ANICETO
RODRIGUEZ UN NOMBRE QUE ACELERABA LOS JUGOS GÁSTRICOS CON SU ESCAPARATE
Entrevista publicada en agosto de 2000 en El Ideal Gallego
Por Nonito Pereira
No es necesario el apellido.
Llega y sobra con el nombre: Aniceto. Un “tuteo” que por si mismo indica una
familiaridad, un posicionamiento popular
en la vida comercial de la ciudad,
aunque solo sea de “paso”.
Aniceto es un
nombre que “sabe a gloria” , que ilumina la mirada con chispas de curiosidad y
que, ante la visión de su escaparate de toda la vida, acelera los juegos
gástricos de los paseantes que se sienten irremisiblemente atraídos por una
siempre suculenta y geométrica exposición de unos productos que “entran por los
ojos” en el número 23 del céntrico Cantón Pequeño coruñés.
Aniceto Rodríguez es un ultramarinos “fino” – nominación
mercantil que puede leerse en una bolsa de antes de la guerra – que sigue en su
sitio a manera de obelisco “conmemorativo”
de la tradición y como testimonio del buen quehacer comercial
de un establecimiento que ha sabido mantener y acrecentar a través del tiempo
una clientela de toda la vida que se
regenera con la llegada de nuevos
clientes atraídos por las “delicatessen” que uno se puede encontrar en el
interior de este veterano establecimiento que planta cara y resiste los envites
de la competencia de las nuevas técnicas de mercado y de la “mastodóntica” y
agresiva política comercial puesta en
práctica por las grandes superficies comerciales a base de la especialización.
Porqué Aniceto Rodríguez no solo
es fachada. En su interior, con las estanterías decoradas con productos de
variada procedencia , uno se siente atrapado por la afabilidad de una
experiencia -- hay quién dice que es la “única” fuente del
conocimiento – adquirida a lo largo de casi 70 años de actividad que reflorece
, con nombre y apellido, en Aniceto Rodríguez Dans, hijo de los fundadores de
la “saga”, Dn. Aniceto Rodríguez Herrero
y Doña Celia Dans Portela , que a sus 57 años viste bata de dependiente a la antigua usanza mientras
atiende solícito detrás del mostrador a una clientela variada que solicita,
bien una determinada marca de pasta italiana , fiambres variados, una botella
de agua mineral, un vino de reserva , un buen queso gallego, o un champán francés . Porque de todo hay en este
ultramarinos que hoy regenta el Sr. Aniceto Rodríguez hijo y que en tiempos de
su padre – directrices que él sigue -- anunciaba en un despampanante escaparate
“ Gran surtido en artículos extranjeros. Tes,
Coñacs y Whiskys”.
¿ Hablamos de su Sr. padre y de
los orígenes de este establecimiento?
Hablamos, aunque mientras atiendo a
unos clientes, si me permite, también
puede preguntarle a Chucha la encargada de la oficina que estuvo mucho tiempo
al lado de mi padre y tal vez conozca
más en profundidad algunos aspectos de la personalidad comercial de mi padre. ¿
Como era D. Aniceto, Chucha?. “ Vivía la tienda de una forma increíble. Para el
la tienda no tenía horario y nunca le escatimaba nada. Lo que necesitase la
tienda siempre era prioritario. Tenía unas cualidades innatas para el comercio
y para el trato con la gente. Tenía mucho don de gentes . Había nacido para
ello. Hoy aún es el día en que su alma sigue estando aquí . ¿ En donde?. En
todos los sitios. El es el que nos guía. Si, si, -- exclama ante mi cara de
sorpresa – por ejemplo, cuando montamos
el escaparate – montaje que él tenía muy estudiado -- siempre lo tenemos “in mente”. Siempre decía
que el escaparate no podía dar más de sí . Tenía en su cabeza milimetrado el
espacio y cuando le sugeríamos alguna novedad , el decía si se podía o no podía
llevar a cabo. Alguna vez intentamos comprobar si tenía razón y vaya si la
tenía. Por eso, cuando ahora montamos el escaparate, siempre tenemos en cuenta
su opinión. Don Aniceto comentaba
habitualmente que en su casa siempre entraba lo mejor de A Coruña. Lo cierto
era que si alguien quería un producto,
digamos “especial” , que no se podía encontrar en la ciudad, había que pasar
por aquí. Hoy ya es diferente . El
viajaba mucho al extranjero y de sus viajes siempre venía con alguna
idea que ponía en práctica. En una época
en la que la palabra “importar”
no era de uso corriente en España, el importó productos franceses, como foie, champagne, caviar, etc. Las costumbres
fueron cambiando y ahora se hace mucho pedido por teléfono cosa que antes no
existía”.
¿Donde nació su padre?-- preguntamos a Aniceto hijo
que se incorpora a la conversación --.
Mi padre nació en 1905 en un pueblecito de
Castilla pero a los 9 años ya estaba aquí. ¿ Desde cuando existe Aniceto ¿. Mi
padre trabajó aquí mismo en el año
1925 cuando esto se llamaba Ultramarinos
Eduardo Dans. En un momento dado mi padre se marcho y el jefe, a los quince días, al darse cuenta
que se le había marchado su mano derecha lo volvió llamar y le hizo una nueva oferta diciéndole
que él era el único que podía quedarse con la tienda. Y eso fue lo que
hizo a principios de los años 30 cuando la tienda paso a llamarse , primero,
“Aniceto Rodríguez , Sucesor de Eduardo Dans” y posteriormente , Aniceto
Rodríguez a secas. Aquí conoció a mi madre, que era sobrina de Eduardo Dans, y
se casaron .
¿Cuando llega Ud al negocio familiar?
Yo entre a trabajar aquí por primera vez en 1957.
Tenía 14 años. Mi padre se había puesto enfermo y me hice cargo de las llaves. Abría y cerraba
el negocio y ayudaba en él cobrando. A
partir de ahí alterne el trabajo ayudando a mi padre y estudiando. ¿ Que estudie? . Económicas.
Cuando falleció mi padre en 1990 ,y mi madre se puso al frente, mi dedicación
al negocio fue mayor hasta que en 1996, con su muerte, me hice cargo de él. Y
aquí estoy.
Por la situación del establecimiento y el producto que ofrece, uno supone que la clientela de
Aniceto siempre fue de alto rango social. Gente “pudiente” que se dice.
Había y hay de todo, cosas caras y
otras que no lo son. Por ello el perfil de nuestros clientes fue y es variado. ¿ Carero?. Eso es muy relativo y
todo esta en función de la calidad que es la máxima de este negocio. Aún el
producto normal y corriente no era, ni tampoco lo es, barato, porque la calidad hay que pagarla.
Hay determinados productos que aún siendo relativamente corrientes , son
especiales y por tanto salen más caros que otros que no lo son.
Aniceto tiene fama de ser un ultramarinos de “delicatessen” . ¿Fue el primero de la ciudad?.
Creo que sí , que fue de los primeros y durante bastante tiempo el
único. Ese fue siempre el caballo de batalla de mi padre. Cuando apenas salía
nadie de España, al acabar la Guerra Mundial, el viajaba al extranjero para traer productos.
Incluso antes de la Guerra, la clientela
que el tenía le enseñó a seleccionar los productos.
Hoy, los tiempos han cambiado y la competencia es mayor
Siempre hubo competencia
aunque,efectivamente , ahora sea mucho mayor con la llegada de las grandes superficies comerciales. Antes
teníamos la competencia de los Economatos pero ahora los clientes se pueden
surtir en muchos sitios aunque aún hay cosas que no es fácil encontrar, incluso
en las grandes superficies comerciales. ¿ Miedo del futuro?. Miedo no, pero si
respeto. El futuro del pequeño comercio pasa por los establecimientos
especializados . En toda Europa y sobre todo en los Estados Unidos ya han cerrado
los pequeños establecimientos que “tenían que cerrar” y ahora las que están
cerrando son las grandes superficies. El “quid” de la cuestión está en el
“nuevo” estilo de vida que se está imponiendo y que tiene grandes similitudes
con el de antaño. En Europa las grandes ciudades , hasta hace poco desérticas,
están recuperando el pulso ciudadano a base de las calles peatonales por donde
la gente pasea y entra en un comercio y otro.
¿Mantiene los clientes de “siempre” fidelidad al establecimiento?
Si, tenemos una clientela que se
mantiene fiel y también nuevas “remesas” de clientes, cuya edad oscila
alrededor de los 40 años , que se incorporan porque van aprendiendo cada vez
más y van conociendo los buenos vinos y los buenos productos.
El pasado ya lo sabemos y el
presente , a la vista está ¿ Cuál es el mañana de Aniceto ¿. ¿ Se puede afirmar
que la saga de los Aniceto continua...?.
En este mundo nunca se puede decir “ de
esta agua beberé o no beberé “, aunque sea embotellada (risas).
Y finalmente, con el paso de los años, el ultramarinos "fino",Aniceto Rodríguez ...bebió del agua del olvido...
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