(Dedicado a Manel Mantiñan, en agradecimiento por su labor a
favor de la divulgación del jazz en A Coruña)
Ahora que el
jazz es una música políticamente correcta y que gracias
a conciertos de "all stars" y los ciclos ( Fundación Caixa Galicia, Fundación Barrié, actualmente
JazzAtlántica ) tiene una presencia relevante en la programación cultural de A
Coruña donde actúan músicos sobresalientes y figuras de talla internacional, es
el momento de recuperar, aunque solo sea a través de memoria musical histórica,
aquellos tiempos en los que la ciudad contaba con un festival –Festival de Jazz
Cidade de A Coruña– que dio sus primeros pasos en 1982 y pasó a peor vida cuatro años más tarde por culpa de un desencuentro
entre el Ayuntamiento coruñés y la Consellería de Cultura de la Xunta, una vez
que el Ministerio de Cultura retirara su mecenazgo. Eran otros tiempos.
A los políticos les "mola" el jazz
Hoy el jazz
está de moda y uno se tropieza constantemente con ciclos y festivales de jazz,
por España adelante cuando en los años 50, 60 y 70 estaba considerado como una música de locos y quiénes nos
refugiábamos en las catacumbas de los pequeños clubs para escuchar,
aunque solo fuera en disco, una música rara. Si, éramos unos locos, unos locos por la música que ahora nos sentimos raros en medio de
tanto cuerdo
que asiste a los multitudinarios conciertos de jazz en salas
de concierto libres de humo y sin una cerveza a mano.
Esta realidad
es señal inequívoca de que el jazz ha pasado de ser una música minoritaria para
alcanzar una popularidad mayoritariamente minoritaria que lo saco de los
pequeños clubs para alzarlo a grandes escenarios. Esta situación tiene mucho
ver con el buen
rollo de la clase política española que ha olvidado el ¡vade retro
jazz! que en alguna ocasión tuve que oír cuando se solicitaba subvención para
organizar un festival, lo que que no es tarea fácil y para lo que resulta
fundamental contar con dinero público o privado que subvencione los riesgos de
contratación e infraestructuras.
Los políticos,
cuando subvencionan, quieren resultados palpables, que son única y
exclusivamente, éxitos de público; un concierto excelente que no presente un
lleno deja de interesar. De este modo se
mide la calidad por la cantidad y por la proyección pública que tiene lo que se
organiza. Ahora parece que cualquier político que organice algo de jazz está
haciendo algo importante. Lo que se persigue no es solamente el bien cultural,
sino que se busca que tenga un reflejo importante en los medios de comunicación
y que se llene la sala.
Un fenómeno "raro, raro..."
El jazz ha
pasado de ser algo casi marginal a tener una presencia estelar en las
programaciones culturales. Está claro que tanto concierto de jazz es, o debería
ser, un estímulo para los aficionados de siempre (cuando el jazz no estaba de
moda) y para fomentar nuevas aficiones. Y lo es, pero, no tanto como pueden dar
a suponer los llenos de los conciertos, algunos de ellos gratuitos, de las
grandes estrellas. Sin embargo las colas y los abarrotes de esos conciertos y
festivales no se reflejan en el día a día del jazz. Los espacios en radio y
televisión no han aumentado, sino todo lo contrario.
La compra de
discos tampoco ha aumentado de un modo considerable. Si vamos a las tiendas los
discos de jazz hay que buscarlos con atención para encontrarlos. Quizá sí a
través de Internet, pero también es cierto que han desaparecido muchas tiendas
y los discos son importados, es decir, las multinacionales no los hacen aquí.
Todo esto no indica que los aficionados compren más discos o consuman más. Es
un fenómeno raro de una música
que está de moda pero que no ha aumentado en su consumo con respecto al pasado.
¿Qué pasa?
La curiosidad atrapó al gato
Mi opinión
personal es que, a pesar de tantos conciertos de jazz, mucha gente se mueve
exclusivamente por los grandes nombres y no tanto por el interés cultural. El
jazz es hoy algo que viste, que tiene una cierta aura de esnobismo, lo
cual en si mismo no es bueno, ni malo, ni todo lo contrario.
Chequeando el pasado
remoto el origen de mi atracción hacia el
jazz, a comienzos de los años 60, fue un impulso de curiosidad hacia una
música que se veía como algo prohibido, algo semejante estéticamente a la
clásica, pero con mayor vitalidad por su constante cambio, por sentirla como un
arte y no meramente como la música comercial o de consumo con la que convivía,
y disfrutaba, cotidianamente. La curiosidad atrapó al gato –o sea, yo– y me
enseñó a distinguir lo meramente comercial o de consumo, de lo estético e imperecedero.
Empecé a ver la música como cultura y no solamente como negocio o algo
meramente de distracción o entretenimiento, pese a la fuerza cada vez más en
vigor de las confusiones
imperantes de la sociedad, de medir la calidad por la
cantidad, confundir el contenido con el envoltorio, y mantener a ser posible la
búsqueda de la curiosidad y el asombro por lo desconocido.
Aquella
curiosidad dio paso a la osadía y durante un tiempo emprendí la cruzada de compartir
mi afición a través de audiciones, charlas, prensa y radio, difundiendo y
divulgando con los medios a mi alcance esta música poco a poco, desde sus
orígenes y escalando cronológicamente por sus diferentes estilos hasta llegar a
lo más vanguardista, como el free jazz o el hard bop.
Tanto es así
que mis primeros pinitos radiofónicos fueron, en 1968, con un programa de jazz
que se emitía con nocturnidad y mucha afición, que no alevosía, en Radio
Juventud de A Coruña, a
las 11 de la noche, copresentado con José María Comesaña y grabado en
mi casa con un magnetófono Philips. De aquellos tiempos, guardo con cariño una
carta que recibí recientemente y que compensa anímicamente la soledad de un
corredor de fondo en la divulgación del jazz:
Regreso al pasado
Cierto que lo
mejor está por llegar y que cualquier tiempo pasado no fue
necesariamente mejor, aunque… se eche en falta. Cierto, aunque esa certeza no
impida que quiénes tengamos una larga trayectoria como aficionados a la música,
echemos de menos períodos de un pasado
que se fue para no volver. Que le voy hacer: soy un nostálgico, aunque no
obsesivo.
Si el agua pasada no
mueve molino en su día lo hizo. De ahí que uno tenga sus añoranzas que, como
aficionado al jazz, centro ahora en el Festival de Jazz Cidade de A Coruña,
gracias al cual, y por primera vez, escuche en directo a los all stars que pueblan
el firmamento del jazz. Aquellos que yo había idealizado en mis escuchas
discográficas y que nunca pensé llegar a verlos en directo.
Recuerdo como
me temblaban las piernas de emoción en el backstage del Teatro Colón al escuchar a Wynton y
Bradford Marsalis el primer día del festival y como le agradecí a Manel
Mantiñan, con un abrazo, aquel momento mágico que estaba
viviendo. Era como un niño el día de Reyes. Aquellos intensos momentos emotivos
me llevan ahora a dejar constancia histórica de los cuatro Festivales de Jazz
celebrados en A Coruña que sin duda, han marcado el antes y el después de la
afición jazzística en esta ciudad.
Hubo que tocar
muchas teclas hasta que sonó el piano. Con Paco Vázquez a la cabeza, el
Ayuntamiento coruñés mantenía unas buenas y fluidas relaciones con el Gobierno
central. Gracias a esa bonanza se construyeron los caminos para que algunas
estrellas del Festival de Jazz de Madrid, que inicio su andadura en 1982,
organizado por el Ministerio de Cultura, pudieran llegar previamente a A Coruña
para celebrar el nacimiento de un Festival propio. Y así, empezaron a llegar a
A Coruña, días antes de sus conciertos en Madrid, algunas de las grandes
figuras del jazz mundial.
"La ciudad de A Coruña organiza este primer festival de
Jazz como una manifestación expresa de su firme voluntad de convertir la
cultura en un vehiculo de conocimiento y formación para todos los ciudadanos.
El jazz, expresión musical de nuestra civilización, constituye la gran
aportación musical del siglo XX a la
historia de la música.
Confío que estos días sirvan para que gocen, tanto aquellos
que por primera vez se acercan al jazz, como
para los que desde su afición y conocimiento, de la calidad del programa
elaborado. Francisco Vázquez
Vázquez, Alcalde de La Coruña". Así presentaba el alcalde, en octubre de
1983, la primera edición del Festival que nacía apadrinado por un jovencísimo
Wynton Marsalis, que a sus 22 años era
ya una de las grandes promesas del jazz mundial.
Una ciudad volcada con el jazz
Con los abonos para los tres días de concierto
agotados, y el Teatro Colón lleno, se inauguró el viernes, 21 de octubre, el
certamen con el grupo coruñés Clunia Jazz, formado por Nani García, al piano;
Antonio Cal, al saxo; Baldo Martínez en el contrabajo y Fernando Llorca a la batería.
Tras Clunia llegó la actuación estelar del Wynton Marsalis Quintet, con
Bradford Marsalis al saxo; Kenny Kirkland, al piano; Ray Drummond, al bajo; y
Jeff Watts, a la batería.
Abrió la
segunda jornada el grupo coruñés Filloa Express, que dio paso a la estrella de
la noche: Tete Montoliú Quartet. El cierre de está primera edición del Festival
de Jazz Cidade de A Coruña corrió a cargo de Jorge Pardo y Carles Benavent
Quartet y la All Stars Jazz Band con Joe
Farrel, saxo tenor y soprano; Joe Henderson –sustituyendo al anunciado Randy Brecker–,
saxo; Georges Cables, piano; Herbie Lewis, contrabajo; y Louis Hayes, a la
batería.
Con el cartel
de no hay entradas se celebró la segunda edición del festival
que aún hoy se recuerda por la categoría de los músicos que en él participaron.
De nuevo el alcalde, Francisco Vázquez, en el saluda del programa, manifiesta
su interés por institucionalizar el
festival:
"En nuestro ánimo está, el que este Festival consiga superar, si cabe, el anterior. El jazz ha entrado en una fase de superación de la barrera elitista, y está sumando cada vez más seguidores que sin duda se verán aumentados, debido entre otras causas al apoyo que las instituciones le están prestando a esta manifestación cultural".
"En nuestro ánimo está, el que este Festival consiga superar, si cabe, el anterior. El jazz ha entrado en una fase de superación de la barrera elitista, y está sumando cada vez más seguidores que sin duda se verán aumentados, debido entre otras causas al apoyo que las instituciones le están prestando a esta manifestación cultural".
Se abrió el
festival el día 27 de octubre de 1984 con la asistencia del por entonces
delegado del Gobierno, Domingo García Sabell –un confeso aficionado al jazz–,
el Stan Getz Quartet, con Stan Getz, al saxo tenor (entró en el escenario casi
arrastras al haber tropezado con un cable de sonido); Jimmy McKeely, piano;
Marck Jonson, bajo y Ralph Penland, batería. Milt Jackson Quartet, con Milt
Jackson al vibrafono; Cedar Walton, piano; Ray Brown, contrabajo y Mickey Roker
a la batería, protagonizó la segunda jornada, mientras que el encargado de
finalizarla fue Paquito D´Rivera Quintet,
con Claudio Roditti en la trompeta; Michel Camilo, al piano; Lincoln
Goine, en el bajo y Portinho, a la percusión.
Afinando agradecimientos
Considerado
como uno de los más importantes tenores del jazz, Stan Getz fue conocido por el
sobrenombre de The Sound (El Sonido) debido a su tono cálido y lírico,
apreciable en temas como su versión de La Chica de Ipanema. El disco Jazz Samba fue su primer
álbum de bossa-nova grabado con el guitarrista Charlie Byrd en 1962. La canción
Jazz
Samba que daba nombre al álbum era una adaptación de la
composición de Antonio Carlos
Jobim, So Danco Samba. En 1963, Getz ganó el Grammy por la mejor interpretación
de jazz por el tema Desafinado, tema que excepcionalmente tuvimos la suerte de escuchar en directo en
la cuarta y última edición del Festival como agradecimiento a una gestión
personal realizada por Manel Mantiñan.
Cuando Stan
Getz llegó a A Coruña el día antes del concierto venía acompañado de su mujer,
que traía un ojo muy hinchado. Al recibirlos, Manel se ofreció de inmediato a llevarlos al Sanatorio Modelo
para que la atendieran. Al día siguiente, Getz, al encontrarse con Mantiñan, se
mostró sumamente agradecido: "Lo que hizo ayer es algo impensable en Nueva
York. Estoy en deuda con usted. Pídame lo que quiera". Y Manel se lo
pidió: "Que toque Desafinado".
Habían pasado
muchos años de la etapa bossa del saxofonista y había desterrado aquel
repertorio que lo había catapultado a la popularidad y su trayectoria artística
discurría por tendencias post bop, haciendo música cada vez más personal.
Sin embargo, en el Teatro Colón, fuera del repertorio y en pago del trato
recibido, sonó Desafinado,
una de las canciones de jazz más conocidas de la historia.
Homenaje a Thelonius "Sphere" Monk
Nuevamente el
alcalde de A Coruña saluda en el programa de la tercera edición del Festival,
aunque en esta ocasión de forma concisa: "Sería difícil encontrar alguna
persona que no haya disfrutado de la música de jazz. Igualmente casi nadie
olvidaría el fenómeno cultural paralelo a esta manifestación cultural. La
ciudad atlántica tiene una trayectoria importante en todas las gacetas
musicales y concretamente el jazz. Con este III Festival seguimos rindiendo
culto y devoción a lo de siempre, a la buena música. A lo blanco y a lo
negro".
Benny Golson,
saxo tenor; Art Famer, trompeta; Curtis Fuller, trombón, Mickey Tucker, piano;
Marvin Smitti Smieth, batería y Tood
Colman, en el bajo, abrirían el día 1 de noviembre de 1985 la tercera edición
del festival. En la segunda jornada actuaría la Orquesta de Jazz Taller Música
de Betanzos, dirigida por Antonio Cal, mientras que George Adams y Don Pullen Quartet, saxo y piano (que
habían formado parte del quinteto regular de Charlie Mingus) serían los
encargados de cerrarla. El domingo día 3 llegaría el plato fuerte con Clunia
Jazz de reconfortante aperitivo.
Con un máximo
de público actuó el grupo Sphere, formado en 1979 en honor del legendario
Thelonius Sphere Monk –fallecido el 17 de febrero– por el pianista Kenny
Barron, el saxo Gary Bartz, Búster Williams al bajo y Ben Riley en la batería.
A la cuarta...se acabó...
El Festival de
Jazz Cidade de A Coruña había demostrado, por la fluencia de público y el
estupendo cartel de grandes figuras de jazz, que funcionaba. Así lo reconoció
en el saluda del programa de su IV edición el Alcalde de A Coruña.
"El
Festival de Jazz Cidade de La Coruña vuelve en su IV edición con la misma
ilusión que en sus inicios. Conscientes de que hemos conseguido que esta Ciudad
sea durante estas fechas referencia necesaria para los amantes de la música y
en especial para los del jazz. Espero, guste y anime a nuestros ciudadanos a
disfrutar, si cabe, cada vez más de la buena música".
Lo cierto es
que hubo problemas para confeccionar el cartel de la cuarta edición del
festival. En las semanas previas al mismo se habían filtrado los nombres de
Miles Davies y BB King, pero el techo del presupuesto manejado por la
organización puso fin a las especulaciones y a una serie de actos
complementarios, como exposiciones fotográficas, mesas redondas, actuaciones en
clubs, etecétera, que se habían barajado para dar una mayor consistencia al
ambiente de certamen.
Finalmente, y
tras la negativa de la Consellería de Cultura de la Xunta a colaborar en la
subvención del mismo –con anterioridad había financiado los Festivales de
Ribadeo y Lugo–, el 5 de noviembre de 1986 se iniciaba esta nueva edición con
el concierto de Clunia Jazz y del Phil Woods Quintet integrado por Phil Woods
al saxo alto; Tom Harrei en la trompeta; Hal Galper al piano; Steve Gilmore en
el bajo y Bill Goodwin a la batería.
En la segunda
jornada actuaría la Antonio Cal Big Jazz Band de Betanzos y John Abercrombie
& Michael Brecker Quartet, guitarra y saxo tenor que venían acompañados por
Marc Jonson en la batería y Meter Eskine en la batería.
La tercera y
última jornada de esta edición, celebrada el día 7 de noviembre de 1986, que
también sería la última del festival, fue doble, en sesiones de tarde y noche.
En la primera y como actividad complementaria se presentó el espectáculo 100 años de Jazz, con textos y
dirección de Roberto Rodríguez con la participación de la Orquesta Los
Satélites y un servidor haciendo las veces de narrador. Durante dos horas se
sucedieron en el escenario fragmentos de famosos temas de jazz de diferentes
estilos, interpretados por distintas combinaciones – big band, septeto
Dixieland, cuarteto Cool, combo jazz-rock y otras,
según la época evocada–. El concierto de la noche lo abrió Tandem de Ferrol y
lo cerró The Young Tuxedo Brass Band, la más vieja banda en activo de Nueva
Orleáns cuyo repertorio contenía temas diversos, baladas callejeras y marchas fúnebres, como
presintiendo el entierro del festival de jazz.
Recordando a Purriños
(Antonio Cal con Baldo Martínez- foto Xoan Piñón)
A Antonio Cal
sus amigos lo conocían como Purriños. Un día Kin García me contó una anécdota
de Antonio Cal cuando estaban tocando free: "Si, si, moito tocar free,
pero, non sabemos tocar blues…"
Así era
Antonio Cal, un auténtico bopper al saxo, pionero por excelencia del jazz en
Galicia. Marchó de su Betanzos natal, cuando la música de jazz era la gran
desconocida para los aficionados gallegos, él buscaba nuevos lugares y
oportunidades en las que desarrollar sus inquietudes. Este período le llevó a
países tan diferentes como Inglaterra y Brasil. De vuelta a España, en los años
70, se introdujo en los circuitos del rock progresivo participando en
grabaciones míticas como Los Andares del Alquimista –considerado el
primer disco de rock progresivo grabado en España – o en el espectáculo de
éxito popular como fue la ópera rock Jesucristo Superstar. A finales de
la década crea el grupo de jazz Ónice y funda un club de jazz en Málaga que se
convirtió en el centro neurálgico de actividad jazzística de la península. A
principios de los 80 regresa a Galicia,
donde se incorpora al recién creado Clunia Jazz, participando en sus primeras
grabaciones, fundando la Escuela Municipal de Betanzos y su Big Band.
ALGUNOS GRANDES DEL JAZZ EN A CORUÑA
Abbey Lincoln
Anthony Braxton
Bennie Wallace
Charlie Haden
Chavolo Schmitt
Chick Corea
Cyrus Chestnut
Dave Holland
David Murray
Dee Dee Bridgewater
Diana Krall
Gary Burton
George Benson
Gonzalo
Rubalcaba
Herbie Hancock
Jim Hall
Joe Henderson
Joe Lovano
John Zorn
Kenny Barron
John Mc
Laughlin
Laika Fathien
Lee Konitz
Lillian Bouté
Louis Hayes
Mal Waldron
Mc Coy Tyner
Mc Milt Jackson
Michel Camino
Monty Alexander
Malt Waldron
Mc Coy Tyner
Michel Camilo
Milt Jackson
Monty
Alexander
Nicholas Payton
Ornette Coleman
Paquito D´Rivera
Paul Bley
Pharaoah Sanders
Phil Woods
Ray Brown
Richard Galliano
Shiley Scott
Stan Getz
Sonny Stitt
Steve Lacy
Toots Thielemans
Trilok Gurtu
Wallace Roney
Wynton Marsalis
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