martes, 12 de noviembre de 2013

CON EL JAZZ HEMOS TOPADO...



(Dedicado a Manel Mantiñan, en agradecimiento por su labor a favor de la divulgación del jazz en A Coruña)




Ahora que el jazz es una música políticamente correcta y que gracias a conciertos de "all stars" y   los ciclos ( Fundación Caixa Galicia, Fundación Barrié, actualmente JazzAtlántica ) tiene una presencia relevante en la programación cultural de A Coruña donde actúan músicos sobresalientes y figuras de talla internacional, es el momento de recuperar, aunque solo sea a través de memoria musical histórica, aquellos tiempos en los que la ciudad contaba con un festival –Festival de Jazz Cidade de A Coruña– que dio sus primeros pasos en 1982 y pasó a peor vida cuatro  años más tarde por culpa de un desencuentro entre el Ayuntamiento coruñés y la Consellería de Cultura de la Xunta, una vez que el Ministerio de Cultura retirara su mecenazgo. Eran otros tiempos.

A los políticos les "mola" el jazz
Hoy el jazz está de moda y uno se tropieza constantemente con ciclos y festivales de jazz, por España adelante cuando en los años 50, 60 y 70  estaba considerado como una música de locos y quiénes nos refugiábamos en las catacumbas de los pequeños clubs para escuchar, aunque solo fuera en disco, una música rara. Si, éramos unos locos, unos locos por la música que ahora nos sentimos raros en medio de tanto cuerdo que asiste a los multitudinarios conciertos de jazz en salas de concierto libres de humo y sin una cerveza a mano.

Esta realidad es señal inequívoca de que el jazz ha pasado de ser una música minoritaria para alcanzar una popularidad mayoritariamente minoritaria que lo saco de los pequeños clubs para alzarlo a grandes escenarios. Esta situación tiene mucho ver con el buen rollo de la clase política española que ha olvidado el ¡vade retro jazz! que en alguna ocasión tuve que oír cuando se solicitaba subvención para organizar un festival, lo que que no es tarea fácil y para lo que resulta fundamental contar con dinero público o privado que subvencione los riesgos de contratación e infraestructuras.

Los políticos, cuando subvencionan, quieren resultados palpables, que son única y exclusivamente, éxitos de público; un concierto excelente que no presente un lleno deja de interesar. De  este modo se mide la calidad por la cantidad y por la proyección pública que tiene lo que se organiza. Ahora parece que cualquier político que organice algo de jazz está haciendo algo importante. Lo que se persigue no es solamente el bien cultural, sino que se busca que tenga un reflejo importante en los medios de comunicación y que se llene la sala.

Un fenómeno "raro, raro..."



El jazz ha pasado de ser algo casi marginal a tener una presencia estelar en las programaciones culturales. Está claro que tanto concierto de jazz es, o debería ser, un estímulo para los aficionados de siempre (cuando el jazz no estaba de moda) y para fomentar nuevas aficiones. Y lo es, pero, no tanto como pueden dar a suponer los llenos de los conciertos, algunos de ellos gratuitos, de las grandes estrellas. Sin embargo las colas y los abarrotes de esos conciertos y festivales no se reflejan en el día a día del jazz. Los espacios en radio y televisión no han aumentado, sino todo lo contrario.

La compra de discos tampoco ha aumentado de un modo considerable. Si vamos a las tiendas los discos de jazz hay que buscarlos con atención para encontrarlos. Quizá sí a través de Internet, pero también es cierto que han desaparecido muchas tiendas y los discos son importados, es decir, las multinacionales no los hacen aquí. Todo esto no indica que los aficionados compren más discos o consuman más. Es un fenómeno raro de una música que está de moda pero que no ha aumentado en su consumo con respecto al pasado. ¿Qué pasa?

La curiosidad atrapó al gato
Mi opinión personal es que, a pesar de tantos conciertos de jazz, mucha gente se mueve exclusivamente por los grandes nombres y no tanto por el interés cultural. El jazz es hoy algo que viste, que tiene una cierta aura de esnobismo, lo cual en si mismo no es bueno, ni malo, ni todo lo contrario. 

Chequeando el pasado remoto el origen de mi atracción hacia el  jazz, a comienzos de los años 60, fue un impulso de curiosidad hacia una música que se veía como algo prohibido, algo semejante estéticamente a la clásica, pero con mayor vitalidad por su constante cambio, por sentirla como un arte y no meramente como la música comercial o de consumo con la que convivía, y disfrutaba, cotidianamente. La curiosidad atrapó al gato –o sea, yo– y me enseñó a distinguir lo meramente comercial o de consumo, de lo estético e imperecedero. Empecé a ver la música como cultura y no solamente como negocio o algo meramente de distracción o entretenimiento, pese a la fuerza cada vez más en vigor de las confusiones imperantes de la sociedad, de medir la calidad por la cantidad, confundir el contenido con el envoltorio, y mantener a ser posible la búsqueda de la curiosidad y el asombro por lo desconocido.

Aquella curiosidad dio paso a la osadía y durante un tiempo emprendí la cruzada de compartir mi afición a través de audiciones, charlas, prensa y radio, difundiendo y divulgando con los medios a mi alcance esta música poco a poco, desde sus orígenes y escalando cronológicamente por sus diferentes estilos hasta llegar a lo más vanguardista, como el free jazz o el hard bop.

Tanto es así que mis primeros pinitos radiofónicos fueron, en 1968, con un programa de jazz que se emitía con nocturnidad y mucha afición, que no alevosía, en Radio Juventud de A Coruña, a las 11 de la noche, copresentado con José María Comesaña y grabado en mi casa con un magnetófono Philips. De aquellos tiempos, guardo con cariño una carta que recibí recientemente y que compensa anímicamente la soledad de un corredor de fondo en la divulgación del jazz:  

Regreso al pasado










Cierto que lo mejor está por llegar y que cualquier tiempo pasado no fue necesariamente mejor, aunque… se eche en falta. Cierto, aunque esa certeza no impida que quiénes tengamos una larga trayectoria como aficionados a la música, echemos de menos períodos  de un pasado que se fue para no volver. Que le voy hacer: soy un nostálgico, aunque no obsesivo.

Si el agua pasada no mueve molino en su día lo hizo. De ahí que uno tenga sus añoranzas que, como aficionado al jazz, centro ahora en el Festival de Jazz Cidade de A Coruña, gracias al cual, y por primera vez, escuche en directo a los all stars que pueblan el firmamento del jazz. Aquellos que yo había idealizado en mis escuchas discográficas y que nunca pensé llegar a verlos en  directo.

Recuerdo como me temblaban las piernas de emoción en el backstage del Teatro Colón al escuchar a Wynton y Bradford Marsalis el primer día del festival y como le agradecí a Manel Mantiñan, con un abrazo,  aquel momento mágico que estaba viviendo. Era como un niño el día de Reyes. Aquellos intensos momentos emotivos me llevan ahora a dejar constancia histórica de los cuatro Festivales de Jazz celebrados en A Coruña que sin duda, han marcado el antes y el después de la afición jazzística en esta ciudad.

Hubo que tocar muchas teclas hasta que sonó el piano. Con Paco Vázquez a la cabeza, el Ayuntamiento coruñés mantenía unas buenas y fluidas relaciones con el Gobierno central. Gracias a esa bonanza se construyeron los caminos para que algunas estrellas del Festival de Jazz de Madrid, que inicio su andadura en 1982, organizado por el Ministerio de Cultura, pudieran llegar previamente a A Coruña para celebrar el nacimiento de un Festival propio. Y así, empezaron a llegar a A Coruña, días antes de sus conciertos en Madrid, algunas de las grandes figuras del jazz mundial.

"La ciudad de A Coruña organiza este primer festival de Jazz como una manifestación expresa de su firme voluntad de convertir la cultura en un vehiculo de conocimiento y formación para todos los ciudadanos. El jazz, expresión musical de nuestra civilización, constituye la gran aportación musical del siglo XX  a la historia de la música.
Confío que estos días sirvan para que gocen, tanto aquellos que por primera vez se acercan al jazz, como  para los que desde su afición y conocimiento, de la calidad del programa elaborado. Francisco Vázquez  Vázquez, Alcalde de La Coruña". Así presentaba el alcalde, en octubre de 1983, la primera edición del Festival que nacía apadrinado por un jovencísimo Wynton Marsalis, que a sus 22  años era ya una de las grandes promesas del jazz mundial.

Una ciudad volcada con el jazz



Con  los abonos para los tres días de concierto agotados, y el Teatro Colón lleno, se inauguró el viernes, 21 de octubre, el certamen con el grupo coruñés Clunia Jazz, formado por Nani García, al piano; Antonio Cal, al saxo; Baldo Martínez en el contrabajo y Fernando Llorca a la batería. Tras Clunia llegó la actuación estelar del Wynton Marsalis Quintet, con Bradford Marsalis al saxo; Kenny Kirkland, al piano; Ray Drummond, al bajo; y Jeff Watts, a la batería.

Abrió la segunda jornada el grupo coruñés Filloa Express, que dio paso a la estrella de la noche: Tete Montoliú Quartet. El cierre de está primera edición del Festival de Jazz Cidade de A Coruña corrió a cargo de Jorge Pardo y Carles Benavent Quartet y  la All Stars Jazz Band con Joe Farrel, saxo tenor y soprano; Joe Henderson –sustituyendo al anunciado Randy Brecker–, saxo; Georges Cables, piano; Herbie Lewis, contrabajo; y Louis Hayes, a la batería.


Con el cartel de no hay entradas se celebró la segunda edición del festival que aún hoy se recuerda por la categoría de los músicos que en él participaron. De nuevo el alcalde, Francisco Vázquez, en el saluda del programa, manifiesta su interés por institucionalizar  el festival: 

"En nuestro ánimo está, el que este Festival consiga superar, si cabe, el anterior. El jazz ha entrado en una fase de superación de la barrera elitista, y está sumando cada vez más seguidores que sin duda se verán aumentados, debido entre otras causas al apoyo que las instituciones le están prestando a esta manifestación cultural".

Se abrió el festival el día 27 de octubre de 1984 con la asistencia del por entonces delegado del Gobierno, Domingo García Sabell –un confeso aficionado al jazz–, el Stan Getz Quartet, con Stan Getz, al saxo tenor (entró en el escenario casi arrastras al haber tropezado con un cable de sonido); Jimmy McKeely, piano; Marck Jonson, bajo y Ralph Penland, batería. Milt Jackson Quartet, con Milt Jackson al vibrafono; Cedar Walton, piano; Ray Brown, contrabajo y Mickey Roker a la batería, protagonizó la segunda jornada, mientras que el encargado de finalizarla fue Paquito D´Rivera Quintet,  con Claudio Roditti en la trompeta; Michel Camilo, al piano; Lincoln Goine, en el bajo y Portinho, a la percusión.

Afinando agradecimientos
Considerado como uno de los más importantes tenores del jazz, Stan Getz fue conocido por el sobrenombre de The Sound (El Sonido) debido a su tono cálido y lírico, apreciable en temas como su versión de La Chica de Ipanema. El disco Jazz Samba fue su primer álbum de bossa-nova grabado con el guitarrista Charlie Byrd en 1962. La canción Jazz Samba que daba nombre al álbum era una adaptación de la composición de Antonio Carlos Jobim, So Danco Samba. En 1963, Getz ganó el Grammy por la mejor interpretación de jazz por el tema Desafinado, tema que excepcionalmente  tuvimos la suerte de escuchar en directo en la cuarta y última edición del Festival como agradecimiento a una gestión personal realizada por Manel Mantiñan.

Cuando Stan Getz llegó a A Coruña el día antes del concierto venía acompañado de su mujer, que traía un ojo muy hinchado. Al recibirlos, Manel se ofreció  de inmediato a llevarlos al Sanatorio Modelo para que la atendieran. Al día siguiente, Getz, al encontrarse con Mantiñan, se mostró sumamente agradecido: "Lo que hizo ayer es algo impensable en Nueva York. Estoy en deuda con usted. Pídame lo que quiera". Y Manel se lo pidió: "Que toque Desafinado".

Habían pasado muchos años de la etapa bossa del saxofonista y había desterrado aquel repertorio que lo había catapultado a la popularidad y su trayectoria artística discurría por tendencias post bop, haciendo música cada vez más personal. Sin embargo, en el Teatro Colón, fuera del repertorio y en pago del trato recibido, sonó Desafinado, una de las canciones de jazz más conocidas de la historia.

Homenaje a Thelonius "Sphere" Monk


Nuevamente el alcalde de A Coruña saluda en el programa de la tercera edición del Festival, aunque en esta ocasión de forma concisa: "Sería difícil encontrar alguna persona que no haya disfrutado de la música de jazz. Igualmente casi nadie olvidaría el fenómeno cultural paralelo a esta manifestación cultural. La ciudad atlántica tiene una trayectoria importante en todas las gacetas musicales y concretamente el jazz. Con este III Festival seguimos rindiendo culto y devoción a lo de siempre, a la buena música. A lo blanco y a lo negro".

Benny Golson, saxo tenor; Art Famer, trompeta; Curtis Fuller, trombón, Mickey Tucker, piano; Marvin  Smitti Smieth, batería y Tood Colman, en el bajo, abrirían el día 1 de noviembre de 1985 la tercera edición del festival. En la segunda jornada actuaría la Orquesta de Jazz Taller Música de Betanzos, dirigida por Antonio Cal, mientras que George Adams  y Don Pullen Quartet, saxo y piano (que habían formado parte del quinteto regular de Charlie Mingus) serían los encargados de cerrarla. El domingo día 3 llegaría el plato fuerte con Clunia Jazz de reconfortante aperitivo.

Con un máximo de público actuó el grupo Sphere, formado en 1979 en honor del legendario Thelonius Sphere Monk –fallecido el 17 de febrero– por el pianista Kenny Barron, el saxo Gary Bartz, Búster Williams al bajo y Ben Riley en la batería.

A la cuarta...se acabó...


El Festival de Jazz Cidade de A Coruña había demostrado, por la fluencia de público y el estupendo cartel de grandes figuras de jazz, que funcionaba. Así lo reconoció en el saluda del programa de su IV edición el Alcalde de A Coruña. 

"El Festival de Jazz Cidade de La Coruña vuelve en su IV edición con la misma ilusión que en sus inicios. Conscientes de que hemos conseguido que esta Ciudad sea durante estas fechas referencia necesaria para los amantes de la música y en especial para los del jazz. Espero, guste y anime a nuestros ciudadanos a disfrutar, si cabe, cada vez más de la buena música".

Lo cierto es que hubo problemas para confeccionar el cartel de la cuarta edición del festival. En las semanas previas al mismo se habían filtrado los nombres de Miles Davies y BB King, pero el techo del presupuesto manejado por la organización puso fin a las especulaciones y a una serie de actos complementarios, como exposiciones fotográficas, mesas redondas, actuaciones en clubs, etecétera, que se habían barajado para dar una mayor consistencia al ambiente de certamen.

Finalmente, y tras la negativa de la Consellería de Cultura de la Xunta a colaborar en la subvención del mismo –con anterioridad había financiado los Festivales de Ribadeo y Lugo–, el 5 de noviembre de 1986 se iniciaba esta nueva edición con el concierto de Clunia Jazz y del Phil Woods Quintet integrado por Phil Woods al saxo alto; Tom Harrei en la trompeta; Hal Galper al piano; Steve Gilmore en el bajo y Bill Goodwin a la batería.

En la segunda jornada actuaría la Antonio Cal Big Jazz Band de Betanzos y John Abercrombie & Michael Brecker Quartet, guitarra y saxo tenor que venían acompañados por Marc Jonson en la batería y Meter Eskine en la batería.

La tercera y última jornada de esta edición, celebrada el día 7 de noviembre de 1986, que también sería la última del festival, fue doble, en sesiones de tarde y noche. En la primera y como actividad complementaria se presentó el espectáculo 100 años de Jazz, con textos y dirección de Roberto Rodríguez con la participación de la Orquesta Los Satélites y un servidor haciendo las veces de narrador. Durante dos horas se sucedieron en el escenario fragmentos de famosos temas de jazz de diferentes estilos, interpretados por distintas combinaciones – big band, septeto Dixieland, cuarteto Cool, combo jazz-rock y otras, según la época evocada–. El concierto de la noche lo abrió Tandem de Ferrol y lo cerró The Young Tuxedo Brass Band, la más vieja banda en activo de Nueva Orleáns cuyo repertorio contenía temas diversos, baladas callejeras y marchas fúnebres, como presintiendo el entierro del festival de jazz.

Recordando a Purriños
(Antonio Cal con Baldo Martínez- foto Xoan Piñón)


A Antonio Cal sus amigos lo conocían como Purriños. Un día Kin García me contó una anécdota de Antonio Cal cuando estaban tocando free: "Si, si, moito tocar free, pero, non sabemos tocar blues…"

Así era Antonio Cal, un auténtico bopper al saxo, pionero por excelencia del jazz en Galicia. Marchó de su Betanzos natal, cuando la música de jazz era la gran desconocida para los aficionados gallegos, él buscaba nuevos lugares y oportunidades en las que desarrollar sus inquietudes. Este período le llevó a países tan diferentes como Inglaterra y Brasil. De vuelta a España, en los años 70, se introdujo en los circuitos del rock progresivo participando en grabaciones míticas como Los Andares del Alquimista –considerado el primer disco de rock progresivo grabado en España – o en el espectáculo de éxito popular como fue la ópera rock Jesucristo Superstar. A finales de la década crea el grupo de jazz Ónice y funda un club de jazz en Málaga que se convirtió en el centro neurálgico de actividad jazzística de la península. A principios de los 80  regresa a Galicia, donde se incorpora al recién creado Clunia Jazz, participando en sus primeras grabaciones, fundando la Escuela Municipal de Betanzos y su Big Band.

ALGUNOS GRANDES DEL JAZZ EN A CORUÑA

Abbey Lincoln
Anthony Braxton
Bennie Wallace
Charlie Haden
Chavolo Schmitt
Chick Corea
Cyrus Chestnut
Dave Holland
David Murray
Dee Dee Bridgewater
Diana Krall
Gary Burton
George Benson
Gonzalo Rubalcaba
Herbie Hancock
Jim Hall
Joe Henderson
Joe Lovano
John Zorn
Kenny Barron
John Mc Laughlin
Laika Fathien
Lee Konitz
Lillian Bouté
Lou Bennet
Louis Hayes
Mal Waldron
Mc Coy Tyner
Mc Milt Jackson
Michel Camino
Monty Alexander
Malt Waldron
Mc Coy Tyner
Michel Camilo
Milt Jackson
Monty Alexander
Nicholas Payton
Niels – Henning
Ornette Coleman
Paquito D´Rivera
Paul Bley
Pharaoah Sanders
Phil Woods
Ray Brown
Richard Galliano
Shiley Scott
Stan Getz                                                                         
Sonny Stitt
Steve Lacy
Toots Thielemans
Trilok Gurtu
Wallace Roney
Wynton Marsalis


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