"Lighthouse" es
el nuevo disco de David Crosby.
En las seis décadas de carrera incomparable, el
californiano ha creado canciones que resuenan como piedras de toque indelebles
de la cultura para más de tres generaciones, no solo como artista en solitario,
sino también como miembro fundador de The Byrds a mediados de
los años 60, Crosby, Stills & Nash, y Crosby, Stills, Nash &
Young.
Sigue siendo además - a pesar de su edad - un músico reverenciado y
respetado para muchas jóvenes estrellas de la escena rock, folk y jazz
actuales.
El disco se trata de una pieza íntima y desnuda de artificios, nueve nuevas
canciones donde destaca de forma inmediata la reconocible voz de Crosby, su
composición incisiva y el incomparable trabajo de guitarra.
La palpable alegría
de esta colección de canciones captura al icónico artista en una explosión
inesperada de inspiración: "Crear música nueva que me emocione es
encontrar una perla de valor incalculable".
En "Lighthouse" encontramos una rara economía en el sonido,
basado principalmente en la voz de Crosby y en las guitarras, y en la
diestra producción de Michael League de Snarky Puppy.
Hay una calidad
carente de adornos en los temas que permite a las canciones respirar y darle el
peso emocional correcto a las letras, libres de instrumentación superflua.
Particularmente llamativo en "Lighthouse" es la curiosa
forma de tocar la guitarra de Crosby, tan creativa como siempre, pero nunca
ostentosa. A veces amable y cáustico, su trabajo aquí le sorprendió incluso a
él mismo mientras descubría nuevos tonos. "Afino la guitarra de forma
extraña y veo a dónde me lleva", dice. "Te da diferentes inversiones
de los acordes y diferentes sonidos. Tengo muchas afinaciones. Me ayuda a
encontrar cosas nuevas y que son mías propias más que dedicarme a repetir lo
mismo que otra gente ha hecho".
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