A
MANU CHAO LE GUSTA CORUÑA
1995.
Manu Chao y componentes de Mano Negra prueban el sonido de la
pandereta en los camerinos antes de su concierto en La Coruña.
LA VISITA DE RAMÓN CHAO
1985.
Estoy en la redacción de la emisora de radio Antena 3 Galicia,
instalada por entonces en la avenida de Finisterre, cuando me
anuncian la visita de Ramón Chao, a quien conozco de leídas como
colaborador de La Voz de Galicia. Ramón, que viene de París, trae
un casete para que escuche. Es la maqueta de un grupo formado por sus
hijos Manu y Antoine Chao. Me pide que la mueva y la haga llegar a
la Concejalía de Fiestas, a ver si surge la posibilidad de incluirlo
en algún concierto del verano en La Coruña. El grupo se llama Los
Carayos, ortografiado así para que los franceses lo pronunciaran
"como se manda al" en Galicia. Era un proyecto raro a la
vez que notable, que aparenta estar hecho para la fiesta con una
línea musical de la que emerge una zarabanda de sonidos mestizos
que, según me explica Ramón Chao, están de moda en París.
Hago el
acercamiento solicitado, pero, a pesar de insistir en sus raíces
gallegas, las gestiones para una actuación no llegan a buen fin
porque me dicen que es un grupo desconocido.
Pasa
el tiempo y en 1987 (creo recordar), dentro de las actividades
programadas por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, se
anuncia en el Frontón de Riazor, frente al Pabellón de Los
Deportes, un concierto de Los Carayos. Acudo a la cita musical y me
encuentro con un ambiente un tanto desangelado. Allí están Los
Carayos, cinco músicos de grupos punteros de la música
independiente francesa. Sobre un palco verbenero, intentan centrar la
atención de una reducida audiencia a base de un ameno repertorio de
canciones variadas. No hay estilo musical determinado, aunque sí
abundante rockabilly. Cantan en francés, inglés, castellano y
gallego. Manu Chao recuerda sus viajes de pequeño a Galicia y
manifiesta, entre aplausos, estar orgulloso de ser "medio
gallego".
Los
carnavales de Mano Negra
Si
inesperado resultó el concierto de Los Carayos, no menos lo es la
gira gallega que trae por primera vez a La Coruña a Mano Negra. Una
imprevista, sorprendente y reconfortante gira, que acaba en fiesta.
La Coruña es el final de esta gira por Galicia de Mano Negra, en
marzo de 1995. Sus componentes se han acercado a Ourense para pasar
el carnaval. Tocados por la vorágine festiva del antroido,
deciden homenajear a sus seguidores gallegos con una serie de
conciertos improvisados, “en plan humano” como gusta decir Manu
Chao, líder atípico de un colectivo musical que antepone libertades
a condicionamientos económicos. Dos días antes del que será el
último concierto del improvisado tour gallego, recibo la visita de
Manu, quien me explica su intención de actuar en el Playa Club,
aunque con una condición. La expone durante la comida: nada de
anunciarlo.
Mi
gozo ante un concierto servido en bandeja, que puede abarrotar, se
moja en el pozo de una decepción pasajera, superada de inmediato por
las explicaciones de Manu Chao. Me dice que han actuado en las mismas
condiciones en Vigo, Ourense y Santiago, y que los locales reventaron
de público. Terminada la comida, me pregunta cómo puede llegar a un
local llamado Parrús. Quiere jugar unas partidas de futbolín y
saludar a los componentes de Os Diplomáticos de Monte Alto, que
paran en ese local. Tras repasar las necesidades técnicas del
concierto, se marcha. Yo me pongo en marcha, tocando los resortes
disponibles (sobre todo, el
corre, ve y dile)
para anunciar la actuación. El boca a boca funciona a la perfección
y son muchos los que tienen tuvieron la oreja avizor, ya que desde
las nueve de la noche del día del concierto, anunciado para las
doce, son cientos de personas las que se pasan por el Playa para
confirmar la veracidad de la actuación underground
de Mano Negra. Al no estar anunciada en ninguna parte, semejaba ser
una broma de carnaval.
Una
hora antes del inicio del concierto, más de 800 personas abarrotan
la sala, que luce un ambiente extraordinario. Para empezar, salen al
escenario Os
Diplomáticos de Monte Alto, grupo coruñés por el que Manu Chao
siente una especial predilección. Además, le une una buena amistad
con Xurxo Souto y Rómulo Sanjurjo. De ahí, esta especial
colaboración en el concierto sorpresa de La Coruña.
Las
canciones de los de Monte Alto hacen elevar los brazos del
respetable. Se desnudan los primeros torsos, poniendo en marcha una
auténtica brincadeira
en
el medio de la que Xurxo reivindica a sus héroes. Hay homenajes para
Pucho Boedo y Arsenio Iglesias. Es contestado a coro por la “tropa
da tralla” que, a pie de escenario, celebra eufóricamente las
arroutadas musicales de Os Diplomáticos.
La
noche va de sorpresas y, en pleno infarto musical, Xurxo Souto
presenta a un invitado especial. Es ¡míster Johnny Rotring!, o sea,
Josito Pereiro, el antiguo líder de la banda coruñesa de punk
atlántico
Radio Océano, que se arranca con dos canciones que hacen resucitar a
la recientemente afogada
sardiña.
Es un entusiástico y eufórico fin de comienzo, que aumenta los
niveles de presión en las calderas ambientales, que claman consignas
ambientales como El pueblo unido jamás será vencido, Galicia
Tropical y Ai vai, ai vai, ai vai carallo ai vai.
La sala está a punto de reventón, y yo reventado por el fiestón
que se está montando y acongojado ante lo que se ve venir: la salida
al escenario de Mano Negra. Explosión de júbilo con profusión de
cantos reciben a las huestes de este colectivo musical que, bajo la
democrática batuta de Manu Chao, se renueva periódicamente para
evitar callosidades anímicas.
Empiezan
con su mestizaje musical y no paran hasta después de dos horas. Si
no lo veo, no lo creo. Apabullante el poder que ejerce el grupo sobre
un público completamente entregado y participativo. Manu Chao
magnetiza el escenario y con él una troupé
de músicos activos que arropan con arrebato de metales y
enloquecidos ritmos unas canciones que abofetean el ambiente sin
parar. Música y textos sin descanso, un carrusel de color, ilusión,
pasión, energía y amor desbordante... música sin tregua ni
descanso, con hip hop, rock, reggae, sones latinos, sons galegos,
franceses, árabes... Ritmo, mucho ritmo, y sobre todo coherencia
reivindicativa. El público se quiere subir al escenario para ser más
protagonista, mientras Manu, con un "escucha Galicia", va
encadenando un ambiente festivo en el que la gente canta y baila con
secuencias skatalíticas
los diferentes mensajes musicales y reivindicativos.
Tras
dos horas, piden tiempo muerto. Quince minutos para descansar y
vuelta al escenario para seguir alterando los biorritmos de nuevo,
esta vez en compañía de Os Diplomáticos de Monte Alto. Cuando
parece que todo ha terminado, salta al escenario un grupo de reggae
que ofrece una actuación inesperada pero sorprendente.
"¡Qué
conciertazo, brother!", exclama la gente mientras a duras penas
recupera la compostura. Manu Chao, en la euforia post-concierto se
plantea actuar anónimamente en Vilalba, tierra natal de su padre, al
día siguiente.
Esa
fue la primera y única actuación de Mano Negra en La Coruña.
Quisieron volver para actuar en el Coliseo, pero, no pudo ser ya que
la fecha elegida estaba ocupada por los Testigos de Jehová y Mano
Negra se fue con su música a una discoteca de Betanzos, que llenó
con más de dos mil personas.
Pasaron
los años, y Mano Negra desapareció: "Mano Negra se acabó
rompiendo por usado. Mano Negra era tanta entrega, era la vida
privada de todos, había que dar tanto que acabó resultando
demasiado. Llegó un momento que éramos muchos y cada uno tenía su
vida, su historia, era una alquimia de gente muy diferente, pero que,
en cierto modo, tenía la brújula en el mismo sentido, pero pasa la
vida, experiencias fuertes por todos lados y las brújulas van
cambiando", declaró Manu en una ocasión. Manu Chao volvió a
Galicia en agosto de 1998 para montar en Santiago
La Feria de las Mentiras.
Me
gusta Lalín
Clandestino
(1998) fue el primer álbum de Manu Chao en solitario, y supuso no
sólo un éxito comercial a nivel mundial sino su asentamiento como
uno de los grandes magos del mestizaje mundial de nuestro tiempo.
Tras un tiempo de espera, por fin llega su disco Próxima
Estación: Esperanza
(2001). Otra obra maestra. Sigue los caminos de Clandestino,
pero con un aire más colorido y vitalista, un exquisito puzzle
sonoro lleno de pegadizas canciones en el que se encuentra Me
gustas tú,
primer single extraído del álbum. Tema en el que se hace alusión a
La Coruña (cantemos todos: "me gusta La Coruña, me gustas
tú").
Los
rumores de una gira presentación del disco por diferentes ciudades
españolas acaparó la atención de los promotores y el interés del
Ayuntamiento de La Coruña por que Manu diera un concierto, por
alusiones, en el Coliseo. Incluso el Xacobeo hizo gestiones para
incluirlo en su agenda festivo musical. Aquello, la contratación de
Manu Chao, parecía otra Feria
de las Mentiras,
puesto que de debajo de las piedras salieron mánagers y
pseudománagers ofreciendo el concierto (varios solo de boquilla) con
diversidad de cachés. Y se montó la polémica.
Al
final apareció por medio el Real Club Deportivo, que fichó a Manu
Chao y montó el concierto en Lalín, en el campo de fútbol. Riazor,
ni tocarlo…
Para explicar la ubicación del mismo, que dejó con un palmo de
narices al Ayuntamiento y al Xacobeo, se dijo para zanjar la polémica
que fuera Manu Chao el que por "motivos personales" eligió
ese lugar para dar su único concierto en Galicia. Una decisión
cuya lectura encerraba un desacuerdo con la política municipal
llevada a cabo por el alcalde Paco Vázquez, partidario acérrimo del
topónimo La Coruña, que era el que Manu utilizaba en la canción.
Posteriormente, en medios nacionalistas se le reprochó este "La
Coruña", y él respondió pidiendo perdón, y alegando que
desconocía la existencia de ese conflicto toponímico.
Su
"no" a La Coruña también encerraba un desacuerdo con la
política la Xunta, que a su vez, y a pesar del inicial interés por
contratar al artista, no las tenía todas consigo ante la
probabilidad, casi seguridad, de que las consignas reivindicativas de
Manu, que forman parte indisoluble de sus conciertos, se volvieran en
contra. De hecho, en el concierto de Lalín se escucharon consignas
contra el gobierno autonómico y su conselleiro Xosé Cuiña, natural
de aquellas tierras.
Llamó
poderosamente la atención el hecho de que fuera un club de fútbol
el que pusiera el dinero, y también que el lugar elegido fuera
precisamente un campo de fútbol (de tierra, eso sí), puesto que en
el Estadio Municipal de Riazor, del que es concesionario el citado
club, están prohibidos toda clase de eventos que no sean
futbolísticos para no dañar el césped.
El 24
de agosto, Manu Chao actuó en Lalín ante 13.000 personas (mil más
de las que caben en el Coliseo de La Coruña).
En
la introducción al libro Manu
Chao en Galiza, ou a aventura da Feira das mentiras (Edicións
Xerais), Xurxo Souto concluye su prólogo señalando lo siguiente: "A
este carnochiño vagabundo tócalle agora andar polos grandes
escenarios. Os galegos démoslle un chisco de solaz. El tamén nos
deu vida a xeito. A súa casa segue en Galicia. Oxalá que regrese
axiña". Aún quedaba la esperanza de que algún día, tras
haber recorrido medio mundo, Manu Chao volviera a esa Coruña que a
él le gusta, para dar otro concierto.
En el
último trimestre de 2006 el Ayuntamiento coruñés inicia una
campaña turística para promocionar la ciudad en el exterior y lleva
como lema Me
gusta La Coruña, me gustas tú
en tres idiomas (castellano, gallego y portugués). El responsable de
Turismo de A Coruña, Moisés Naranjo, explicó a La
Voz de Galicia
que la empresa que diseñó la campaña consultó con un asesor
jurídico, y que éste le informó de que no había problemas legales
para registrar ese estribillo como lema.
El
mutismo de Manu Chao al respecto (el que calla otorga) de la
utilización de una estrofa de su canción Me
gustas tú en
la campaña promocional del Ayuntamiento coruñés evidenció su
proximidad emotiva a esta ciudad en la que cuenta con muy buenos
amigos. Sin embargo, en las pasadas elecciones, sí denunció al
Partido Popular por incluir una de sus temas, La
trampa
(de su disco Última
estación, Esperanza)
en la propaganda electoral "sin haber pedido nunca permiso para
ello". La canción, compuesta junto a Tonino Carotone, narra la
decepción de alguien que se siente engañado. Fue la banda sonora de
un vídeo electoral de un minuto de duración que el PP utilizó en
Asturias en varios de sus mítines.
A
la tercera, la vencida
Tras
los dos intentos frustrados de actuar en A Coruña, después del
concierto anónimo de 1995, por fin llega la noticia de que Manu El
Esperado
actuaría el 23 de mayo de 2008 en el Coliseo, junto a Radio
Bemba Sound System,
aprovechando una pequeña gira gallega antes de recorrer medio mundo
con la bautizada como Tómbola
International Tour.
Que
había ganas de ver en directo a Manu quedó al descubierto con el
ambiente que había en el multiusos coruñés. Se palpaba la
diversión en la espera que animó desde un rincón la charanga de Os
Festicultores, que regaban con su música el espíritu festivo del
recinto que ya había florecido en la pista, las gradas y las barras
de los bares donde se agolpaban cientos de personas que hacían cola
para abastecerse. Había mucha presión (y no solo cervecera) que se
esparramó durante tres horas (sin contar con el fiestorro
organizado
en los camerinos tras el concierto). Alrededor de 9.000 personas (que
sobrepasaron el aforo inicial de 7.500) no pararon de saltar, bailar
y cantar.
Una
asistencia multitudinaria que achicó el equipo de sonido que
adecuado para locales de capacidad media, resultó insuficiente para
cubrir el multiusos coruñés puesto en pé
de festa.
Esta escasez de sonido se vio superada por la masa coral que conocía
todas las canciones y las cantaba amplificando de esa manera un
repertorio en el que Manu Chao lució inicialmente un ska-reggae
pegadizo
e inductor de movimientos corporales de variada procedencia del
cuerpo humano. Clandestino,
Welcome to Tijuana, Casa Babylon, Mariahuana Boggie, Bob Marley is in
the house, King of Bongo, Radio Bemba
y Yo
vengo del norte, entre
otras, fluyeron hermanadas sin espacios en blanco.
La
música de una canción generaba otra distinta, y el estribillo de
esta valía de estrofa de otra. El concierto fue un puzzle
musical
en el que a base de
ska, reggae, raggamuffin, bazucada, conga, rock, rumba
y aires
morunos
el ambiente se emborrachó de verbena. Siempre con Manu Chao
funcionando como músico ambulante, fuera de reglas y convenciones,
destapando su solvencia disidente a base de cócteles sonoros con
sabor a él mismo, combinando notas musicales mientras despierta
conciencias. Y es que Manu tiene un código propio que emociona y
crea complicidad, alcanzando la categoría de símbolo, al implicarse
en luchas sociales.
Ni
"La", ni "A": Coruña a secas
Tal
vez para evitar la polémica que en su día se había creado por el
empleo en la canción Me
gustas tú
del topónimo La Coruña, Manu pronunció a lo largo del todo el
concierto, siempre a secas "Coruña" y cada vez que lo
hacía, sin ningún énfasis especial, se daba golpes de pecho, a la
altura del corazón, para mostrar su agradecimiento por la acogida
recibida y el cariño mostrado… La estrofa de "Me gusta La
Coruña, me gustas tú" no se escuchó en el Coliseo, en un
concierto en el que Manu Chao desplegó toda la energía de su banda
ante un público enloquecido e incansable que después de tres horas
de concierto, aún quería y pedía más.
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