jueves, 25 de octubre de 2018

LA HERMANDAD DE LA MÚSICA CELTA":UN LIBRO DE CARLOS NÚÑEZ DE RECOMENDABLE LECTURA



 Este verano, coincidí con Carlos Núñez en el Castillo de Monterrei, en Ourense, donde  ofreció un concierto de largo recorrido musical en el que la música celta tuvo su protagonismo

. Al finalizar conversamos y salió a relucir su libro "La hermandad de la música celta" (Espasa) que acaba de salir a la venta. 
Foto Sandra Alonso

Durante la conversación me "pidió permiso" para incluir en él una anécdota que conté en mi libro "Historias, Histerias musicales y Anécdotas Musicales", y en varios reportajes sobre la música celta, sobre el primer Festival Internacional de la Música Celta de Ortigueira celebrado el 30 de julio 1978. que había inaugurado Emilio Cao con su Fonte de Araño( 1977), recientemente re editado en vinilo, que fue el que "iluminó" el desembarco de la música celta en Galicia con un prólogo del "druida" bretón Alan Stivell. 
También habían participado en el primer festival  Antón Seoane y Rodrigo RomanÍ, con el disco "Milladoiro". Ambos del sello gallego Abrente que servidor había puesto en marcha.
La anécdota en cuestión,  a la que di el titular de " El Eructo Étnico"  fue la siguiente:
" Dos grupos y artistas de la productora gallega Abrente, que había inoculado el "virus"  celta en la música gallega eran los encargados de inaugurar el Festival de Ortigueira, Emilio Cao y Antónn Seoane y Rodrigo Romaní.
 Allá fui encontrándome con un ambiente trashumante que "alteraba" la tranquila convivencia de esta hermosa villa de aproximadamente 10.000 habitantes que  acogía otros tantos visitantes que, con colgantes y distintivos celtas y mochilas a la espalda abarrotaban campos,playas,pinares, calles y bares de Ortigueira.
Paseando por un pinar  próximo a la playa, observe una aglomeración de gente en torno a un árbol...Pensé, para mí, con guasa,  que tal vez, "era una cola para cambiar el agua al canario". Al aproximarme a aquella reunión de gente, escuché  intermitentes y sonoras carcajadas que aceleraron el paso para conocer el origen de aquel cachondeo.¡Menuda Coña!.
 Con cara de "pasmao" me uní al foro para presenciar y participar de la fiesta que tenía como protagonista un hombre de edad media vestido con indumentaria "indefinible", larga melena y poblada barba, con pequeñas y redondas gafas oscuras ,sentado con las piernas cruzadas, al estilio indio, que tenía colgando un cartel en el que se podía leer : "SE DAN GRITOS CELTAS POR CINCO DUROS".
¡Menudo jeta!, pensé con la sonrisa pertinente, ante la ocurrenci  del avispado personaje y quise entrar en el juego depositando los cinco duros correspondientes en un sombrero de ala ancha que estaba repleto de monedas.

Una vez que pasé por  el "sombrero", este "juglar del grito" se levantó impertérrito  y con toda la seriedad del mundo ,lanzó al aire un gutural ¡Uuuggghhh", para volver a sentarse nuevamente mientras los curiosos nos tronchábamos de risa , al tiempo que, el "personaje", ni movía un músculo de la cara, manteniéndose impávido hasta que de nuevo una moneda caía en el sombrero y lo ponía en movimiento para lanzar a los cuatro vientos su "eructo étnico".


Dicho esto, comparto, por haberlas vivido, las múltiples reflexiones que Carlos Nuñez desarrolla en su interesante libro "La hermandad de los celtas".
Comparto con él la "sensación" de que la gente tenía una visión de la música celta muy superficial y de los celtas más aún.


Cuando puse en el escaparate promocional el disco "Fonte do Araño" (1977) refugiándome en el prólogo de Alan Stivel, recurrí al "Leabar Gabala", el "Libro de las Invasiones de Irlanda", traducido por Manuel Murguía, que entre los límites de lo real y lo legendario, narra la "visión" que Ith, uno de los diez hijos de Breogan, tuvo  desde la "Torre Brigantia" -- Torre de Hércules -- de unas tierras más allá del horizonte hacia donde zarpo llegando a las tierras "visionadas", a las que lla "Eirin", Irlanda.
El "argumento promocional" permitió la comparación de "semejanzas" de la música gallega con la de Irlanda, Escocia o Bretaña, países pertenecientes a la plataforma celta, donde la música celta se había preservado como signo distintivo de una cultura.
Como esperaba, la comparativa  empezó a llamar poderosamente la atención, provocando artículos y comentarios diversos, a favor y en contra del celtismo en  la música gallega, que empieza a ser escudriñado por parte del sector más purista de la cultura gallega, levantando incluso un duro debate que se extendió a áreas más complejas que las puramente musicales.

Cuenta Carlos Núnez en su libro que cuando tenía 23 años Manuel Fraga le dijo: "Núñez no está demostrado científicamente la existencia de los celtas». Yo le respondí: «Tampoco está demostrado científicamente que quien está enterrado en la Catedral de Santiago sea el apóstol".
A pesar de las dudas, de las demostraciones científicas sobre la existencia de los celtas, el caso es que el fenómeno de la música celta gallega logró un protagonismo en la  aldea global de la música folk. En sus inicios, tras la llegada del disco "Fonte do Araño" de Emilio Cao, fueron numerosos los grupos que acudieron a esas "raíces". Escribía en la Voz de Galicia Anxeles Penas:
 Cecais nin o propio Nonito Pereira, productor de esta música ao traverso de Abrente, unha iniciativa importante para nosa terra, poido sospeitar o verdadeiro alcance do que promovía..."
Pues sí, porque negarlo Pero la realidad al día de hoy es que el "celtismo musical gallego", sigue su camino con numerosos festivales, con artistas como Carlos Núñez  y grupos como Luar na Lubre, que siguen caminando por él mundo adelante, con éxito, por esta autovía  musical.
En la entrevista realizada por Montse García para La Voz de Galicia sobre este libro, de lectura recomendable, ante la pregunta de si la música celta corre peligro, Carlos responde al respecto : 
¡ Ojo, ya hay un par de generaciones que han desconectado de lo nuestro y en Galicia, también. Piensan que para lo que todo es gallego ya se encarga la Xunta. Ha habido una modernidad mal entendida, que fue abandonar lo nuestro... y América, América, América. Sentiré pena de que Galicia deje caer una marca nuestra y vendedora como es lo celta. El Camino de Santiago está bien amortizado, pero la música celta no. Andalucía vende dólmenes, y Galicia festivales de rock. 
Estamos perdiendo lo que mejor funciona para exportar lo nuestro y, si Galicia no espabila, otras zonas de España pueden tomar la bandera. Y añade..."¿Por qué vamos a dejar caer una marca de prestigio que es nuestra? Sería como si Andalucía dejase caer la marca flamenco. 
Las investigaciones y el trabajo interdisciplinar que hemos hecho con arqueólogos, lingüistas, musicólogos me han enseñado que hay mucho más detrás y que esto que llamamos música celta es un fenómeno de larga duración, que lleva miles de años actualizándose y reinventándose. 
Estamos hablando de unas músicas que tienen una profundidad, ¿qué género de música hoy se puede permitir hablar de miles de años de viaje en el tiempo?.
Entonces, tenemos una herramienta para dar a conocer nuestro país de cara al mundo maravillosa.

Personalmente, le doy toda la razón.

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