QUE TENGAS BUENA
SINGLADURA POR LOS MARES ETERNOS
Compartimos
pupitres en la Academía Galicia de A Coruña, y formábamos parte del "club
selecto" de "los buenas piezas". La vida nos llevó por estancias
diferentes, aunque las vivencias compartidas en aquellas aulas, prorrogadas con
los castigos que ampliaban a menudo el
horario escolar un par de horas, quedaron impresas a través del tiempo. En 1999
nos reencontramos en la presentación del disco de Luar na Lubre, "Cabo do
Mundo", que se había realizado en el "Acuario" -- Casa de los
Peces -- de A Coruña, en cuya portada se incluía una obra de su padre.
Al
vernos nos fundimos en un fuerte abrazo al que siguió un viaje al pasado
recordado con risas melancólicas...¿Te acuerdas Nonito de cuando te pedí
prestado un bolígrafo Parker, que nunca te devolví? (risas)...Aquel reencuentro me dió
la ocasión de proponerle una entrevista para el Ideal Gallego, y aunque no les
gustaba mucho salir en los "papeles", accedió . Esta fue la
entrevista:
EMPECE A PINTAR DE CHAVAL PARA HACERLE LA COMPETENCIA A MI PADRE.
Dice haber perdido el “don” de la palabra y se confiesa poco amigo
de las entrevistas encerrado en su mundo de intimidades artísticas. Pero tanto
su nombre como su apellido hablan elocuentemente y se expresan con fluidez a
través de colores, armonías y sensaciones que se escapan de lo superfluo a
través del idioma universal del arte donde Urbano Lugris Vadillo, hijo ha
logrado crear un vocabulario artístico propio.
Es pintor porque lo fue su padre, y así lo reconoce: “Yo con doce
años quería demostrar que pintaba mejor que mi padre . Empecé a dibujar y
pintar para hacerle, de alguna manera, la competencia. Es más, si mi padre
hubiera sido bailarín, seguro que hasta hubiera intentado bailar. Es un
aliciente como otro cualquiera.
¿ Recuerdos de infancia ?. Se supone que la tuve aunque lo que ha
quedado en la retina de mis recuerdos es algo muy difuminado . Buena parte de
mi infancia y primera adolescencia la pase en los internados de varios colegios
de España donde estuve interno aproximadamente diez años. ¿ Por buena pieza?. ¡
Hombre!, no es que fuera un angelote de Murillo pero fueron las circunstancias
familiares las que así lo decidieron.
Sr. Lugrís, con su nombre, ¿cómo no se le ocurrió estudiar para
guardia “urbano” .
Ahora que me lo dice...no hubiera sido mala idea. Fíjese, además
de tener un Centro con mi nombre en cada ciudad podía haber regulado el tráfico
urbano. Pero me dio por ser capitán de la Marina Mercante y acabé estudiando
Máquinas. ¿ Quién me bajo del puente?. Me baje yo solo el día en que,
estudiando en Madrid me encontré con que uno de los profesores era capitán de
la Marina Mercante. Si este Sr., me dije, tiene que levantarse a las siete de la
mañana para darme clases a mí, esto de capitán no debe de ser nada
interesante...(risas).
Pero acabó navegando
Estuve nueve años embarcado y di la vuelta al mundo aunque tardé
un poco más que Cantinflas. A mí me llevó un año recorrer dos veces todos los
mares del mundo. Me hice marino en la pensión Bergantiños de la calle de Sta.
Catalina donde vivía y gracias a un vecino de habitación que estudiaba
Náutica. A él le debo mi carrera y también el aumento de la asignación mensual
que me enviaban mis tíos. El fue quien me dijo que pidiera más dinero a casa y
lo hice. El giro mensual aumentó y yo cambie de habitación dejando una
“señorial” por la que pagaba 60
pts ., para pasarme a la más barata
de la pensión que valía 40 pesetas. Las 20 pesetas de diferencia me
permitieron vivir como un “marqués”.
En todo artista late un germen de audacia sin el cual es difícil
concebir ingenio alguno.¿ Como se le ocurrió plagiar a su padre?
Cosas de chaval que no te voy a contar como fue, aunque hubiéramos
compartido pupitre en la Academia Galicia. Cuanto tengamos veinte años más te
lo cuento. ¿Cómo se levantó la liebre?. Pues porque mi padre, a quién lo había
comprado, le dijo que no lo había pintado él. Yo insistí y al final el
comprador me creyó a m y no a mi padre. ¿ Enfado?. No. Mi padre se lo tomó a
broma pero me dijo que para la próxima ocasión tuviera más cuidado con la firma
que me había salido mal. ´
Yo al principio copiaba los cuadros de mi padre. Recuerdo que el
primero que copie fue de uno que tenía un Sr. de Malpica . Tuve que ir a
pintarlo a su casa como los que van al museo del Prado a pintar cuadros de Goya
o Velázquez. ¿ El primer cuadro que vendí?. Fueron unos dibujos y me los
había comprado Carlos González Garcés. El primer cuadro fue uno que
había hecho de la Inmaculada Concepción que creo recordar lo había
comprado Isaac Díaz Pardo , aunque no estoy muy seguro.
¿Cúando dejo ser
“hijo de su padre”, y se emancipo artísticamente?
Durante una exposición que había hecho en Información y Turismo en
la Marina. Fue la primera vez que vi a gente preocuparse por mi trabajo y
comentarlo. ¿Alternativa?. Alternativa no pero si un fuerte abrazo el día que
vio un cuadro abstracto mío. El mejor consejo que me dio mi padre fue que
dejara la espátula y cogiera los pinceles. El sabía que ese no era buen camino
para mí y le hice caso no porqué me lo dijera él sino porque me cansé de pintar
con espátula.
Dígamelo aunque sea en abstracto. ¿ A qué escuela pictórica
pertenece Ud.?
Un día le preguntaron a mi padre de que “istmo” era y dijo, yo del
“Lugrisismo”. Pues eso. ¿ Que admiro en la obra de mi padre?. Como pintor tenía
una cualidad que tienen muy pocos pintores y es que sabía buscar la luz, los
puntos de luz, los colores de una forma maravillosa. ¿Técnica especial ? Yo
diría que es un pequeño truco que el me contó en su día y que consiste en darle
un poco de negro al color . Yo también creía que me lo decía de broma pero
no. De mi padre aprendí con los años, y lo valoro muchísimo, respetar la
pintura como arte y no como una actividad económica.
Hábleme del mar marinero
El mar para mí es vida. Como pintor no puedo hacer ningún cuadro
en que no haya ninguna referencia al mar. Para mí el mar es todo siempre está
en mi retina y en mi sentimiento. ¿ Si tiene de verdad color azul ?... ¡Trampa¡
(sonrisas)...
Haga de Conde de Orgaz y diga, con la mano en el pecho que no se
aprovechó del nombre de su padre.
Llamarme igual que el, para que negarlo, me abrió puertas al
principio pero después fue un incordio por las continuas comparaciones y
también alguna que otra alusión “viperina”.¿ Anécdotas?. El día en que puse en
una vitrina una “tranca” del tamaño de la del “as de bastos” en una exposición
que había realizado en Vigo. Hasta mi habían llegado los rumores de que había
conseguido la sala por ser “hijo de mi padre”, cuando estaba en lista de espera
desde hacia dos años como todo “hijo de vecino”. El pié de la “tranca” se
podía leer: “Al primero que diga algo, le sacudo” y parece ser que dio
resultado porque la gente. ¿ Mi cotización en el mercado del arte ?.Yo de
cifras nunca hablo. En eso está claro que no soy “fenicio”. Digamos que mi
cotización me da para sacar la familia para adelante.¿ La posteridad?. A mí eso
no me preocupa porque los cuadros que vendo, ya no son míos.
¿Cuantas obras de Urbano Lugrís padre tiene el hijo en su casa?.
No tengo nada. Bueno, un plato que me regalaron y una paleta para
mezclar colores. Nada más. Todo lo que tenía lo fui regalando a mis
amigos .
Con el anunció de su fallecimiento a los 76 años, releyendo
aquella entrevista, me emociono y le deseo a mi amigo una buena singladura por
la inmensidad de los mares, en este caso eternos , que siempre, en vida, tuvo
en su retina y en su sentimiento.
Descansa en paz amigo
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