"POR
EL HUMO NO SE SABE DONDE ESTA EL FUEGO"
(Y no es
la letra de ninguna zarzuela...)
Escribió Javier Becerra en La Voz de Galicia :
“Eran otros tiempos. En 1983 los roqueros podían dar miedo a la
sociedad, pero desde luego no a los políticos. Al menos, a algunos políticos.
Si en Madrid el carismático Enrique Tierno Galván promovía la movida, en A
Coruña Francisco Vázquez simpatizaba abiertamente con el pop y el rock. El 23
de abril había sido elegido alcalde y ese verano instauró una tradición que se
iba conservar durante unos años: dar una recepción en María Pita a los artistas
que tocasen en la ciudad. Estos encuentros normalmente tenían lugar antes de
los conciertos. En el caso de Barón Rojo ocurrió tras la prueba de sonido. Así
lo recuerda Carlos de Castro, guitarrista de la banda «Nos hicieron llegar un
mensaje al concierto en el que decían que el alcalde nos quería conocer. No era
algo muy habitual que nos pasase eso, ni entonces ni ahora, pero aceptamos».
Francisco Vázquez le da fuego a Carlos de Castro, guitarrista de Barón Rojo, en la recepción del Ayuntamiento, donde les fue entregada una Torre de Hercules como recuerdo
Y allí se plantaron. Frente a frente. Se puede ver perfectamente en la
fotografía cedida para este artículo por Nonito Pereira, incluida en su libro
Historias, histerias y anécdotas musicales de La Coruña. Por un lado, las
melenas, el desaliño y las camisetas de AC/DC del grupo. Por otro, el traje, el
pelo engominado y la formalidad del entonces alcalde. «Nos pareció un hombre
encantador. No recuerdo bien de qué hablamos -dice Carlos de Castro-, supongo
que de generalidades. Él tenía mucho interés en conocer ese movimiento en el
que nosotros estábamos -se refiere al
heavy- y que había despertado tanto revuelo en la ciudad. Nos enseñó el
Ayuntamiento, que me pareció muy bonito».
El concierto, que finalmente reunió a más de 6.000 personas en el
Pabellón de los Deportes, había estado precedido de muchos temores por la
organización. La Concejalía de Fiestas lo había calificado como evento de alto
riesgo y, durante su celebración, se extremaron las medidas de seguridad. «No
pasó nada, todo discurrió con total normalidad», comenta De Castro, que, de
cualquier modo, no se olvida de otra de las grandes anécdotas de aquel día…”
Pues si…así fue. Resulta que, por aquel entonces, mi amistad
con Mariscal Romero, artífice de la implantación discográfica del “heavy”
español a través del sello “Chapa” distribuido por Záfiro, me llevó hasta Jesús
Caja, manager por entonces de Barón Rojo . De las conversaciones mantenidas con
él surgió la posibilidad de que vinieran a actuar a Coruña. Conocía
personalmente a Sherpa, aunque no a los
hermanos Castro. Tras ofrecer a la Concejalía de Fiestas la posibilidad de un concierto del grupo, accede
y Barón Rojo visita a A Coruña por vez
primera Eran los "tiempos del cambio" y miles de jóvenes se prestaban
a proclamarlo en un concierto que fue considerado de "alto
riesgo".Una recién “estrenada” Protección Civil estaba ojo avizor para atender, junto a la
Cruz Rojo, desmayos, lipotimias. y todo
tipo de síntomatologias detectables en
espectáculos de masas. Todo un despliegue de medios.
En la zona del back
stage Jesús Caja y yo, seguíamos con atención y
cierta preocupación el desarrollo del concierto con algunos Policías
Nacionales atentos, aunque fuera del campo visual del público, a lo que sucedía.
En un momento dado, se ponen en marcha los "efectos especiales" del
escenario y el "humo" – producto del hielo seco --se dispersa por el
mismo para contrastar con las luces...En ese instante percibo cierta agitación
en los miembros de la Policía Nacional y veo como dos de ellos enfilan las
escaleras del escenario con sendos extintores para apagar el "fuego"
que ellos creían estaba provocando la
humareda...
Ante esa reacción, Jesús Caja y yo, Intentamos que no suban
al escenario con los extintores, explicando al de mayor rango, que se trataba
de un "efecto especial" y no había ningún tipo de problema cara a la
seguridad...No hubo manera . Ante el cariz que tomaban los acontecimientos mando
aviso al concejal con toda urgencia y mientras llega nos colocamos en las
escaleras para tratar de impedir la subida de los agentes al escenario, que serios
nos “amenazaban” con detenernos por obstrucción a la autoridad.
En esos tensos momentos entre explicaciones y “oídos sordos”,
aparece el concejal y lo pongo en antecedentes de lo que quería hacer la Policía
Nacional y lo que podía suceder si de repente, en plena actuación de Barón Rojo
, aparece la Policía en medio del escenario con los extintores. El concejal, lógicamente,
se alarma e insiste en la explicación dada por nosotros, por fortuna con más
suerte, ya que los agentes desisten de subir al escenario con los extintores.
Tras el “apurón” y la situación “surrealista” , todo quedó
en una anécdota, aunque pudo montarse la “marimorena” por culpa del “hielo seco”.
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