lunes, 19 de mayo de 2014

UNA "HISTERIA" EXPRES:"¡ESTOY TAN A GUSTITO!"


   DE COMO ENRIQUETA SUCUMBIÓ  AL ARRULLO VOCAL DE MARÍA DEL MAR    
    BONET




En enero de 2003 la Fundación Barrie de la Maza ponía en marcha el segundo Ciclo de Voz bajo el título Voces femeninas sobre blanco y negro, donde  en la sobriedad de un escenario y con la compañía de un piano, las voces desnudas de  Luz Casal, María del Mar Bonet, Cathy Jordan, Susana Rinaldi y Dulce Pontes mostraron su excelente madurez musical.

Tras Luz Casal, que lleno el Auditorio en las dos funciones programadas, le toco el turno a la cantante mallorquina María del Mar Bonet, que le ha puesto música al mediterráneo, en letras que comprometen el pensar. Visitaba otras aguas y lo hacía en compañía del pianista Manel Camp, colaborador habitual suyo.

Con un silencio respetuoso el público estaba absorto en el desarrollo del concierto cuando, en  las butacas de la parte alta del Auditorio una voz estalla con estruendo en la tranquilidad ambiental rompiendo el sosiego de la escucha: "¡Enriqueta!, ¿qué tes?"

El público que estaba en las proximidades del epicentro sonoro busca con la mirada el motivo de tan apremiante interrogación que se repite con  reiteración en varias ocasiones aumentando su escala de ansiedad con un "¡contesta Enriqueta!", que definitivamente dispara la intranquilidad en la zona alta del auditorio, mientras en el escenario María del Mar Bonet hace caso omiso al rumor que origina la inquietud de un aparente desmayo de alguien del público.

Rápidamente al lugar del que provenía el alboroto se desplaza un médico que junto al personal de sala, atienden a la persona en cuestión que seguía sin reaccionar y la traslada al vestíbulo al tiempo que se avisa al 061, que llega con prontitud. Se le toma la tensión y revisan otras constantes vitales y el diagnóstico no arroja ninguna anomalía, pero, Enriqueta (una señora de cierta edad) sigue inconsciente. Al poco rato, vuelve en sí, abre los ojos y con evidente cara de susto se encuentra rodeada de personas…

Está como asustada por la situación, y quiere saber que está pasando. Se lo dice su amiga, la que dio la voz de alarma, y se pone colorada. "¡Estoy bien, estoy bien!", repite antes de explicarse. "Es que venia muy cansada  de La Solana y aquí se estaba tan a gusto, que me quedé dormida".

 Y bien dormida que estaba para no despertar con las voces y los meneos que le dio su compañera de butaca ni tampoco durante el traslado al vestíbulo de la fundación.


Cuando despertó de su letargo, en las caras de las personas que aún la rodeaban, el gesto de preocupación dio paso a una sonrisa y el susto se convirtió en una simpática anécdota que alcanzó, aunque de pasada, al repertorio de María del Mar Bonet, que con dulzura e intimidad se paseó en la voz dejando tras sí múltiples y afrutados sabores con seductor perfume a mestizaje (como si de un buen vino se tratara, provenientes de muy diversas cepas estilísticas) ante los que sucumbió Enriqueta.

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