los DJ´s retorcieron en chirriantes “scrachs”. Los “samplings” y demás artilugios electrónicos prolongaron el tiempo de duración de los maxi-singles por encima de los cinco minutos  y  las revoluciones son sustituidas por los beats por minuto que facilitan la mezcla en las sesiones de discoteca.


De tanto crecer, los “singles” están en fase de extinción. El formato originario reposa en las estanterías de los aficionados nostálgicos y de los coleccionista que los guardan como auténticas joyas por las que, en muchos casos se cotizan muy caro. El formato maxi, a pesar de que resiste en las zonas de baile, pronto sucumbirá al progreso. Ahí están los CD´s singles en los que se ha vuelto a encarnar el indomable espíritu de aquellos acetatos que, con sus 45 revoluciones por minuto, sirvieron como nadie a la causa del rock´n´roll.



 

lunes, 19 de agosto de 2013

LA "HUMAREDA" DE BARON ROJO EN A CORUÑA


 "POR EL HUMO NO SE SABE DONDE ESTA EL FUEGO"
(Y no es la letra de ninguna zarzuela...)




Escribió Javier Becerra en La Voz de Galicia :

“Eran otros tiempos. En 1983 los roqueros podían dar miedo a la sociedad, pero desde luego no a los políticos. Al menos, a algunos políticos. Si en Madrid el carismático Enrique Tierno Galván promovía la movida, en A Coruña Francisco Vázquez simpatizaba abiertamente con el pop y el rock. El 23 de abril había sido elegido alcalde y ese verano instauró una tradición que se iba conservar durante unos años: dar una recepción en María Pita a los artistas que tocasen en la ciudad. Estos encuentros normalmente tenían lugar antes de los conciertos. En el caso de Barón Rojo ocurrió tras la prueba de sonido. Así lo recuerda Carlos de Castro, guitarrista de la banda «Nos hicieron llegar un mensaje al concierto en el que decían que el alcalde nos quería conocer. No era algo muy habitual que nos pasase eso, ni entonces ni ahora, pero aceptamos».


     
    Francisco Vázquez le da fuego a Carlos de Castro, guitarrista de Barón Rojo, en la recepción del Ayuntamiento, donde les fue entregada una Torre de Hercules como recuerdo



Y allí se plantaron. Frente a frente. Se puede ver perfectamente en la fotografía cedida para este artículo por Nonito Pereira, incluida en su libro Historias, histerias y anécdotas musicales de La Coruña. Por un lado, las melenas, el desaliño y las camisetas de AC/DC del grupo. Por otro, el traje, el pelo engominado y la formalidad del entonces alcalde. «Nos pareció un hombre encantador. No recuerdo bien de qué hablamos -dice Carlos de Castro-, supongo que de generalidades. Él tenía mucho interés en conocer ese movimiento en el que  nosotros estábamos -se refiere al heavy- y que había despertado tanto revuelo en la ciudad. Nos enseñó el Ayuntamiento, que me pareció muy bonito».

El concierto, que finalmente reunió a más de 6.000 personas en el Pabellón de los Deportes, había estado precedido de muchos temores por la organización. La Concejalía de Fiestas lo había calificado como evento de alto riesgo y, durante su celebración, se extremaron las medidas de seguridad. «No pasó nada, todo discurrió con total normalidad», comenta De Castro, que, de cualquier modo, no se olvida de otra de las grandes anécdotas de aquel día…”




Pues si…así fue. Resulta que, por aquel entonces, mi amistad con Mariscal Romero, artífice de la implantación discográfica del “heavy” español a través del sello “Chapa” distribuido por Záfiro, me llevó hasta Jesús Caja, manager por entonces de Barón Rojo . De las conversaciones mantenidas con él surgió la posibilidad de que vinieran a actuar a Coruña. Conocía personalmente a Sherpa,  aunque no a los hermanos Castro. Tras ofrecer a la Concejalía de Fiestas  la posibilidad de un concierto del grupo, accede y Barón Rojo visita a A Coruña por vez primera Eran los "tiempos del cambio" y miles de jóvenes se prestaban a proclamarlo en un concierto que fue considerado de "alto riesgo".Una recién “estrenada” Protección Civil  estaba ojo avizor para atender, junto a la Cruz Rojo, desmayos, lipotimias.  y todo tipo de  síntomatologias detectables en espectáculos de masas. Todo un despliegue de medios.



 En la zona del back stage Jesús Caja y yo, seguíamos con atención  y  cierta preocupación el desarrollo del concierto con algunos Policías Nacionales atentos, aunque fuera del campo visual del público, a lo que sucedía. En un momento dado, se ponen en marcha los "efectos especiales" del escenario y el "humo" – producto del hielo seco --se dispersa por el mismo para contrastar con las luces...En ese instante percibo cierta agitación en los miembros de la Policía Nacional y veo como dos de ellos enfilan las escaleras del escenario con sendos extintores para apagar el "fuego" que  ellos creían estaba provocando la humareda...

Ante esa reacción, Jesús Caja y yo, Intentamos que no suban al escenario con los extintores, explicando al de mayor rango, que se trataba de un "efecto especial" y no había ningún tipo de problema cara a la seguridad...No hubo manera . Ante el cariz que tomaban los acontecimientos mando aviso al concejal con toda urgencia y mientras llega nos colocamos en las escaleras para tratar de impedir la subida de los agentes al escenario, que serios nos “amenazaban” con detenernos por obstrucción a la autoridad.

En esos tensos momentos entre explicaciones y “oídos sordos”, aparece el concejal y lo pongo en antecedentes de lo que quería hacer la Policía Nacional y lo que podía suceder si de repente, en plena actuación de Barón Rojo , aparece la Policía en medio del escenario con los extintores. El concejal, lógicamente, se alarma e insiste en la explicación dada por nosotros, por fortuna con más suerte, ya que los agentes desisten de subir al escenario con los extintores.

Tras el “apurón” y la situación “surrealista” , todo quedó en una anécdota, aunque pudo montarse la “marimorena” por culpa del “hielo seco”.










VICENTE FERNÁNDEZ.:”EL REY” CORONADO EN CORUÑA

                  EL" REY"  LLENA EL PABELLÓN DE A CORUÑA, TARDE Y NOCHE





A mediados de los años 70, andaba metido en la aventura de vender discos en una tienda llamada "Nito's". Un buen día de verano recibo la visita de una persona que dice ser manager del cantante mejicano Vicente Fernández y que venia recomendado por Fernando Muñoz, ejecutivo del Departamento de Promoción de Discos CBS.

Como el mundo de la farándula es propicio a la práctica de "pillerías", compruebo la identidad del visitante con una llamada a Madrid desde dónde se corrobora que, efectivamente, aquel señor era el manager de Vicente Fernández. Me reúno con él y la sorpresa es mayúscula cuando me ofrece la posibilidad de contratar al cantantemejicano por una cantidad realmente irrisoria dado el ‚éxito que estaba teniendo la canción " El Rey ". Con mariachi incluido, la oferta no llegaba a las 200.000 pts.

De nuevo las dudas sobre la veracidad de esta oferta rondaron mi cabeza y quise, en animado coloquio, saber m s al respecto sobre aquella sorprendente oferta. Las respuestas que el " manito " daba a mis inquisidoras preguntas fueron disipando mis desconfianzas y nos llevaron a una sucursal bancario donde trabajaba el concejal de fiestas Laredo Verdejo. Como lo mió no era, por aquél entonces, ser empresario de conciertos, mi intención era ofrecer la actuación de Vicente Fernández al Ayuntamiento para que la incorporara a las fiestas de la ciudad. El concejal nos recibe amablemente pero, al exponerle el tema, se muestra reacio por causas presupuestarias.

Prácticamente estaba cerrado el cupo de actuaciones y las posibilidades de incluir a este artista en la cartelera de fes tejos eran muy remotas. No obstante, y ante mi insistencia sobre la gran oportunidad que se le ofrece al poder contar con un artista de tanto tir¢n popular como el de este cantante mejicano, se compromete a realizar gestiones con el responsable técnico de las fiestas . Dos horas más tarde volvemos para saber la contestación que ratifica las malas impresiones. Aún sintiéndolo mucho, no hay dinero.

Desilusionado por no poder atender la oferta del " manito " regreso con él a la tienda de discos donde sigo pensando que es una auténtica pena dejar escapar esta buena ocasión. Por lo menos, ya que no pude cerrar la actuación, dejar un buen recuerdo de su visita a  A Coruña, invitándolo a comer. Bien comidos y en tiempo de sobremesa barrunto una posibilidad, una remota oportunidad para que el concierto se celebre. Es una jugada a dos bandas que puede salir bién dada la buena predisposición, yo diría que incluso interés, del manager por actuar en A Coruña. Interés que confirmo cuando hablo con Carlos Cortón, representante de CBS en la zona y me habla de unas ventas discográficas de Vicente Fernández realmente espectaculares .

Mientras el manager va a descansar al hotel contacto de nuevo con Fernando Muñoz en Madrid y le cuento el desarrollo de las gestiones, y mi idea, para que Vicente Fernández actúe en A Coruña :… ¨¿ Crées que el manager estaría dispuesto a hacerse empresa ? ... "! Seguro ¡ ­, contesta Fernando. Te lo mandé porqué Coruña es una de las ciudades españolas que m s discos está  vendiendo de Vicente Fernández y creía que no iba a haber muchos problemas para que lo contratarán”.

Voy a buscar al manager al hotel y le comento mi conversación con el jefe de promoción de la compañía discográfica y, efectivamente, le parece buena idea el convertirse en empresario. Todo menos marcharse de vacío. Al día siguiente nos presentamos de nuevo ante el concejal para solicitar el alquiler del Pabellón de Deportes a un precio razonable. Es más, le sugiero la posibilidad de ir a porcentaje -- sistema no muy empleado hasta la fecha -- sobre la recaudación, garantizando un mínimo y, el resto en función de la taquilla. Le parece buena idea y fijamos la fecha para dicha y contento de mi amigo -- fueron veinticuatro horas que dieron mucho de s¡ para estrechar lazos de amistad -- el "manito", de cuyo nombre, por mucho que lo intento no llego a recordar.

Marcha, y quedo encargado de coordinar el concierto, poniendo una semana antes la venta anticipada de entradas en Nito's. Como el  presupuesto de publicidad era más bien escaso, lo cubrimos con cuñas radiofónicas y unos raquíticos anuncios en la prensa local. Sabia que la canción " El Rey " era el mejor reclamo y en su constante sonar en las emisoras de radio, basábamos nuestras esperanzas.

El día del concierto ya quedaba poco papel a la venta. Se habían vendido casi 3.000 entradas anticipadas y solo quedaban 2.000 ya que la capacidad del Pabellón era de 5.000, entre sillas y gradas al estar colocado el escenario en un lateral. Contento, me acerco al hotel Riazor  a dónde había llegado Vicente Fernández y su Mariachi. El manager, enterado de la buena marcha de la venta de entradas, hace una presentación mía al grupo que me ruboriza... Total, abrazos por doquier y una camaradería  nunca pensada.

A la media hora estábamos paseando por los Cantones y la calle Real todos, menos el manager y yo que íbamos de paisano, vestidos con el traje típico y tocando canciones mejicanas. La gente se arremolinaba y Vicente Fernández no paraba de firmar autógrafos. Después de comer le enseño la Torre de Hércules y le cuento la historia. Tio majo el Vicente, sanote, campechano, "echao p'alante" al más puro estilo "Jalisco", pare ce que nos conocemos de toda la vida.

Después del tour turístico dejo a la "troupe" en el hotel y sigo hacia el Pabellón. Eran las seis de la tarde y el cartel de " No hay entradas" colgaba en la taquilla. Al verme, Quiqui Guimaraens, director del Pabellón, me informa de la buena nueva y también de la mala : la gente no para de acercarse a las taquillas. Poco podemos hacer sino congratularnos por el  éxito. En vista de lo cuál intento buscar al concejal para que compre una Torre de Hércules y se la entregue a Vicente Fernández al acabar el concierto como recuerdo de A Coruña. No lo encuentro y asumo la compra con la intención de pasarle la factura a la compañía de discos. Tremenda Torre de Hércules que, por vía de urgencia, me graban con la dedicatoria:  Al " Rey " Vicente Fernández en recuerdo de su visita a A Coruña ". Solo falta entregársela de sorpresa.

Minutos antes de comenzar la actuación se me acerca Vicente Fernández y dice :" Queremos que nos presentes tú .¨ ¿Es posible?". Claro que era posible y, cuando salgo al escenario y “largo” lo habitual en estos casos, la gente, al oír el nombre de Vicente Fernández  y  escuchar de inmediato los sones rancheros del mariachi lo recibe con estruendosa ovación. Canción a canción, el público disfruta a lo grande un repertorio clásico de música mejicana con Incrustaciones de temas nuevos de Vicente Fernández mientras, afuera, cientos de personas esperan el " milagro " de poder ver y escuchar a este intérprete. Un " milagro " que estaba a punto de producirse...

Ante los continuos avisos que llegaban del ambiente exterior, se me dá por decir  "­ Seguro que, si hubiera otra actuación, se volver¡a a llenar el Pabellón ! ". La gente que estaba en el entorno es de la misma opinión. ¨ ¿Y porqué‚ no ?, me pregunto. Hablo con el manager y no pone ningún problema. Hablo con el director del Pabellón y cree que tampoco, a expensas de lo que pueda decir el personal -- que finalmente accede al doblete --. Solo falta habilitar nuevo taquillaje y, tal vez lo m s importante, que el público del exterior se entere de la nueva sesión.
Para lo primero se echa mano de 5.000 localidades del Pabellón de otro espectáculo que se adaptan con la supervisión del inspector de Autores y el de Menores que asistian al concierto y, para lo segundo, se rotula un cartel grande que de inmediato se coloca en la taquilla avisando de la nueva sesión que empezaría a las 23,30 a la vez que se llama a las emisoras de radio para que, en el tiempo que falta hasta el comienzo del segundo pase, se incluyan comunicados dando  la noticia. Por intentarlo que no quede...

Una hora después  de tomar la decisón se habían vendido alrededor de 1.500 entradas, número que se elevó a 4.000 a la hora señalada para iniciar la sesión de noche. Había funcionado el “boca a boca”. A todo esto, costó y mucho , despedir a la gente de la tarde - noche . El concierto se pasaba de hora y la gente pedía, puesta en pié, " ­ otra, otra, otra! " y Vicente les daba más..

.Por fín veo el hueco y me planto en el escenario y despido el concierto anunciando la celebración, dentro de una hora, de otra nueva sesión en vista del éxito obtenido. La noticia es acogida con aplausos y, mucha gente, al salir, volvió a pasar por taquilla para repetir. Aquello era una auténtica fiesta con la explanada abarrotada de gente que salía y otra que ya estaba esperando para entrar .

Eufóricos con el éxito obtenido, en el camerino, la " troupe" mejicana reponía fuerzas a base de bocadillos y se preparaba para la segunda tanda que comenzó con retraso a causa del adecentamiento del local y un mínimo de tiempo consumido por el personal para des cansar y meter algo de comer en el cuerpo.

Con el aforo casi cubierto, salgo al escenario para dar paso a la segunda actuación, y llevo la "Torre de Hércules", que había guardado para sorprender a Vicente Fernández. Lo presento de nuevo y,cuando sale, le hago entrega de " La Torre"....! Tremendos problemas para consumar “el acto” con el testimonio de un fraternal el abrazo!... El sombrero mejicano de Vicente Fernández impedía mis “acercamientos”!. La gente, que se daba perfectamente cuenta de la situación, asistía al intento de abrazo entre risas y aplausos. Ante la imposibilidad de  caer  entre los "brazos" del agradecido Vicente, nos dimos un apretón de manos y sellamos el pacto de amistad. Al finalizar, ya en los camerinos, por poco me destroza con un " abrazo a lo macho " .


Nos despedimos a lo " mejicano " con " baile de sombrero " y " mañanitas" . Habíamos confraternizado y el recuerdo se  mostraba perdurable. A los dos meses, recibo una carta desde Méjico. En ella Vicente Fernández me enviaba un recorte de prensa donde se le veía bajando del avión y exhibiendo en alto el trofeo de la Torre de Hércu es . En titulares se podía leer : "EL Rey conquista los corazones españoles" . El artículo hablaba del gran  éxito que había tenido en su gira este cantante mejicano que, en la posdata, me ofrecía su rancho para pasar una temporada. Lamentablemente, aún me esta esperando.

miércoles, 14 de agosto de 2013

CAMARÓN DE LA ISLA EN CORUÑA : FIESTA FLAMENCA , BATALLA CAMPAL Y ARREGLO DE CUENTAS...



LA ORGANIZACIÓN DEL CONCIERTO AÑADE FILAS DE SILLAS Y SE MONTA LA "MARIMORENA" EN EL PABELLÓN DE DEPORTES DE A CORUÑA...









 La actuación de Camarón de la Isla y Tomatito en Coruña, había levantado una gran expectación entre los entusiastas del flamenco. La empresa G&G, que se dedicaba a la organización de veladas de boxeo y espectáculos musicales, había contactado conmigo para que les asesorara y prepara la logística de una serie de actuaciones que tenían previsto realizar en Coruña, entre las que se encontraba la de José Monge, "Camarón de la Isla",  que concentraba el fervor y adoración de los gitanos y el aplauso de los aficionados al flamenco.

Aún reconociendo la genialidad de este monstruo del flamenco,no tenia muy claro su capacidad de convocatoria en la ciudad, por mucho que los empresarios me expusieran reiteradamente algo que ya sabia: su condición de número uno. Mis dudas se centraban exclusivamente en torno al " número " de aficionados de verdad -- los de boquilla, que suelen ser muchos, rompen las previsiones y " boicotean " encuestas -- que podrían acudir " aproximadamente " al Pabellón de Deportes.La verdad es que no lo tenía nada claro.

Con dos semanas de antelación se ponen  las entradas en la tienda de discos "Nito's" con respuesta inicial de publico que me deja sorprendido.Desde el primer día empezó a acudir una inesperada cantidad de personas que compraban inusuales cantidades de entradas."! Esto funciona ­",pensaba en la convicción de que se trataba de reventas que "olfateaban " un buen negocio. Al segundo día, ya se había agotado el taquillaje más caro, el que correspondía a las primeras filas de sillas. El perfil de los compradores, con mayoría absoluta de personas de etnia gitana, me indujo a sustituir la opinión de inicial sobre la personalidad de quiénes habian comprado el primer dia una cantidad tan elevada de entradas

.No eran "reventas", eran fanáticos de Camarón que compraban entradas para toda la familia .Llegaban, sacaban un buen fajo de billetes, pedian 20 ó 30 entradas ,pagaban sin rechistar y se marchaban. Al tercer día,empezaron los problemas. Con las primeras filas cubiertas, las muestras de descontento empezaron a hacerse patentes cuando se indicaba que la fila más próxima al escenario era la 7 ..."! Anda resalao­, ¨no tienes ninguna de cerca guardada por ahí?", preguntaban a la vez que aireaban billetes de mil pesetas como propina. Otros manifestaban su intención de pagar "lo que fuera " por estar cerca de Camarón...!Es que es Diós­!, exclamaban con pasional
vehemencia algunos.Gitanos de toda Galicia peregrinaban devotamente a las taquillas para estar lo más cerca posible del " divinizado " Camarón de la Isla.

En vista del cariz que estaban tomando los acontecimientos, y de la marcha de la ventas de entradas, contacto con los organizadores para ponerles en antecedentes de la situación : Todo el mundo quería "primeras filas". Si no las había, se marchaban sin comprar la entrada. Tanto es así que al cuarto día de estar a la venta las localidades, con los primeros bloques de sillas agotados, se dejaron de vender prácticamente entradas.Del optimismo de los primeros días pasamos a un total pesimismo. No solo no habría una buena entrada sino que, el bajón de venta anticipada, auguraba un pinchazo.Apenas se habían vendido localidades de gradas y del tercer bloque de sillas

 LLega el d¡a del concierto y acudo a la cita programada con el representante de Camarón para hacerle una entrevista. El lugar de reunión era la cafetería del Hotel Riazor donde me estaba esperan
do con su inseparable guitarrista Tomatito. Me atiende educado, pero se le nota distante y ojeroso. Está cansado y se mantiene a la defensiva. Sus "problemas" de adicción y solo cuando sale a relucir algunas anécdotas de la actuación de Paco de Lucia en  Coruña, su mirada parece recobrar intensidad.

Le comento el movimiento de entradas anticipadas, y como se han vendido. Casí no habla pero sus ojos avivan la expresión cuando le cuento detalles y reacciones de su gente. En un momento de la conversación empiezan a llegar a la cafetería mujeres gitanas con niños en brazos para que Camarón les " pusiera sus manos " a manera de bendición. 

No pod¡a creer lo que estaba viendo.Si no fuera por el lugar donde nos encontrábamos, bien podría ser un ritual religioso celebrado en un templo. Quiere dormir un poco antes de la actuación y nos despedimos hasta el concierto. Voy al Pabellón para supervisar los últimos detalles y ver como va la taquilla. 

! Sorpresa! ­, y no agradable. La organización, en vista de la demanda en taquilla de primeras filas -- se repetía la dinámica de la venta anticipada -- y acuciada por la escasa demanda de localidades alejadas del escenario, toma la resolución de añadir un bloque de sillas en la parte delantera y poner las entradas a la venta. Considero un engaño el que, después de haber vendido las entradas debidamente numeradas  como de primera, segunda o tercera fila, el público se encuentre con la desagradable sorpresa de estar en la quinta, sexta o séptima fila. Un engaño grave que, a mayores, posi bilita una posible alteración " gorda " del orden público dado el máximo interés mostrado por parte de los madrugadores compradores de estar a la " vera, vera " de Camarón. Vamos..., encima de él,  si fuera posible.

Protesto, pero ni caso. La evidencia de recaudar 500.000 pts m s, supera mis preocupados augurios, compartidos por el personal del Pabellón . La organización  " asume " riesgos y, a los pocos minutos de ponerse a la venta, esas entradas se agotan. Los últimos en llegar serían los primeros...

Se abren las puertas y la gente entra, en avalancha, corriendo a ocupar las primeras filas sin tener localidad para ello. Los acomodadores se las ven y desean para sentar en los lugares correspondientes a la numeración de las entradas. Se impone la táctica del " aquí te cojo, aquí me siento ". Hombres, mujeres y niños, incluso bebés, se avalanzaba a por los asientos vacíos próximos al escenario. Casi nadie recurre a los acomodadores, algunos de los cuáes cuelgan el brazalete distintivo y se " abren"  ante las múltiples discusiones y los conatos de pelea que suscita el " quitamé  de la silla ". El desaguisado provoca un largo retraso sobre el horario anunciado lo que añade a la situación de desorden sonoras muestras de desagrado.No lo dudo, me cuelo en los camerinos y aviso a Camarón para que salga a escena y calme los excitados  ánimos.Así sucede.

Me tocaba presentarlo y cuando Camarón y Tomatito suben a un sobrio escenario,
decorado en negro, es recibido con muestras de entusiasmo por parte de los asistentes.Bajo del escenario, tra una breve presentación, y me pongo junto al acceso a camerinos, desde dónde observo como la actuación de Camarón ejerce de bálsamo ambiental tranquilizando a las " ma - sas". Es solo un espejismo que no vá  más allá de la segunda canción.

 Pronto se reproducen las maniobras de trasiego en las locali dades y, el tono de las discusiones aumenta de tal manera que, el mismísimo Camarón, tiene que pedir silencio y tranquilidad. Los organizadores estaban " ausentes ",haciendo caja y despachando con la S.G.A.E. a puerta cerrada ,mientras aquello se estaba calentando más de lo normal. En vista de lo cuál, opto por acercarme a los tres Policias Nacionales que estaban en el " backstage " y les cuento mis miedos y temores. A punto de hacer una inspección ocular para contrastar mi información, suenan dos o tres " golpes " secos que retumban en el Pabellón.! Son disparos ­, grita uno de los agentes emprendiendo la carrera con sus compa¤eros hacia la zona donde empezaba a aglomerarse la gente. Yo, me quedo " tieso "al pié de la escalera del escenario, mientras se monta una auténtica batalla campal a pocos metros. 

Busco con la mirada la puerta de salida más próxima -- que era la misma que comunicaba con los cameri nos -- y, en pocos segundos, veo como una incontrolada masa de mu jeres y niños, gritando y llorando, intentaban salir por ella. Junto al electrecista del Pabellón pido orden y calma para facilitar
el desalojo a la vez que pretendemos abrir una hoja mas de la puerta . Inútil, no habia manera de parar la desbandada ... Regreso al pié del escenario y me encuentro con los Policias Nacionales que iban  a buscar refuerzos para controlar la batalla campal.

Con la salida totalmente bloqueda y los " congojos" por agmídolas,miro para el escenario y veo plantados en el mismo a Camarón y Tomatito que seguian atónitos el espectáculo. Mi espíritu de supervivencia me " recomienda " refugiarme en su compañíia. Nadie mejor que ellosl para defender mi integridad física, pensé y, con la misma lo cojo de los hombros y me situo a  su espalda, utilizándolo a manera de "parapeto" Camarón estaba extrañamente sereno aunque
murmuraba repetidas veces..." ! Siempre pasa lo mismo. Siempre pasa lo mismo" ­ , torciendo el gesto en desaprobación de la absurda violencia generada  por algunos "representantes" de la etnia gitana...Como quién no quiere la cosa, puse mis manos en sus hombros y lo fui dirigiendo hacia los camerinos y Tomatito enganchado al "tren"mientras gritaba: "! Abran paso,abran paso, es Camarón­" y, milagrosamente, el "paso se abría ".

Una vez a salvo,intento llegar al teléfono de la portería del Pabellón para llamar a La Voz de Galicia y dar la noticia de la " batalla campal" que, según la Cruz Roja, arrojaba varios heridos de armas de fuego y blancas.De repente, veo como salen de las taquillas los organizadores ajenos a todo el mogollón que se habia montado a causa de las sillas " a mayores ". Se quedan demudados ante el cuadro. 

Acto seguido, llegan varios coches patrulla de la Policia Na-cional y disuelven los últimos grupos "combatientes" mientras los heridos son trasladados a la Ciudad Sanitaria. Hablo con el mando de la Policia y me ruega que espere para infor mar sobre lo sucedido. Se hacen varias detenciones y se saca la " conclusión " de que, allí,...no pasó nada. Nadie había disparado, nadie había sacado navajas y los heridos se habían " lastimado " al intentar salir. Ninguno de los bandos  implicados en el conflicto denunció al otro. Un ataque de amnesia colectivo fue el resultado obtenido por parte de la policía al intentar aclarar las causas de aquella trifulca colectiva. Era "la ley del silencio" . Doy mi versión de los hechos y marcho para casa .

Al día siguiente supe por las informaciones de la prensa que tampoco los heridos hospitalizados, ni sus familiares, habían arrojado luz sobre el tema.Todo había sido un " sueño " del que se despertó a las pocas semanas con la noticia de un incendio,al parecer intencionado, de varias chabolas de gitanos en Ferrol, al que le sucedió otro, esta  vez, en un poblado gitano de Coruña..