MÚSICA CALLEJERA: LOS MÚSICOS PONEN LA BANDA SONORA Y LOS AYUNTAMIENTOS PONEN EL "RITMO"
Parece que el Ayuntamiento de
A Coruña quiere “legalizar”, como otros, la situación de los músicos callejeros, exigiéndoles
un permiso para tocar en la calle. Ahora solo falta saber si ese permiso se dará
vía exámenes previos—pasar un “casting” -- como se están llevando a cabo en otras
capitales españolas o a través de otros mecanismos normativos.
La nueva
ordenanza de ruidos para evitar molestias a vecinos y viandantes, incluye en su
borrador al “arte musical callejero”
marcándole límites legales. Tema polémico toda vez que al respecto no existe
unanimidad de criterios y cada “maestrillo” –ayuntamiento—aplica su “librillo”
de conducta desde cobrar por ocupar la vía pública, pedir permiso, examinarse, cambiar de sitio cada cierto
tiempo, demostrar previamente que los músicos o grupos callejeros tienen un
repertorio de por lo menos diez canciones o mantener una distancia entre ellos.
En la “orilla”, la de permisividad, están
los ayuntamientos que dan la “bienvenida” a los músicos callejeros que
ambientan las calles. Para que negarlo, a mi me gustan los músicos “callejeros”,
me caen bien y en ocasiones me llegar a llamar poderosamente la atención por su
capacidad artística y los escucho con agrado--algo que no siempre hago en conciertos de "pofesionales"(sin r). No se debe olvidar que muchos intérpretes que
llegaron al estrellato tuvieron la calle como primer escenario.
No obstante el
perfil del músico callejero es variopinto. Muchos músicos practican la música callejera
como un hobby o para alcanzar una mayor perfección en su arte cara al público,
sin olvidar la intención de conseguir un poco de dinero extra, pagar los
estudios, financiar algún viaje.o en los casos extremos para poder vivir Algunos mendigos aprenden a
tocar algún instrumento de forma básica para así poder aumentar sus ganancias.
También nos encontramos con profesionales que cantan y tocan en la calle no por
necesidad o por dinero, sino por el simple hecho de tocar, cumplir sus sueños y
poder dedicar sus canciones y melodías al público.
Lo que si es cierto es que
los músicos callejero ponen “la banda sonora” en las calles
y los ayuntamientos marcan el “ritmo”,
que espero no sea muy “agarrao” .
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