"Algo se muere en
el alma cuando un amigo se va...", dice la canción y dice verdad. Siguiendo
el cancionero enlazamos con aquella otra que dice, "unos que vienen y otros que se van...la
vida sigue igual". Si, seguir, sigue, porque la vida musical se prolonga
con constantes flujos de llegadas y partidas, o viceversa, que prolongan su existencia hasta la inmortalidad, a
pesar de que las despedidas de alguien querido siempre dejan huella anímica. .
La noticia de que el grupo Berrogúetto, buque insignia del folk gallego, dice
adiós, después de 18 años de singladura musical, impacta en el primer momento, aunque
personalmente no me sorprende por entrar dentro de lo "previsible" toda vez que uno siempre lo "vio" un "supergrupo" y, como tal, hasta
considero su vida artística de 18 años como "longeva". Nació de la
excisión de Matto Congrio --mítico grupo gallego de principios de los 90 --cuando
tres de los seis músicos que lo formaban fundaron Berrogüetto en 1995:;
Anxo Lois Pintos, Isaac Palacín y Santiago Cribeiro, junto a Paco Juncal y Quico Comesaña .Músicos que
gozaban a nivel individual de "fama" y respeto
en los ambientes folkies.
En más de una ocasión comente que Berroguetto
era más que un colectivo , un grupo formado por grandes individualidades. Una
"arquitectura", la de "supergrupo", que tiende a tener una corta vida y donde sus
componentes suelen iniciar por su cuenta proyectos paralelos --como en su caso
--. Entraron impactando, poniendo en escena su primer trabajo discográfico "Navicularia
· por el que recibieron en 1997 su primer premio -El Disco Ideal Gallego --como
grupo revelación, por la frescura de su innovador
estilo y las interesantes armonizaciones
modales y contrapuntos sobre la melodías tradicionales.
Fueron asfaltando su
camino con conciertos y cuatro discos más , con puntuales incorporaciones al
grupo, y con su presencia en los más importantes festivales de música folk
alcanzando su prestigio alturas internacionales acreditadas por premios y
reconocimientos múltiples. Aún cayendo en el tópico, en su despedida con gira
incluida, nos consuela el que Berroguetto deja tras sí una obra que ya está
inscrita en la historia de la música gallega. Adiós amigos, ya nos veremos en otras
"batallas" musicales. Suerte.
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