Tres
conciertos en España --Barcelona (14 mayo), San Sebastián (17 mayo) y Madrid (21
mayo) , los dos primeros con entradas agotadas a los pocos días de ponerse a la
venta -- para recordar el 35 aniversario de la salida del doble álbum "The
River" (1980), un poderoso cóctel de rock
and roll festivo, hondas baladas de inspiración country y soul desinhibido que
describe (y celebra) las vidas de unos prsonajes de carne y hueso, que
lidian con problemas cotidianos y salen a divertirse el viernes por la noche.
La gira española del boss viene precedida por
la la reedición de ‘The River’ en formato "panorámico", que ofrece, además de los dos discos oficiales remasterizados, un
CD con las grabaciones que debían formar parte del desechado disco original y
otro compacto con 22 canciones descartadas, la mitad de las cuales solo
habían aparecido hasta la fecha en discos piratas.
Repasando el amplio listado
de conciertos que uno tuvo la suerte de presenciar a lo largo de más de 50 años de contactos con la música,
hay uno que aún hoy saboreo cuando pincho el vinilo de Bruce Springsteen “The
River” rememorando el “golpe de entusiasmo” que me produjo escucharlo en
directo durante el primer concierto que dio el boss en España. el 21 de abril
de 1981 en el Palacio de los Deportes de Montjuïc, presentando el disco.
Allí
estuve, y lo tengo mitificado, junto a colegas de la prensa, radio y
Tv española, invitado por la multinacional discográfica CBS. Habría
alrededor de 6000 personas y bastantes huecos en las gradas hacia donde nos
dirigimos para contemplar y escuchar el concierto de quién se anunciaba
promocionalmente como el “nuevo Bob Dylan” en sus primeras grabaciones .
En los
minutos previos a la salida del boss, por los altavoces sonaba un surtido de
soul y rhytm and blues que calentaba el ánimo. Música norteamericana que se
alzaba como documento de identidad de lo que posteriormente íbamos a escuchar,
en unos momentos musicales en los que el pop británico vivía un espléndido
momento y “solapaba” en las listas a la norteamericaca .
Springsteen se plantó
en el escenario con una estética de largas patillas, amago de tupé y chupa
tejana acompañado por la E Street Band y con un buen sonido me aplastó
literalmente en el asiento. Tanto es así que durante la primera parte – por su
larga duración tenía un descanso –ni me levante para ir al ambigú a por más
provisiones cerveceras y eso que ya había acabado el líquido elemento. Tras "estirar
las piernas" y humedecer la "gorsia", volví a la grada.
Estaba "hipnotizado" con
lo que veia y escuchaba . Literalmente
me quedé “pasmao”.No había barreras de
seguridad y Bruce invitaba a las fans a subirse al escenario (algo inédito por
entonces en un concierto multitudinario de rock) .
Fue un concierto que me
dejo "secuelas" de satisfacción. Ahora el "boss" vuelve con
"The River", 35 años después.
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