MARIA
DO CEO : LA
"SABROSURA" DE UNA VOZ, COLOREADA CON SENTIMIENTO
La
cantante portuguesa, afincada en Ourense desde la niñez, acaba de editar un
nuevo disco, "Soños Cumpridos", que hace el número once de una
discografía que se inició en el 2000 con unas
"Cartas de Amor" que enamoraron a una audiencia que sucumbió
ante los encantos de María do Ceo, capaces de seducir con sencilla naturalidad
con su voz, expresada con exquisita sensibilidad.
Han
pasado los años y con inagotable capacidad emotiva María do Ceo fue añadiendo a
su carrera, poblaba de recitales, un conjunto de obras en las que brilla su
riquísima veta melódica de clara inspiración fadista, de las que extrajo siempre
con maestría y elegancia, emociones instintivas que bailan con dulzura en la
sabrosura de su voz, ensamblando
canciones que realizan una travesía por el mundo de los sentimientos llegando a
los oídos y poblando el corazón.
Cuando canta fados, canta a la vida, a la
nostalgia, la melancolía, el dolor o el anhelo con una voz aterciopelada, llena
de matices, de colores, capaz de envolver la vida en música y
letras, consiguiendo embriagar.
Cuando
canta María do Ceo , el mundo parece detenerse en ese instante. Y eso es lo que
hice durante la audición de su nuevo trabajo,"Soños Cumpridos"
presentado en un disco-libro muy cuidado, para poder apreciar una a una las
catorce canciones, que son como tarjetas postales de variada procedencia
literaria con mayoría de Armando Gónzalez
López, con aportación de dos poemas de Eduardo Blanco Amor, que se visualizan
interiormente en las dimensiones del romanticismo, la belleza y las vivencias,
donde el agradecimiento, encuentra autenticidad.
AsÍ es María do Ceo, a la que
presenta en el prólogo de este disco Antón Reixa con palabras sentidas. En
"Soños Cumpridos" que en su primer tema "canta a la vida"
en "Años después", María se desnuda de corsés interpretativos y deja
que su voz sea la portavoz de su alma. Sin
prisas visita los encantos de la "Ribeira Sacra" , canta a su Ourense
querido, recuerda a Riós, ensalza el "Caldo de Mourente", habla con su hermana que se fue de este mundo, y se baila un agarrao con el
bolero para acabar con un himno, el de Couo-Mixto, esa tierra fraterna de
"ninguno y de todos" que depende de Galicia y Portugal, donde habita
ese mestizaje del que María do Ceo siempre ha dejado constancia en su quehacer
artístico.
Grabado en el estudio "Edisco" de la Estrada, la acompañan
Hector Martínez,piano y percusión; Alejandro V.Laméla, trompeta, Rodrigo
Rodríguez,tuba;Miguel Gomçalves, guitarra;Ric Morente, violín;Alberto Loureiro,
saxo y "Tocho" -- de los Tamara de siempre -- al clarinete.
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