El
llevar más de medio siglo en el panorama musical, como aficionado y profesional
en diferentes espacios de este amplio mundo, hace que acumule un abultado equipaje
de historias e histerias musicales que salen a la luz cuando se celebra alguna
efeméride, como es el caso de la "celebración" de la llegada A Coruña
-- por entonces La Coruña -- de los "Reyes del Bolero"...Sus
majestades LOS PANCHOS. Fue el 9 de noviembre de 1974, hace ahora 43 años.
Una
"historia" con ribetes de "histeria" que me lleva a
destapar el frasco de las esencias evocadoras. De entrada decir que al
concierto celebrado ese día ambientado con frio y lluvia, al concierto en el
Palacio de los Deportes, solo asistieron 300 personas, cuando se esperan por
encima de mil dada la popularidad de este trío. O sea, pinchazo. Un pinchazo
"recauchutado" puesto que la
presentación tenía "truco", toda vez que también se había programado
otro concierto por la noche más "íntimo" en la sala Rigbaba que
estuvo abarrotada.
ESTA
ES LA "HISTORIA"...
Un
agente artístico madrileño, con el que mantenía buenas relaciones, contacta
conmigo para ofrecerme una "ganga":la posibilidad de que el trío Los
Panchos actuara en A Coruña por primera vez. La oferta parecía interesante toda
vez que este trío era toda una institución en el mundo latino y, posiblemente,
junto a Lucho Gatica, los intérpretes más emblemáticos a nivel internacional de
la música llamada bolero, nacida en Cuba en 1840 cuya influencia y permanencia
a través del tiempo , aún sigue vigente en sus diferentes modalidades , aunque expuesto
a los vaivenes de la moda con artistas de primera fila cultivándolo con éxito
en sucesivas resurrecciones de este
género.
Este trío mexicano --no hay que olvidar que el bolero desarrollo su lenguaje a partir de los tríos -- no había inventado el bolero, pero si contribuyeron de forma importante a convertirlo en una forma de expresión --actualmente son más de 110 discos editados, solos o en compañía de grandes artistas -- a lo largo de su longeva carrera iniciada en 1944 por dos mexicanos, Jesús "Chucho" Navarro y Alfredo "Gúero" Gil y el portorriqueño Hernaldo Avilés, que lo interpretaban de una manera diferente, a tres voces, empastadas, sedosas, y ligeramente atipladas, que junto al gorjeante "requinto" -- en realidad era una "cuarta alta" creada y tocada por Gil -- lograron una marca multigeneracional de la canción romántica por excelencia y de los vocalistas "aterciopelados" por antonomasia.
Este trío mexicano --no hay que olvidar que el bolero desarrollo su lenguaje a partir de los tríos -- no había inventado el bolero, pero si contribuyeron de forma importante a convertirlo en una forma de expresión --actualmente son más de 110 discos editados, solos o en compañía de grandes artistas -- a lo largo de su longeva carrera iniciada en 1944 por dos mexicanos, Jesús "Chucho" Navarro y Alfredo "Gúero" Gil y el portorriqueño Hernaldo Avilés, que lo interpretaban de una manera diferente, a tres voces, empastadas, sedosas, y ligeramente atipladas, que junto al gorjeante "requinto" -- en realidad era una "cuarta alta" creada y tocada por Gil -- lograron una marca multigeneracional de la canción romántica por excelencia y de los vocalistas "aterciopelados" por antonomasia.
"EL
DOBLETE"
Treinta
años después de su fundación y con Alfredo Gil, Chucho Navarro y Ovidio Navarro como componentes, se abría la posibilidad de que el famoso trío Los Panchos ,
se presentaran en A Coruña. La verdad es que la oferta del concierto estaba
destinada para el Playa Club, pero por aforo, y antes de conocer el caché, que
suponía elevado, para una sala de mediana capacidad -- tirando hacia bajo -- le
conteste a mi amigo que el concierto se escapaba de mis posibilidades, aunque
fuera consciente de que Los Panchos y sus boleros tenían un importante poder de
convocatoria. Al menos eso pensaba yo tras hacer una pequeña encuesta en mi círculo
de amistades.
Por
curiosidad, después de decir no, pregunte el precio del caché y quedé gratamente sorprendido, y me lié la
manta a la cabeza . Actuarían en dos sesiones tarde y noche por 100.000
pesetas. El caché y la posibilidad de dos sesiones, incluso en recintos
diferentes, me hicieron vislumbrar un buen negocio, aunque en el mundo del
espectáculo, todo puede pasar.
Con
la fecha reservada para el 9 de noviembre tocaba elegir recintos y el Pabellón
de Deportes fue mi primera opción, para el concierto de la tarde, con precios
"populares". Quedaba buscar una sala con capacidad media, para
celebrar el segundo concierto y dada mi amistad con los hermanos Peche y Eladio
Lodeiro, llegamos a un acuerdo para que Los Panchos actuaran en la sala
Rigbaba.
LO
COMIDO POR LO SERVIDO...
Se
anuncia el concierto y se ponen a la venta las entradas anticipadas para el
Pabellón de Deportes y las reserva de mesas para Rigbaba. Para adquirir las
primeras, apenas había movimiento, mientras que para la noche "había"
peleas para reservar mesa. A pesar de que la venta anticipada para la tarde era
escaso, confiaba en el tirón de última hora para llegar a las 1.500 personas en
el Pabellón. Y en esa posibilidad descargue mi esperanza.
El
día del concierto, amaneció lluvioso y frio, nada apetecible para abandonar el
"calor de hogar". Media hora antes de iniciar el concierto -- la hora
prevista eran las 20, 30 horas -- el ambiente que se vivía en las taquillas del
Pabellón era patético, con esporádicos goteos de de público que se acercaba a
sacar las localidades desafiando las inclemencias del tiempo. Adentro, y
combatiendo el frío con ropas de abrigo, unas decenas de personas ocupaban las
primeras filas de sillas al tiempo que las gradas ofrecían un aspecto
desolador.
Para
calentarme y no solo anímicamente, me fui a los camerinos y allí me encontré
con Chucho, tiritando, refugiado bajo un poncho al lado de una estufa. A la
hora anunciada para el concierto me pregunto cuando salían al escenario y le
dije que aún tardarían los 15 minutos de "rigor" para que pudieran
entrar los rezagados.
Como a los 20 minutos no había ningún rezagado, Alfredo Gil y Ovidio Hernández , cogieron a Chucho Navarro -- la cara "simpática" del trío, que andaba "pachucho" -- por los brazos y casi en volandas lo "plantaron" en el escenario. La verdad es que servidor ante esa visión no sabía si reír o llorar. "Plantado" en el escenario Chucho era "guiado" a base de codazos bajo el poncho por el "Güero" que le indicaba , cuando debía hablar o callar, contar chistes o presentar una canción.
Como a los 20 minutos no había ningún rezagado, Alfredo Gil y Ovidio Hernández , cogieron a Chucho Navarro -- la cara "simpática" del trío, que andaba "pachucho" -- por los brazos y casi en volandas lo "plantaron" en el escenario. La verdad es que servidor ante esa visión no sabía si reír o llorar. "Plantado" en el escenario Chucho era "guiado" a base de codazos bajo el poncho por el "Güero" que le indicaba , cuando debía hablar o callar, contar chistes o presentar una canción.
El
consuelo de aquella gélida visión ambiental llegó por la noche ante un público
entusiasta en Rigbaba abarrotada hasta los topes, que disfrutaba de lo lindo a
base de boleros, aunque mi gozo se ahogaba en el pozo de las cuentas que
arrojaban un saldo final de "lo servido por lo comido".
No
llegaron a 1.200 personas entre los dos conciertos en lo que fue el debut del
trío Los Panchos en A Coruña.
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