En
"ilo tempore", no había un verano que se preciara sin "una
canción" que en sus primeros años solía tener, por lo general, un
estribillo pegadizo, muy bailable, con letras alusivas a playas, fiestas y
alegría, en medio de un repertorio veraniego de amores fugaces, guateques
animados y ambiente despreocupado. Hoy este fenómeno más sociológico que musical
está dando las "boqueadas.
El
fenómeno de la“canción del
verano” .considerado un "fenómeno que es pura cultural de masas", tuvo
su origen en Italia. En los años 60 la industria discográfica que dictaba la
moda musical, viendo que el Festival de San Remo suponía todo un éxito de
ventas en el mercado de invierno, decide poner en marcha uno similar en verano. Se denominó “Disco per l’estate” --“Disco
o canción del verano”-(1964). Una de la causas del “invento” de la “canción del verano” fue
la explosión del disco “sencillo” con la "música yé-yé", que
acogió a todo tipo charangas en unos meses considerados tradicionalmente como
un paréntesis, sin apenas incidencia en las ventas.
Desde un principio, las
casas discográficas contaron con el apoyo indirecto de las emisoras de radio,
que al darse cuenta de la gran aceptación popular pensaron ¿por qué no potenciar la programación con ese
tipo de canciones, si con ello se lograba una cuota más alta de audición?.
Fue
la radio en España quien primero copió la fórmula importada desde Italia, pero
con un cambio importante: para nombrar a la canción ganadora solicitaron al
público que votara a lo largo del verano.
Tan solo
interesaban aquellos temas dirigidos al éxito inmediato y fulminante, aunque
fuese efímero; nadie se atrevía a proponer otro producto en esos meses de la
canícula. Los tiempos cambiaron cuando la música pop comenzó a potenciar los
discos LP.
Muchos grupos musicales consideraban a los discos “singles” poco
idóneos para transmitir sus ideas. La sorpresa fue grande al comprobar que si
el producto era de calidad los discos LP se vendían también masivamente. Los
editores descubrieron que una mayor exigencia técnica y artística a la hora de
grabar podía rendir también buenos dividendos. A partir de ahí, se inició una
coexistencia “pacífica” que obligó a las discográficas a alternar en las
preferencias del público; por un lado, temas desenfadados con el único objetivo
de entretener para la “canción del verano”, y por otro, productos de una mayor calidad
también para esos meses de estío.
Uno de los factores que más ha contribuido al
ocaso de la “canción
del verano” ha sido la
fragmentación del mercado y sus canales de distribución. Hasta los años 80 la “canción del verano” siempre
se decidió en la radio, perdiendo poco a poco su influencia en beneficio de la
televisión.
Luego vino una etapa transitoria de triunfos esporádicos, bien por
la fulgurante irrupción de nuevos medios tipo Internet, que solo entienden de
inmediatez, o porque a los medios convencionales ya no les interesaba se fue
perdiendo una tradición que desembocó en el panorama musical actual en el que
casi nadie compone pensando en un momento determinado.
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