LOS STONES ME DEJAN CON LA LENGUA SECA
"Los
Rolling Stones actúan por primera, y única,
vez en España, saltando al ruedo de la Monumental de Barcelona el 11 de
julio de 1976. Una faena en la que los Stones marcaron prominente paquete
musical e hicieron una faena merecedora de orejas, rabo y vuelta al
ruedo…". (Nonito Pereira, La Voz de Galicia, julio de 1976)
Aunque la fiesta taurina no está en el
listado de mis aficiones favoritas, , nuevamente entre en una plaza de toros
para asistir a un concierto, once años después de haber estado en el coso
taurino de Las Ventas, en Madrid, en el primer concierto que dieron Los Beatles
en España.
El paso del tiempo había curtido a aquel aficionado neófito convirtiéndolo en un aficionado profesional, veterano, curtido en conciertos de toda
índole, por formar parte de la "elite" de comentaristas musicales
de prensa y radio españoles. Al menos esa era la consideración que de mí tenían las compañías discográficas que
contaban con mi presencia en todos los eventos musicales de primera fila en el panorama musical, no solo español, sino también a nivel
internacional.
Desde la discográfica Hispavox recibo la
invitación para asistir el primer concierto de los Rolling Stones en España,
que tendría lugar en la plaza de toros Monumental de Barcelona gracias a la
iniciativa del empresario Gay Mercader. Invitación que aceptó de inmediato
¡Faltaría más. Envían los billetes de avión y salgo en el primer vuelo de la
mañana desde Lavacolla hasta Barajas. Allí me uno al grueso de la expedición de
musiqueros de toda España,
alrededor de 20, y nos trasladamos al Prat de Barcelona. Había problema de
habitaciones y nos reparten en grupos por varios hoteles, juntándonos
posteriormente en una comida en la que tuve como compañera de mesa a María Teresa
Campos, quien por entonces trabajaba en Radio Juventud de Málaga.
Después de
una sobremesa llena de abundantes anécdotas radiofónicas, tiempo libre para el
descanso o paseo por la Ciudad Condal. Elijo lo segundo y dos horas antes del
concierto el autocar inicia la recogida en los respectivos hoteles de los
comentaristas musicales desplazados al concierto.
Cuando llegamos a las inmediaciones de la
Monumental nos recibe un ambiente espectacular con miles de personas en su
entorno. Entramos en la plaza --que tenía capacidad para 18.000. aunque al
final se dio la cifra de 11.000 personas,-- una hora antes de que entrara en el escenario un grupo
telonero no anunciado –aún es hoy el día que no sé quién era– que realizó una
descarga de afro-rock que, unida al calor húmedo que convertía al recinto en un
horno, aumentó la reseca por efectos de las butifarras y los caldos que las acompañaron en la comida.
Un
maestro por vecino
Mi vecino de localidad fue el maestro Ángel Álvarez en compañía de su hombre de confianza musical,
Charly Domínguez, con quién me había tocado compartir habitación. A la espera
de la aparición de llos teloneros comentaba con Ángel y Charly la grandiosidad del escenario y
especulábamos con el resultado de la inclusión del quinto Beatle, el fenomenal
organista Billy Preston en las filas de los Rolling –sus inmortales teclados
bañaron el sonido de The Beatles en el álbum Let It
Be (1970) y en
algunos pasajes de Abbey Road (1969), como fueron
las canciones Something y I Want You (She’s So Heavy –. Esa no era la única novedad del primer
concierto de los Stones en España, ya que Ron Wood sustituía en la banda a Mick
Taylor
Alrededor
de las nueve de la noche empezó el espectáculo con la intervención de los
teloneros The Meters, y John Miles que a última hora sustituyo por
indisposición a Robin Trover El grupo The Metters tocó durante casi una hora.
Durante el intermedio se montó una “tangana” en el exterior, por el elevado
precio de las entradas que fue por los “grises” con cargas de balas de goma y
bombas de humo. Una de esas bombas se coló en el interior del recinto
provocando el pánico en las gradas por donde se había colado y el público presa
del pánico inició una desbandada que por momentos hizo pensar en unas
consecuencias desastrosas, que afortunadamente no pasó del susto gracias a la
buena reacción de la gente que impido cualquier posible tragedia.
Tras
el incidente salió a actuar John Miles y su banda interpretando temas como
“Music”, “Roll over Beethoven”, “Sweet Lorraine” y “Heartbreak Hotel”.Un show
muy calculado y destinado a complacer al público asistente, intercalando rock
and roll cuando las canciones decaían con las baladas. Miles
hizo fermentar el ambiente y al terminar su actuación me lancé en busca de una
cerveza. Misión imposible. Di la vuelta al ruedo, de barra en barra y en
ninguna quedaban cervezas. Se habían agotado. Por no quedar no quedaban ni agua
mineral, ni refrescos, ni whisky, ni ginebra, ni ron… sólo brandy. Recurrí a
los grifos de agua de los servicios y ni por esas pude saciar la sed: ya que habían cortado el suministro.
Con la lengua
pegada al paladar y una sequedad que dificultaba la articulación de palabras, a
las doce y media pasadas, los Rolling Stones
acudieron a la cita bajo los acordes de un airoso pasodoble torero, "El gato montés”. Cuando subieron a escenario Mick Jagger (voz, guitarra, armónica), Keith
Richards (guitarra, voces), Ron Wood (guitarra, voces), Bill Wyman (bajo) y
Charlie Watts (batería). Y como músicos adicionales Billy Preston (piano) y Ollie Brown
(percusión), enmudecí olvidándome de la falta de riego de la gorsia y el sudor
se hizo
soportable diluyéndose en un ambiente espectacular desde Honky Tonk Women, con la que abrieron su concierto, hasta Street Fighting Man, que fue la despedida.
Quién más y quien menos esperábamos
escuchar en directo I can´t get no
satisfaction, pero ese celebérrimo tema no lo habían incorporado a la set list de la gira y los Stones fueron por el libro de ruta sin
ninguna excepcionalidad a pesar de las reiteradas demandas de la plaza que solicitaban
la canción a voces con la esperanza de que la incluyeran en el tramo final. No fue así y en el
concierto pudimos escuchar, composiciones de finales de los 60 y comienzos de
los 70 que alternaron con su último disco "Black & Blue". Además de las ya
mencionadas y por este orden sonaron If
You Can't Rock Me, Get Off of My Cloud, Hand of Fate, Hey Negrita, Ain't Too
Proud to Beg, Fool to Cry, Hot Staff, Star Star, Cherry Oh Baby, Angie,You
Gotta Move, You Can't Always Get What You Want, Happy, Tumbling Dice, Nothing
From Nothing (Billy Preston), Outa Space (Billy Preston), Midnight Rambler,
It's Only Rock 'N' Roll, Brown Sugar y Jumpin' Jack Flash.
Al finalizar el concierto,-- que dio según
posterior testimonio del organizador, Gay Mercader, unas perdidas de tres
millones de pesetas -- con la boca más seca que la suela de una alpargata, hubo
una estampida del grupo para humedecer la gorxa. Aún me acuerdo del momento en
el que entre codazos pude llegar a la barra de un bar cercano y pedir dos
cervezas, que me bebí de un tirón.
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