MANUEL ARIAS FERREIRO
El cubata fue una creación americana que sin duda puso una nube tremenda a la coctelería.
Por Nonito Pereira
Frente a la masificación, la especialización. Cada vez son más los empresarios y
profesionales del sector de hostelería que apuestan por la calidad y el buen
servicio para responder a las exigencias del mercado turístico, e
interior, de A Coruña y su entorno.
Manuel Arias Ferreiro, un gentleman de
hostelería, aunque todo el mundo lo conozca por El Pirata, apuesta desde hace
años por esta filosofía empresarial que pone en practica a diario en la zona
turística de Santa Cristina donde regenta desde hace 23 años un local que goza
de un gran prestigio entre sus clientes y donde el ritual casi mágico de la
elaboración de cocktails, así como el ambiente logrado por una excelente
selección musical de jazz, lo han convertido en lugar de encuentro de un
público adulto que allí acude para conversar.
Manuel Arias, que muestra la humildad de las personas
forjadas en el esfuerzo propio, nació el 31 de diciembre de 1954 en Baamonde,
Lugo. Con 12 años ya estaba trabajando en hostelería. Empieza su peregrinaje
profesional por establecimientos de Lugo hasta que le ofrecen un contrato para
trabajar en el coruñés Hotel Embajador a punto de cerrar. Trabaja dos años
en Casa Sara de Sta. Cristina y se
traslada posteriormente a Madrid en donde conoce y se enamora de la coctelería.
Todo un flechazo. De vuelta a Coruña entra a trabajar en la Cafeteria Linares Rivas para cruzar de nuevo el puente
del Pasaje y trabajar, primero, en la cafetería Nomar y posteriormente en Bora Bora, la que sería la primera coctelería
exótica del entorno hostelero coruñes.
De servir al cliente pasa a servir a la
Patria haciendo la mili en Madrid, donde profundiza en su romance con el
cocktail y con él emprende el camino de regreso a Bora Bora. En 1978 se le
presenta la posibilidad de montar un negocio en sociedad y El Pirata empieza su
abordaje: “ El local nació con la intención de ser un bar típico en una zona
muy turística donde se pretendía que la gente viniese a tomar jarras de sangría
, pinchos “piratas” – que era una carne a la plancha muy picante --. ¿ Que
pasó?. Pues que Coruña y Sta. Cristina son ciudades turísticos de dos meses y
el resto del año los clientes estables no estaban por la labor de tomarse las jarras de “sangría cabezona”, ni la carne
picante. Con lo cuál no quedó otra que reconvertir el negocio. Algo que fuimos
haciendo de forma paulatina desarrollando ideas hasta que, después de quedarme
con el negocio, le di definitivamente el ambiente que quería.
“Si no vales para otra cosa... trabaja en hostelería”
Esa es una frase que se escuchó más que se escucha porque
en un momento dado para trabajar en esta profesión no se requería una
preparación adecuada y era el último recurso
para encontrar un trabajo sin tener aptitudes para desarrollarlo.
Personalmente creo que hostelería es una profesión vocacional y como tal
profesión uno tiene que estar enamorada de ella porqué sino lo estará pasando
muy mal y consecuente el servicio prestado al cliente no es todo lo bueno que
debiera de ser.
Actualmente se esta reivindicando la profesión y las Escuelas
de Hostelería están haciendo un gran trabajo al respecto. Pronto se notará el
trabajo desarrollado en estas Escuelas, cuando los alumnos empiecen a
desarrollar en la práctica las amplias enseñanzas recibidas. ¿ El Pirata una
Escuela?. En 23 años que llevamos, creo que sí. La gente que se formó en El
Pirata siempre ha sido buscada por los empresarios de hostelería aunque un buen
porcentaje de ellos, al salir de aquí, lo hicieron para convertirse en
empresarios. Los que no, trabajan en negocios muy buenos, lo que para mí es un
orgullo.
¿Cuál es la diferencia entre poner y servir una copa?
Es el día y la noche. Servir una copa requiere estar en
armonía con el cliente. Existe una sicología,
un momento de relación con el cliente que requiere atención. Poner una
copa, es diferente, un trabajo mecánico donde por sistema pones la consumición
y no existe ningún trato con el cliente.
¿ El cliente siempre tiene la razón?
¡ Menos cuando no la tiene! (risas). La verdad es que
esa es una frase tópica que en estos
momentos apenas tiene sentido. Es más, casi estoy por decir que muchas veces el
cliente lo que quiere es que le lleves la contraria en una conversación sobre
fútbol, toros o política. Si, si,...
como lo oye. El cliente suele buscar una conversación y no que se le diga
“amén” a todo
.
Que rango, barman o camarero, se valora más en hostelería.
La profesión se ha liberalizado con la llegada de los
nuevos hábitos de diversión de la juventud que se ha convertido en una rentable
unidad de consumo. Hoy poner copas esta
al alcance de cualquiera.
Trago largo o trago corto. Cantidad o calidad.
Hay diversidad de opiniones. Las mujeres, que son unas
enamoradas de las combinaciones, la mayoría sin alcohol, prefieren los tragos
largos. Luego hay otra parte, incluidas mujeres y hombres, que prefieren el
trago corto, poco dulce y cuanto más seco mejor. La tendencia es a la bebida
cada vez más seca y con más sabor.
Efectivamente es un arte porque siempre estás creando y a
través del cual entablas una comunicación con el cliente que necesita, que está
demandando algo diferente, cansado de lo vulgar, de lo habitual. ¿Momento
mágico?. Algo de magia tiene cuando uno esta creando algo nuevo, lleno de sabor
y color, y el cliente sabe que es para él en exclusiva. Es todo un mundo.
El cubata fue el principio del fin de la coctelería
El cubata fue una creación americana que sin duda puso una
nube tremenda a la coctelería. Pero afortunadamente el panorama vuelve a
aclararse y hoy el cocktail está renaciendo con una fuerza tremenda en las
grandes capitales y en las zonas de turismo selectas.
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