CANCIONES
QUE BUSCAN LA COMPLICIDAD DE UN
AUDITORIO ALEJADO DE FRIVOLIDADES
De
siempre he sentido fascinación por el cosmos creativo de los cantautores, de su
ordenamiento inicial tras la llegada de la inspiración creativa, y de sus
posteriores secuencias en las que filtran textos y música para vestirlas como
canción. La pregunta tópica de
conocer que nace primero la música o la
letra, siempre encuentra respuesta…unas veces es un pensamiento que busca
refugió literario en los acordes musicales y otras son estos los que ofrecen
alojamiento a los textos…Sea como fuere, el trabajo final encuentra su salida
en busca de la comunicación necesaria para compartirlo con un auditorio alejado
de frivolidades y predispuesto a escuchar narraciones de las que cuelgan
vivencias, ilusiones, sueños, desilusiones o testimonios de esperanza que
visionan con sonidos.
El
cantautor Luis Moro acaba de dar a luz un nuevo trabajo “Cielo color Burdeos” que sigue el camino emprendido en 2003 con “Psicodelia?”,
y proseguida con “Los Vulnerables”, “En lo profundo”,“ Defectografía” y “Carnaval humano”. Siete canciones que son
otros tantos episodios –“Cielo color Burdeos”, “Santa María”, “Marianne” ,Judith
Mishima & Alex Lafontaine”. “Valentina”, “El fondo diamante de su mirada
triste” y “Un adiós hubiera bastado” ---arrancados de
las fibras emocionales que nacen de dentro, con ánimo gris y son entregados hechos
canción.
Un trabajo en el que mantiene su identidad interpretativa, de
saturación anímica intensa, como el color rojo púrpura, oscuro, elegido
para “pintar” el cielo creativo que cubre el disco y bajo el que se refugia creativamente. Letras que nacen sentidas,
con talante perezoso, para ser apreciadas
a paso lento, con la inclusión de descriptivos silencios que actúan como pausas
reflexivas y dan mayor claridad a la oscuridad textual y ayudan a valorar satisfactoriamente la
imagen auditiva.
Luis
Moro, con una voz lánguida, educada en el sentimiento, transporta los lamentos,
el desánimo, y los hace poema para asomarlos al exterior – que en el fondo es
una terapia para “optimizarlos” --, masticando lentamente las palabras, con
dicción somnolienta. Textos que son silueteados con pespuntes de guitarra y ropaje rítmico sobrio, sin florituras, equilibrado
entre lo etéreo y lo terrenal, que propicia la orientación interna con un tapiz
sónico intrigante. Junto a él --voces,
acústicas, eléctricas, slides, percusión – comparten créditos José García (co productor) – baterías, percusiones,
shakers, maracas, cacerolas, mazas, panderetas, campanillas, ruidos : Andrés Saavedra – bajos--;fran borrego – eléctricas,
slides --;Felix Arias – acústicas;
enrique moro – shakers, kalimba, percusión
; Brais Maceiras – acordeón y Arturo kress –
baterías, shakers, crótalo. El diseño y la fotografía del disco
corresponde a Luía Rolle.
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