La
espera ha terminado.
Canción a canción, fuimos conociendo el contenido del primer trabajo de este artista coruñés en el que la multinacional Sony tiene depositadas esperanzas de convertirlo en una figura de calado internacional.
Canción a canción, fuimos conociendo el contenido del primer trabajo de este artista coruñés en el que la multinacional Sony tiene depositadas esperanzas de convertirlo en una figura de calado internacional.
Primero llegó "Tiemblo" que ya ha superado el millón de escuchas en
Spotify. La segunda oleada llego hace unas semanas con el videoclip
"Hechizo" en el que Carlos Ares fue hechizado por una mujer
misteriosa en un ambiente nocturno y glamuroso.
La última entrega, por el
momento, es el video que lleva por título “No me mezcles más con él” en el que
el "encantamiento", se convierte en una sensación de engaño y
desilusión. Ares es partícipe de un duelo con un rival, cuya identidad desconoce.
La magia del hechizo desaparece…
El E.P. de título homónimo, que es la ópera prima del "millenial" más
multidisciplinar del panorama musical español está compuesta por cinco
canciones (‘Tiemblo’, ‘Hechizo’, ‘Vuelve’, ‘Mi realidad’ y ‘No me mezcles más
con él’) coproducidas por él.
Un disco en el que las letras sobre amor y desamor post-adolescente conducen unas canciones de trazo agridulce y sonido actual y contemporáneo.
Un disco en el que las letras sobre amor y desamor post-adolescente conducen unas canciones de trazo agridulce y sonido actual y contemporáneo.
Carlos Ares tras su fichaje por Sony entró en un buclé
creativo en el que tuvo que cambiar la "dirección" de su obra que inicialmente
estaba "pensada" e interpretada en inglés al castellano por la
estrategia de la discográfica que pensó en él como un artista de talla
internacional con condiciones para impactar en el amplio mundo musical de los mercados
hispano parlantes.
La "reconversión" en palabras de Carlos ,
"fue todo un reto. Cambiar del inglés y componer y cantar todo en
castellano, a la vez que mantener ese poso internacional en el sonido. Cada canción
habla de vivencias personales, de mi día a día, del amor y el desamor, cosas
con las que el público se puede sentir identificado”.
Las
estructuras preciosistas de las canciones, plagadas de capas, se ven arropadas
por el amplio registro sonoro y la forma de cantar intimista y susurrante del
"wunderkid" coruñés Carlos Ares
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