UN MÚSICO "DISTINTO" QUE REGRESA CON SU EXTRAÑA E INCONFUNDIBLE VOZ, EXPANDIENDO INGENIO SURREALISTA Y HUMOR CLANDESTINO,PERTURBADOR E INCISIVO
Un ermitaño es aquella persona que elige profesar una
vida solitaria y ascética sin contacto permanente con la sociedad. En esta
definición encaja el santanderino Angel
Stanich,-- también conocido como el cantautor lisérgico --compositor, cantante y músico de rock alternativo,
que estuvo tres años, desde que empezó su carrera con "Camino Ácido" (2014) , prolongada
por "Cuatro Truenos Cayeron" (2015) y el EP "Siboney", sin
conceder ninguna entrevista alejado de la mercadotecnia instalada en el panorama musical. Algo
insólito.
Un silencio que ahora, con la edición de su nuevo trabajo
"Antigua y Barbuda" ha roto lo "justo" , para no quebrantar
demasiado el áurea de misterio que lo rodea y que sirve de llamada de atención
para presentarlo en sus conciertos como el "gran enigma".
Empezó
bar a bar, luego fue telonero de Los Corizonas, saliendo sin previo aviso en
los escenarios y encandilando a los presentes por su fiereza, pasó por salas
más grandes con su propia banda y acabó en festivales como el Sonorama Ribera.
Angel Stanich es un personaje peculiar, porque su voz,
extraña
e inconfundible, también expande su particular ingenio surrealista y un humor clandestino,
perturbador e incisivo que así lo atestiguan
sus canciones, repletas de personajes rotos,
desorientados y descreídos, movidos por la curiosidad de su aire solitario y
bohemio en el que flotan referencias alucinógenas en tránsito por unos Estados
Unidos de "carretera" áridos y cinematográficamente metafóricos, orientados por Grateful Dead, a los que viene escuchando
compulsivamente en compañía de Dylan y Neil Young, según propio testimonio.
"Antigua
y Barbuda" es su segundo trabajo, concebido como un álbum de vinilo, con ayuda de Javier
Vielba (producción artística) y grabado con su "fantástica Band “a la
vieja manera” (todos juntos) en los estudios Revirock (Dani Alcover).
Un viaje por diez etapas, títulos, en los que despliega con amplitud su incontenible personalidad, la de un músico ciertamente distinto.Lo hace liberado de ataduras-referencias y muestra decididamente su intuición, ambición y evolución que va dejando atrás su estela fronteriza . mientras expande su ingenio surrealista, mas personal si cabe, y un humor clandestino, perturbador e incisivo, en sus mejores letras hasta le fecha.
Un disco que abre la puerta a
nuevas e insospechadas aventuras, a un deslumbrante universo de expediciónes
literarias en el tiempo y sonidos cambiantes que dejan "descolocado"
con expresión reflexiva.
Un disco que destila en su trayecto
musical- literario acidez romántica, malévola ironía bailable, metáforas
ciclistas, e incluso un ingenioso homenaje a la "indietrónica nacional"
de los 90’s, junto a confesiones privadas entre bruma envolvente y demoledores trallazos
, además de subyugantes misterios, o la odisea de crónica negra que es "Galicia
Calidade" --entre Grateful Dead y
los mejores Wilco-.
La llegada de "Antigua y
Barbuda" , que viene lleno de sorpresas, tiene suficiente capacidad
interior para descolocar a muchos. Tiene, y proyecta, mucha capacidad de
sorpresa y eso es algo que siempre es bienvenida en un panorama musical en lo
que "más de lo mismo" obtura aficiones inquietas .
A la vista y oído de la acogida que tiene este "Ermitaño del Rock" en
su salida al exterior discográfico, recibido con críticas y comentarios que lo
señalan como "uno de esos discos que alegra la inteligencia y nos devuelve
la fe en la música concebida como arte, que marcan época y cambian el rumbo de
su tiempo", no cabe duda que Angel Stanich
no volverá a "esconderse" ya que tiene por delante un futuro
artístico que compartir con sus seguidores, cada día más numerosos, que lo alientan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario