Verano de 1986.Cartel de no hay
entradas en el Pabellón de Deportes de A
Coruña en donde 11.000 personas vibraban con las canciones de Víctor Manuel y
Ana Belén que entusiasmaban al público con él ¡ Miralá, miralá, miralá... La
puerta de Alcalá ".
En un momento dado del concierto
Víctor y Ana se explayan diciendo que tienen muy buenos recuerdos de La Coruña,
"porqué en esta ciudad nos conocimos en 1971 gracias al
"pingüino" de Nonito". La gente que se troncha de risa en la
creencia de que la pareja me había llamado "pingüino" mientras yo,
ajeno al jolgorio provocado, estaba "reunido" en el ambigú del
Pabellón de Deportes con el manager de Victor y Ana y el concejal de Fiestas
Sánchez Penas, tratando de solucionar la demora sufrida en el pago del caché de
los artistas a causa de los mecanismos burocráticas del Ayuntamiento.
Foto del pinguino de "Nonito" jugando con mi hijo
Solucionado el asunto, nos
incorporamos al concierto haciendo el
"paseillo" desde el fondo del recinto, donde estaba instalado el
ambigú, hasta el escenario. Según vamos caminando por un lateral de la zona de
sillas, noto que durante el trayecto la gente mira hacia nosotros sonriéndose.
"Algo no va bien", pienso, e instintivamente, con disimulo en el
gesto, me llevo la mano a la entrepierna para comprobar que todo estaba en su
sitio y la "jaula" cerrada. Seguimos camino y la gente nos acompaña
con las miradas. No era normal -- "
ní que tuviera monos en la cara" murmuraba para mis adentros" --
puesto que, en otros conciertos, había hecho el mismo recorrido y mi presencia
no había levantado tanto interés. Una vez que entramos en el
"backstage", nos colocamos cerca de las vallas de seguridad donde
estuvimos hasta el final del concierto.
Al encenderse las luces, se acerca
hacia mi un matrimonio de amigos para,
-- eso pensé -- pedir un autógrafo de Víctor y Ana. ¡ Pues no!. Cuando llegan a
mi lado, me saludan diciendo entre risas...¡ Así que eres un "pingüino! .
Yo también me río, pero, no tengo ni idea de cuál es el motivo que provoca la
risa ... ¿No escuchaste el piropo que te echó Víctor Manuel?...¿ De que
"piropo" me hablas?, respondí totalmente despistado..." Víctor
Manuel dijo que eras un "pingüino" y que gracias a ti, había conocido
en La Coruña a Ana Belén".
Por fin salía de dudas y
encontraba la explicación de las miradas y las sonrisas de cachondeo de la
gente que "veían" en mi a un "pingüino". Victor Manuel
había hecho referencia a Pipo, el
pingüino que había en la Tasca Jundiña, en Los Arcados del Playa Club, y la
gente, que no conocía la trama de la historia, pensó que el "pingüino"
era yo. No tenía "monos en la cara", pero, no andaba desencaminado...
Al llegar al camerino, y tras
dar la enhorabuena por el éxito alcanzado, me dirijo a Víctor Manuel y le
digo... "Por cierto, creo que me llamasteis "pingüino"... Él y
Ana se miran y estallan en una carcajada..." No, hombre no, a ti no te llamamos
"pingüino". Lo que dijimos es que nos habíamos conocido una noche en
tu club gracias al "pingüino" que tenías!... Las carcajadas se
repiten al darse cuenta de que, tal y como lo dijeron, sonó como un apodo que
me daban.
"EL GUSTO ES NUESTRO"
En el libro "Diario de
ruta" que recoge situaciones de la gira "El gusto es nuestro"
(1995) compartida con Anal Belén, Joan Manuel Serrat, Miguel Ríos, Víctor
Manuel escribe: " Siempre que caemos por La Coruña aparece Nonito Pereira,
de la radio de toda la vida, de veinticinco años de radio. Siempre tan cariñoso
dice que esta vez ha estado más emocionado que nunca, con la piel de gallina.
El día que nos conocimos Ana y yo, en 1971, estuvimos esa noche en un pub que
Nonito regentaba en la playa de Riazor, puerta con puerta con la arena del mar.
Yo iba con mis músicos y Ana con sus
compañeros de "Sabor a miel", después de actuar en el Teatro Rosalía
Castro. Había un pingüino de verdad en el ventanal que daba al mar. En aquella
ocasión compartí escenario con Julio Iglesias por diferentes ciudades gallegas
y en aquellos días, hablé mucho con Julio, hablé por todo lo que después no he
hablado, y me confesó: " Víctor, yo cuando tenga cincuenta millones me
retiro"....¿Por qué cincuenta Julio?..." Cincuenta y ni uno más".
ANA BELEN EN ESCENA
Yo ya conocía a Víctor Manuel por haberlo
entrevistado con anterioridad en Madrid en 1970. Cuando me llamaron desde la compañía discográfica Philips para
concertar una entrevista con él, previa a su actuación en el Pabellón de los
Deportes de A Coruña, el 12 de agosto de
1971 -- en la que Julio Iglesias estaba anunciado como "telonero" en
funciones de tarde y noche --, quede citado con el cantautor asturiano para el
día 9 en el Hotel Atlántico. Al día siguiente se iba a Vigo para continuar la
promoción y estaría de regreso el 11 por la noche, para probar el sonido del concierto en el Pabellón de Deportes. Ese
mismo día, después de comer juntos en el Rápido, y ofrecerme que fuera yo quién presentara el
doble concierto, regresamos al hotel para desde allí irnos al Pabellón.
Mientras esperábamos en la cafetería del hotel que llegaran sus músicos, aparece por la puerta Ana Belén con algunos de los actores y actrices de la obra "Sabor a Miel" que se representaba esa misma noche en el Teatro Rosalía de Castro. No me acuerdo si fui yo, o fue él, quién alabó el empaque físico de Ana con algún requiebro, pero el caso es que, al pasar por nuestra mesa, ambos se reconocieron y saludaron. Nos levantamos y ellos dos aunque no se conocían de antes, entablaron una pequeña conversación preguntándose mutuamente por el motivo de su estancia en la ciudad, mientras yo pegaba la hebra con los acompañantes de Ana. Como estábamos interrumpiendo el paso, invito a compartir mesa a todo el grupo teatral y durante la charla, dejo caer la invitación para tomar unas copas todos juntos, al acabar la función, en el Playa Club. Aceptan la invitación y quedamos en que pasaríamos a recogerlos en la cafetería Lu-Mar una vez que hubiera acabado el concierto del Pabellón.
Mientras esperábamos en la cafetería del hotel que llegaran sus músicos, aparece por la puerta Ana Belén con algunos de los actores y actrices de la obra "Sabor a Miel" que se representaba esa misma noche en el Teatro Rosalía de Castro. No me acuerdo si fui yo, o fue él, quién alabó el empaque físico de Ana con algún requiebro, pero el caso es que, al pasar por nuestra mesa, ambos se reconocieron y saludaron. Nos levantamos y ellos dos aunque no se conocían de antes, entablaron una pequeña conversación preguntándose mutuamente por el motivo de su estancia en la ciudad, mientras yo pegaba la hebra con los acompañantes de Ana. Como estábamos interrumpiendo el paso, invito a compartir mesa a todo el grupo teatral y durante la charla, dejo caer la invitación para tomar unas copas todos juntos, al acabar la función, en el Playa Club. Aceptan la invitación y quedamos en que pasaríamos a recogerlos en la cafetería Lu-Mar una vez que hubiera acabado el concierto del Pabellón.
JULIO IGLESIAS FACILITA EL
"LIGUE"Y APARECE EL PINGÚINO DE NONITO
En otro episodio de estas
"Historias, histerias y anécdotas musicales" , dedicado a Julio
Iglesias -- "Un tropezón cualquiera da en la vida" -- relato como Julio me pide al acabar el concierto de
la tarde que hable con Víctor Manuel para cambiar el orden de actuación del
concierto de la noche y como Víctor accede a ello, convirtiéndose en
"telonero" , para poder terminar antes e ir a recoger a Ana Belén .
Terminada la actuación de Julio Iglesias,
los músicos de Víctor Manuel se encaminan hacia el Playa Club mientras Víctor y
yo, nos dirigimos, a la cafetería Lu-Mar para recoger a Ana Belén y sus
compañeros de teatro.
Ya en el Playa Club, Víctor no
se separa de Ana, y entre copa y copa, empieza a amanecer. Salimos al andén para respirar la brisa de la
mañana y se me ocurre enseñarles el pingüino Pipo, y la foca Jundiña, que
estaban en un acuario de Los Arcados. Para allí nos vamos todos y saco al pingüino
para fuera de su habitáculo. Ante la visión de Pipo corriendo por el local
adelante, el grupo se troncha de risa hasta que finalmente, y ya como
despedida, celebramos el encuentro brindando con champan -- brindis en el que
hacemos participar al pingüino --. Hubo flechazo. Ana y Víctor se van juntos,
ya de día, al hotel, y allí se
intercambian teléfonos y se despiden con
un "hasta la vista" que no tarda mucho en llegar. No pasan muchos
meses y se anuncia el rodaje de la película "Morbo" con Ana Belén y
Víctor Manuel de protagonistas. Al terminar la película, salta la noticia de
que, en el más estricto secreto, ambos habían contraído matrimonio en
Gibraltar, un año después de haberse conocido en A Coruña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario