Por Nonito Pereira
Dice haber
perdido el “don” de la palabra y se confiesa poco amigo de las entrevistas
encerrado en su mundo de intimidades artísticas. Pero tanto su nombre como su
apellido hablan elocuentemente y se expresan con fluidez a través de colores,
armonías y sensaciones que se escapan de lo superfluo a través del idioma
universal del arte donde Urbano Lugris Vadillo, hijo ha logrado a sus 57 años
crear un vocabulario artístico propio. Es pintor porque lo fue su padre, y así
lo reconoce: “Yo con doce años quería demostrar que pintaba mejor que mi padre
. Empece a dibujar y pintar para hacerle, de alguna manera, la competencia. Es
más, si mi padre hubiera sido bailarín, seguro que hasta hubiera intentado
bailar. Es un aliciente como otro cualquiera. ¿ Recuerdos de infancia ?. Se
supone que la tuve aunque lo que ha quedado en la retina de mis recuerdos es
algo muy difuminado . Buena parte de mi infancia y primera adolescencia la pase
en los internados de varios colegios de España donde estuve interno
aproximadamente diez años. ¿ Por buena pieza?. ¡ Hombre!, no es que fuera un
angelote de Murillo pero fueron las circunstancias familiares las que así lo
decidieron.
Sr. Lugrís,
con su nombre, ¿como no se le ocurrió estudiar para guardia “urbano”
Ahora que me
lo dice...no hubiera sido mala idea. Fíjese, además de tener un Centro con mi
nombre en cada ciudad podía haber regulado el tráfico urbano. Pero me dio por
ser capitán de la Marina Mercante y acabé estudiando Máquinas. ¿ Quién me bajo
del puente?. Me baje yo solo el día en que, estudiando en Madrid me encontré
conque uno de los profesores era capitán de la Marina Mercante. Si este Sr., me
dije, tiene que levantarse a las siete de la mañana para darme clases a mi,
esto de capitán no debe de ser nada interesante...
Pero acabó
navegando
Estuve nueve
años embarcado y di la vuelta al mundo aunque tardé un poco más que Cantinflas.
A mi me llevó un año recorrer dos veces todos los mares del mundo. Me hice
marino en la pensión Bergantiños de la calle de Sta. Catalina donde vivía y
gracias a un vecino de habitación que
estudiaba Náutica. A el le debo mi carrera y también el aumento de la
asignación mensual que me enviaban mis tíos. El fue quien me dijo que pidiera
más dinero a casa y lo hice. El giro mensual aumentó y yo cambie de habitación
dejando una “señorial” por la que pagaba 60 pts . para pasarme a la más barata de la
pensión que valía 40 pesetas. Las 20 pesetas
de diferencia me permitieron vivir con un “marqués”.
En todo
artista late un germen de audacia sin el cual es difícil concebir ingenio
alguno. ¿ Como se le ocurrió plagiar a su padre ?
Cosas de chaval que no te voy a contar
como fue, aunque hubiéramos compartido pupitre en la Academia Galicia. Cuanto
tengamos veinte años más te lo cuento. ¿Como se levantó la liebre?. Pues porque
mi padre, a quién lo había comprado, le dijo que no lo había pintado él. Yo
insistí y al final el comprador me creyó a mi y no a mi padre. ¿ Enfado?. No.
Mi padre se lo tomó a broma pero me dijo que para la próxima ocasión tuviera
más cuidado con la firma que me había salido mal. Yo al principio copiaba los
cuadros de mi padre. Recuerdo que el primero que copie fue de uno que tenía un
Sr. de Malpica . Tuve que ir a pintarlo a su casa como los que van al museo del
Prado a pintar cuadros de Goya o Velázquez. ¿ El primer cuadro que vendí?. Fueron unos dibujos y me los había comprado
Carlos González Garcés. El primer cuadro
fue uno que había hecho de la Inmaculada
Concepción que creo recordar lo había comprado
Isaac Díaz
Pardo , aunque no estoy muy seguro.
¿Cuando
dejo ser “hijo de su padre”, y se
emancipo artísticamente?
Durante una
exposición que había hecho en Información y Turismo en la Marina. Fue la
primera vez que vi a gente preocuparse por mi trabajo y comentarlo. ¿Alternativa?. Alternativa no
pero si un fuerte abrazo el día que vio un cuadro abstracto mío. El mejor
consejo que me dio mi padre fue que dejara la espátula y cogiera los pinceles.
El sabía que ese no era buen camino para mí y le ice caso no porqué me lo
dijera él sino porque me cansé de pintas con espátula.
Dígamelo
aunque sea en abstracto. ¿ A que escuela pictórica pertenece Ud.?
Un día le
preguntaron a mi padre de que “istmo” era y dijo, yo del “Lugrisismo”. Pues
eso. ¿ Que admiro en la obra de mi padre?. Como pintor tenía una cualidad que
tienen muy pocos pintores y es que sabía buscar la luz, los puntos de luz, los
colores de una forma maravillosa. ¿Técnica especial ? Yo diría que es un
pequeño truco que el me contó en su día y que consiste en darle un poco de
negro al color . Yo también creía que me lo decía de broma pero no. De mi padre aprendí con los años, y lo valoro
muchísimo, respetar la pintura como arte y no como una actividad económica.
Hábleme del mar marinero
El mar para mí
es vida. Como pintor no puedo hacer ningún cuadro en que no haya ninguna
referencia al mar. Para mí el mar es todo siempre está en mi retina y en mi
sentimiento. ¿ Si tiene de verdad color azul ?... ¡Trampa¡ (sonrisas)...
Haga de
Conde de Orgaz y diga, con la mano en el pecho que no se aprovechó del nombre
de su padre.
Llamarme igual
que el, para que negarlo, me abrió puertas al principio pero después fue un
incordio por las continuas comparaciones
y también alguna que otra alusión “viperina”.¿ Anécdotas?. El día en que puse
en una vitrina una “tranca” del tamaño de la del “as de bastos” en una
exposición que había realizado en Vigo. Hasta mi habían llegado los rumores de
que había conseguido la sala por ser “hijo de mi padre”, cuando estaba en lista
de espera desde hacia dos años como todo “hijo de vecino”. El pié de la “tranca” se podía leer: “Al
primero que diga algo, le sacudo” y parece ser que dio resultado porque la
gente. ¿ Mi cotización en el mercado del arte ?.Yo de cifras nunca hablo. En
eso esta claro que no soy “fenicio”. Digamos que mi cotización me da para sacar
la familia para adelante.¿ La posteridad?. A mi eso no me preocupa porque los cuadros que vendo, ya no son míos.
¿Cuantas obras de Urbano Lugrís padre
tiene el hijo en su casa?.
No tengo nada. Bueno, un plato que me
regalaron y una paleta para mezclar colores. Nada más. Todo lo que tenía lo fui
regalando a mis amigos